Brunei se tiñe de oro para su boda real

Hacía solo tres años que Brunei no celebraba una boda real... pero viendo la fiesta que ha organizado el sultán parece que ha sido la primera en siglos. Se casaba su hijo pequeño y segundo en la línea de sucesión al trono, el Príncipe Abdul Malik, a sus 31 años. Y el monarca no ha escatimado en lujos para el enlace con Dayangku Raabiatul Adawiyyah Pengiran Haji Bolkiah, una exanalista de datos y sistemas de 22 años. Para empezar los fastos de once días, los novios llevaron lujosos trajes en oro adornados con diamantes y piedras preciosas en una mezquita que se decoró en la fachada con sus retratos.

Fue la primera de las excentricidades del sí, quiero real del sultanato. Le siguió un curioso ramo de novia: las flores naturales fueron sustituidas por gemas. A las que se le sumaron más brillos todavía. Los zapatos de la chica, firmados por Christian Louboutin, se complementaban con una espectacular tobillera de oro y brillantes. Y eso solo fue el primer modelito de la decena que lucirán los recién casados hasta que el miércoles terminen las celebraciones.

Como marca la tradición, la primera parte de la ceremonia tuvo lugar en el palacio real este fin de semana, que cuenta con la friolera de 1.888 habitaciones y 290 baños. Solo la Ciudad Prohibida de Pekín lo supera en extensión... aunque no cuenta ni por asomo con sus bóvedas doradas o con una colección de coches de lujo que supera las cinco mil unidades. Así se las gasta el sultán Muda Hassanal Bolkiah, de 68 años. Porque al padre del novio le encanta presumir de dinero, con una fortuna de 14.300 millones de euros, según Forbes.

La última boda real en Brunei, que tuvo como protagonista hace tres años a una de las hijas, supuso una merma en sus arcas de 15 millones de euros. Una cifra irrisoria para casar a su niña teniendo en cuenta que su dama de llaves cobra 10,4 millones al año y su mayordomo, 9,4.