La ACB plantea una rebaja salarial superior al 15% y recortar unos 150 empleos

Los responsables de la fábrica de Sestao se reunieron en la tarde de ayer con los representantes de los empleados durante más de cuatro horas para detallar su propuesta presentada hace dos semanas, consistente en reanudar la producción en las instalaciones. La factoría permanece paralizada y sus trabajadores en suspensión temporal de empleo desde el comienzo de febrero, cuando la actividad fue parada de forma temporal por la falta de rentabilidad, que tiene su origen en la importación europea de acero procedente de China en condiciones de dumping.

En el encuentro de ayer, la empresa presentó el plan social que acompaña al industrial, que consiste en producir de 10.000 a 12.000 toneladas al mes en dos fines de semana, en una primera etapa. Esta propuesta ha sido rechazada tanto por la plantilla como por las autoridades vascas, que no ven en ella una solución para el futuro de la planta. La dirección comunicó a los sindicatos que la reanudación de la actividad se realizaría por medio de dos turnos de trabajo diarios de 12 de horas, los fines de semana previstos.

Respecto al excedente laboral, el proyecto de la multinacional comunicado a los representantes de los trabajadores es suscribir un contrato de relevo a los nacidos entre 1955 y 1957, lo que proporcionaría una salida para un centenar de empleados, a medida que fueran cumpliendo los 61 años. Es decir, los primeros que compaginarían una pensión con una jornada de trabajo parcial lo harían este mismo año. Respecto a los 50 operarios restantes, estos seguirían en regulación de empleo a la espera de la evolución de la situación que ha llevado a la fábrica a parar la producción. Fuentes del comité precisaron que la compañía no ha planteado, al menos en la jornada de ayer, el traslado a otras fábricas del grupo multinacional en Euskadi o España.

En cuanto al salario, el deseo de Arcelor es recortarlo un 15% para los operarios que sigan trabajando y un 35% para el grupo que se mantenga a la espera de encontrar una solución. Además, el plan contempla, como ya había anunciado la dirección, flexibilidad y polivalencia máximas de los trabajadores, sin más concreciones.

El comité de empresa no dio una respuesta a la propuesta, salvo el rechazo ya conocido hasta ahora, al considerar que una producción tan baja no garantiza el futuro de la fábrica. Tras consultar con los trabajadores en los próximos días, dará a la compañía una contestación más concreta.

Por su parte, un portavoz de Arcelor informó de que se habían presentado «al detalle» los planes industrial y social y que la empresa dará un margen de tiempo para que los representantes de la plantilla los estudien. Por el momento no hay prevista ninguna nueva reunión para continuar con las conversaciones.

Por otro lado, en el otro frente abierto por Arcelor en Euskadi, el alcalde de Zumarraga, Mikel Serrano, destacó el impacto «tan negativo» que tiene el cierre de la fábrica de la multinacional para la comarca, tanto a nivel de capacidad económica como social y de empleo. Por ello, reclamó que no se permita que el Alto Urola «se desangre por fuga de talento y conocimiento».