«ELA pone en peligro económico a Euskadi con su modelo sindical»
El líder sindical considera «agotado», por su bajo perfil, el modelo de Diálogo Social mantenido en Euskadi de negociar medidas aisladas
José Luis Galende
Lunes, 4 de abril 2016, 02:45
Euskadi tiene un problema con el modelo sindical de ELA y de LAB, denuncia Unai Sordo, que tacha a ambas fuerzas obreras de «corporativistas». ... No se trata, como aparenta, de un asunto de radicalidad de las centrales nacionalistas, explica, sino de que dan «prioridad absoluta» a sus intereses como organizaciones. Este modelo sindical, alerta el responsable de la segunda central vasca, pone en peligro económico a Euskadi por el bloqueo de la negociación colectiva, que mantiene a tres de cada cuatro asalariados sin actualizar su convenio colectivo. Por otro lado, el sindicalista propone metas más ambiciosas para abordar en la Mesa de Diálogo Social.
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En las últimas semanas mantiene una posición crítica con la gestión del Gobierno vasco de los acuerdos alcanzados en el Diálogo Social. ¿Está CC OO en este momento sentada a esa mesa o no?
Hemos emplazado al Ejecutivo a cumplir de forma inmediata los acuerdos alcanzados y a establecer un debate sobre dar una nueva configuración a este marco de diálogo tripartito. Pensamos que negociar medidas aisladas -que además tardan tanto en ponerse en marcha- es un modelo agotado y que los trabajadores, las empresas y el país nos demandan un diálogo con otro contenido y perspectivas. Y por todo ello, mientras se acumulen las medidas que llevan más de un año acordadas, no nos vamos a volver a sentar a la mesa, por respeto a los propios acuerdos.
¿Ha sido, entonces, éste un proceso de diálogo de perfil bajo?
Era el diálogo posible ante un Gobierno que no tenía claro este esquema. Desde el principio defendimos medidas concretas que demostraran la utilidad de una mesa tripartita, pero ahora tenemos que reflexionar sobre el modelo de participación de los agentes sociales que necesita el país, tras alcanzar acuerdos de cierto interés.
¿Cree que el Gobierno vasco puede haber estado influenciado en esa lentitud que critica por la oposición radical de ELA y LAB -la mayoría sindical- a ese proceso?
Mi opinión es que la falta de pulso para poner en marcha las medidas tiene que ver con la dotación presupuestaria, y el Gobierno apura los plazos para retrasar ese gasto todo lo posible. Además, porque hay una dificultad en todo el entramado institucional, con Lanbide a la cabeza, que tiene un funcionamiento manifiestamente mejorable a la hora de poner en marcha medidas que se salgan de sus inercias. Y sí, creo que puede estar influyendo la posición contraria de ELA y LAB a la hora de reformular un marco distinto, novedoso, de Diálogo Social. Lo que nosotros estamos planteando es algo de más calado y estas centrales no quieren un escenario de ese tipo.
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Políticas concertadas
¿Puede detallar esa propuesta?
El país ha sufrido crisis del aparato productivo y estamos viendo que en el futuro se van a dar de una forma muy cotidiana. Van a ser de cambios tecnológicos y de modelos de producción, y hasta de composición económica del mundo. Por ello, Euskadi necesita un ámbito de análisis tripartito de cómo evoluciona todo esto, y solo desde esa base se van poder tomar las políticas de empleo acertadas, que sirvan para que los cambios que se den en la economía no tengan las consecuencias laborales dramáticas que se han estado dando. Pero la cuestión es si el Gobierno cree que pintamos algo en ese proceso, y esta es una incógnita para la que todavía no conozco la respuesta.
¿Tiene cabida el nuevo marco de relaciones laborales que propone la patronal en ese modelo de diálogo tripartito que propugna Comisiones Obreras?
No estamos de acuerdo con su documento. Confebask pretende aparcar la negociación colectiva tal como se ha entendido hasta ahora, mientras que nosotros planteamos un modelo de cobertura general, con la adaptación y flexibilidad pactada en las empresas para afrontar los problemas que puedan surgir. Esa relativización de los convenios no puede conllevar una especie de modernez que pretende prescindir del hecho sindical para que el empresario hable directamente con los trabajadores. Y aunque compartimos la adaptación de la negociación colectiva a la nueva realidad, no se puede teorizar sobre un modelo de relaciones nuevo cuando se deja caer el existente, con el bloqueo de una gran parte de los convenios.
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¿A qué atribuye la paralización de los convenios?
Estamos en un círculo vicioso, con una patronal cómoda tras la reforma laboral, y sin que el bloqueo tenga consecuencias en la conflictividad social. Los convenios tienen un riesgo cierto de desaparición y la patronal se está aprovechando de todas estas circunstancias para reducir los salarios reales. Y luego está ELA, que desarrolla su propio modelo de negociación, estrictamente neoliberal y perverso, de estilo anglosajón, que solo llega al 20% o al 25% de los trabajadores. Por su parte, LAB está en un bucle; ahora mismo no tiene pulso analítico, está en una reflexión sin sentido y haciéndole el juego a ELA.
Pactos de eficacia limitada
¿Qué puede hacer una central minoritaria como CC OO de Euskadi?
Tenemos que navegar en esa mar rizada, en algunos casos con convenios de eficacia limitada como palanca de desbloqueo, pero conscientes de que esta vía no puede ser una salida a la negociación colectiva.
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¿A este paso no teme que los trabajadores vascos dependan más de los convenios que se firman en Madrid que de los que se negocian en Euskadi?
Nuestra voluntad es negociar aquí, pero no vamos a renunciar a marcos de convenio estatal que sirvan para mantener y reforzar la negociación colectiva, como ha ocurrido con el último del Metal. Este tipo de convenios son una buena palanca para mantener el cuadro de derechos y para dar cobertura al conjunto de trabajadores en el Estado, y también sirve para evitar el dumping laboral.
No obstante, ELA critica que este acuerdo no traerá nada bueno para los trabajadores vascos...
Si alguien como ELA, que lleva desde 1993 sin firmar el convenio del Metal de Bizkaia y desde 1997 el de Álava, tiene la cara de decir que va a continuar apostando por el desarrollo integral de la negociación colectiva en Euskadi, es un monumento a la hipocresía; una tomadura de pelo a los trabajadores. Y más cuando el convenio estatal va a permitir mantener la ultraactividad de los tres pactos vascos provinciales del sector. Euskadi tiene un problema con este modelo sindical. Y no es un problema de radicalidad, sino de corporativismo sindical. Hay un peligro económico en Euskadi por la prioridad absoluta que ELA y LAB otorgan a ese corporativismo, revestido de un discurso de aparente radicalidad, que no encierra más que sus intereses como organizaciones. Y eso es lo que está detrás del bloqueo de la negociación colectiva.
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A falta de unos meses para las elecciones en Euskadi, ¿cómo enjuicia el mandato de Urkullu?
Nos parece que ha sido una legislatura de pulso débil; las cifras del paro han sido preocupantes, lo mismo que el deterioro del empleo. Como empleador, el Gobierno vasco tampoco ha sido capaz de mantener una posición contraria a ese deterioro. Además, ha permitido una injerencia clarísima del marco estatal en el marco vasco de la formación para el empleo.
De cara al futuro ¿ve posible un Gobierno de izquierdas en Euskadi?
Yo creo que está garantizado un cambio en el panorama político, lo que es bueno, y que se va a reconfigurar el mapa parlamentari. Me gustaría un Gobierno con medidas progresistas, que redistribuyera de forma más equitativa la riqueza y con una acción más potente en defensa de los servicios públicos.
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