Desde 1996. La cantera de Apario comenzó a funcionar hace 27 años. La parte que ahora se quiere explotar es la que queda en la parte derecha de las terrazas y que está cubierta de encinas, dentro de Bedia. Ignacio Pérez

El Gobierno vasco advierte del «impacto natural severo» de la ampliación de la cantera de Lemoa

Un informe del Ejecutivo cree que el plan es «difícil de asumir» pero que se hará porque ya fue aprobado en 1990

Miércoles, 16 de agosto 2023, 01:08

En el límite entre los términos municipales de Lemoa, Igorre y Bedia se levanta el monte Apario. Es conocido por ser una montaña sin cima. ... La cantera que lleva el mismo nombre comenzó a explotarse en 1996 y ha vaciado buena parte de la caliza de este macizo. La extracción, que corre a cargo de la empresa comarcal Cementos Lemona, prácticamente ha agotado los recursos en la parte de Lemoa e Igorre. Pero no ocurre lo mismo con la zona de las terrazas que se asoman a Bedia.

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En su término municipal aún no han entrado las máquinas. Esto cambiará dentro de poco, ya que el Ayuntamiento, gobernado por el PNV, ha iniciado el proceso para modificar, a petición de la empresa cementera, sus normas subsidiarias y dar cabida a la actividad de extracción de roca en este entorno natural. Algo que hasta la fecha no contemplaba el planeamiento urbanístico local, que protegía esta vertiente del monte Apario, cubierta de encinas.

En su contexto

  • 18,3 millones de toneladas de caliza. Es el cálculo que han realizado los expertos sobre los recursos mineros que se podrán extraer de la zona de la cantera de Apario que queda dentro del término municipal de Bedia. El volumen en metros cúbicos rondaría los 7 millones, lo que equivale a colocar 7 millones de cubos de un metro de alto por uno de ancho y otro de largo.

  • Dos alternativas en la futura explotación Los técnicos contratados por Cementos Lemona han presentado dos alternativas de explotación. La elegida estaría marcada en el gráfico situado abajo como Alternativa 2, de color amarillo, y supone extraer roca en un área menor que en la alternativa 1. «Se ajusta mejor al condicionante de menor afección a los terrenos, con la lógica disminución en cuanto a la extensión de las afecciones ambientales. Cabe destacar la mejor inserción de la solución adoptada en el paisaje», afirman.

  • 2050 es la fecha en la que la compañía estima que agotaría la explotación de la cantera de Apario al extender su actividad a la zona de Bedia.

Antes de dar luz verde definitiva a este cambio que, en la práctica, supondrá la ampliación de la cantera, el Ayuntamiento ha consultado con diversas instituciones. El informe previo elaborado por Medio Ambiente del Gobierno vasco (se está a la espera de otro análisis) es contundente sobre el impacto que tendrá el proyecto. Advierten los técnicos de la Administración autonómica que la expansión de la cantera hacia Bedia obligará a cortar cuatro hectáreas de encinar cantábrico, un bosque de alta calidad y que constituye un hábitat «de interés» comunitario. A su juicio, esta tala resulta «difícilmente asumible».

Explotación

El plan eliminará 40.000 metros cuadrados de encinas cantábricas pero se prevé repoblar otra zona

La consejería cree que la operación tendrá un impacto «de magnitud severa». No obstante, sus técnicos constatan que no puede frenarse porque fue la propia institución autonómica la que autorizó la explotación de la cantera y su penetración en Bedia. Lo hizo hace 33 años, en 1990, mediante una declaración de impacto ambiental favorable por parte de la viceconsejería de Medio Ambiente. Los técnicos dan por hecho que nada se puede hacer y proponen, al menos, mitigar la huella que va a dejar en el terreno: «A la vista del impacto generado, no queda otra alternativa que la adopción de medidas compensatorias», plantean.

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También la Diputación advierte en otro informe de que el plan entra en colisión con diferentes estrategias de conservación que se están desarrollando en el territorio. Por ejemplo, apuntan sus técnicos que «la implantación de un gran sistema de corredor ecológico y creación de corredores de pequeña escala» son acciones «que se verían comprometidas» con la ampliación.

Posible presencia del visón

Además, los técnicos forales destacan que la explotación que pretende realizarse lindará con un arroyo en el que podrían encontrarse especies protegidas. En concreto, se alude a flora de interés como el fresno y el aliso. Respecto a la fauna, se advierte de que en la zona se detecta la presencia del cuervo, incluido en el catálogo vasco de especies amenazadas. Y también se alerta de que el citado curso fluvial forma parte del hábitat susceptible de albergar ejemplares de visón europeo, un animal que está en serio riesgo de extinción y que tiene en Euskadi uno de sus últimos refugios.

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Los planes de Cementos Lemona pasan por llevar a cabo una explotación a lo largo de cuatro fases. El total del operativo se prolongaría durante unos 25 años y supondría la obtención de 18,3 millones de toneladas de roca caliza. La compañía ha propuesto una serie de medidas correctoras para intentar que el impacto que tendrá la ampliación sea lo más pequeño posible. El principal problema (la tala de cuatro hectáreas de encinas) tratará de mitigarse con la plantación de unas ocho hectáreas de este mismo árbol (unos 2.500 retoños por cada 10.000 metros cuadrados) en una parcela que se ha comprado cerca de ese lugar. Según consta en el proyecto, las inversiones que se van a llevar a cabo intentarán que «la pérdida neta de diversidad biológica sea nula».

En esta línea se señala que se «establecerá una zona de compensación que permita equilibrar ciertos desajustes ecológicos previstos». En la parcela elegida se va a intentar «replicar, en la medida de las posibilidades y capacidades, la zona analizada y las condiciones ecológicas existentes en la ampliación con la finalidad de disminuir la fragmentación de los hábitats y garantizar cierta conectividad ecológica estructural».

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