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Un camarero limpia la silla de una terraza en la pandemia. Europa Press

«Algunos hosteleros han tenido que vender sus pisos para pagar deudas»

Los autónomos se quejan de las fuertes pérdidas que sufren por las bajas del personal y denuncian la práctica del 'dumping' por grandes compañías

Domingo, 3 de agosto 2025, 17:54

La capital vizcaína se ha convertido en «un centro comercial» controlado por empresas foráneas que están aprovechando la avalancha de turistas que recalan en la ciudad para reforzar su poder y variar de arriba abajo la fisonomía hotelera. «Antiguamente, la mayoría de establecimientos pertenecían a autónomos locales que luego tenían trabajadores a su cargo, pero eso con el tiempo está cambiando», advierte Martín Brezmes. «También es verdad que cada vez hay menos autónomos porque casi nadie quiere tomar esta responsabilidad», reconoce.

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El propietario del San Marcos, que tomó el testigo de su tía, admite que los negocios familiares de hostelería están «muertos» por la falta de relevo generacional y porque la gente no quiere ser «esclava» de una actividad tan sacrificada. Pero también por las grandes dificultades contra las que deben batallar. Se quejan, entre otras cosas, del «abuso» que ejercen grandes compañías con la práctica ilegal del 'dumping'. «Tengo cerca de mí a un grupo potente que vende cafés y cañas a un euro. Lógicamente, cuando van a precio, no puedes ni debes competir porque el que te viene por dinero también se va por dinero. Así que tienes que jugar a otras cosas», confiesa un empresario de Alameda de Urquijo.

Muchos evitan caer en la guera de precios, pese a que la «pervivencia» sea cada vez más complicada. «He tenido un caso muy cercano de un amigo autónomo, como soy yo, al que le ha ido muy mal la historia. Después de la pandemia, algunos hemos podido aguantar, pero a otros la crisis se los ha llevado por delante y han tenido que vender sus pisos para pagar las deudas», advierte Martín Brezmes. «Hay quienes llevan trabajando toda la vida y siguen exponiéndose a fuertes niveles de inversión para encima verte después con el culo al aire».

Otro de los asuntos que trae de cabeza al gremio son las fuertes pérdidas que sufren por el capítulo de bajas. De los seis empleados con que cuenta Cebrecos, dos están de baja. «Suponen el 33% de la plantilla. Las ayudas que recibimos las destinamos a pagar gastos, no llegan para más».

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