La flexibilidad laboral avanza con pasos de gigante

La patronal Confebask resalta que además de la competitividad de las empresas, una mayor flexibilidad hace posible mantener la plantilla y, a la postre, evitar que el desempleo se dispare en cada crisis económica hasta niveles desconocidos en Europa. Jon Bilbao, responsable de relaciones laborales, subraya que ese fue el principal objetivo de la reforma laboral de 2012 y, posiblemente, «el único» que de verdad se ha conseguido. Y frente a quienes critican que esa reforma solo ha servido para empeorar las condiciones de trabajo, sostiene que, precisamente, rebajarlas «es la alternativa al despido cuando se produce una crisis económica», para evitar «utilizar a las personas como fórmula de ajuste», como se había hecho hasta 2012.

Desde CC OO de Euskadi, Mari Cruz Vicente apuesta por utilizar la flexibilidad laboral para mantener el empleo, pero siempre que sea de forma negociada y se respeten ciertos principios, porque no debe ser confundida con «desregulación laboral». En contra de la opinión de Confebask, condena la reforma laboral porque ha arrebatado la autonomía de negociación de las partes, en beneficio de las empresas, e introducido «enormes dosis» de flexibilidad en condiciones de trabajo, movilidad geográfica y funcional. En la actualidad, precisa, los convenios son una gran fuente de flexibilidad, en especial los de empresa, en los que se utiliza habitualmente en capítulos como la jornada, las vacaciones, los descansos, etc.

Jornadas incompletas

El 18% trabaja a tiempo parcial

La jornada a tiempo parcial, que está incorporada en el 40% de los contratos que se suscriben cada mes en el País Vasco, se ha convertido en uno de los elementos más importantes de flexibilidad de las empresas, en especial en algunos trabajos del sector servicios como la hostelería. En siete años -desde el cuarto trimestre de 2008 al mismo periodo de 2015- la población ocupada vasca que trabaja a tiempo parcial ha pasado del 13,7% al 18,2%, la segunda tasa más alta de España, donde la media es del 15,7% y el avance en estos años de crisis ha sido algo menor, de 3,5 puntos.

En ocasiones, en especial en el caso de las mujeres, la jornada a tiempo parcial es una opción voluntaria, e incluso un derecho cuando se trata del cuidado de los hijos. Pero para la gran mayoría de los trabajadores es una factor de precariedad laboral. En Euskadi hay 162.000 personas con este tipo de jornada, 26.000 más que hace siete años, pese a contar con menos empleo.

Horarios comerciales

Los irreductibles vascos

El rechazo sindical a la apertura en domingo del sector comercial se ha convertido en emblemático en el País Vasco. La oposición numantina de todas las centrales vascas parece trasladar al ciudadano a la mítica resistencia de la irreductible aldea gala creada por los geniales Uderzo y Goscini, con sus entrañables Astérix y Obélix, para frenar el proceso de romanización de Julio César.

Sin embargo, la regulación nacional y autonómica que permite a los pequeños establecimientos libertad total y condiciones especiales a las zonas y turísticas, ha abierto un resquicio que tiende a elevar la flexibilidad de horarios y de trabajo en festivo.

En algunas comunidades como la de Madrid, la apertura en domingos y festivos es ya generalizada en el comercio en casi la totalidad de festivos del año. Y en todas, menos en Euskadi, se abren varios días, de acuerdo con las diferentes regulaciones autonómicas y la legislación básica nacional.

Fin de semana

Los festivos, menos sagrados

Sobre la actividad laboral en festivos y en fin de semana, las encuestas del INE y del Eustat desvelan que en 2008 trabajaban uno o más domingos el 15,9% de los ocupados vascos, y que en 2014 (último dato publicado) lo hacían el 17%. En el conjunto de España el proceso ha sido más acelerado, al pasar del 17,4% al 21,6%.

En el trabajo en sábado ha habido menos variación, tal vez por partir de un nivel más elevado, al pasar en la comunidad vasca del 19,4% al 19,7%, frente al 23,2% nacional que creció hasta 26,7%. El Eustat, en una encuesta que formula una pregunta diferente, confirma esta misma tendencia en el caso de los sábados, cuando estima que desde 2004 a 2014 las personas que trabajan alguna vez ese día de la semana han pasado del 43,4% al 51,8%.

Regulación de empleo

EREs más fáciles

La supresión del permiso de la autoridad laboral para los Expedientes de Regulación de Empleo ha sido otro factor que ha incrementado el nivel de flexibilidad laboral, ya que el único condicionante que las empresas tienen en la actualidad para aplicar un proceso de este tipo es el de cumplir una serie de requisitos administrativos. Desde la patronal se defiende que una mayor facilidad para aplicar EREs de reducción o de suspensión de jornada ha evitado muchas rescisiones de contratos.

En este caso no puede decirse que una mayor flexibilidad haya elevado los EREs, porque lo que ha pasado es que se han ido reduciendo, al igual que la cifra de trabajadores afectados, a medida que la economía nacional y vasca ha ido saliendo de la crisis. En 2015, por ejemplo, se registraron en Euskadi las cifras más bajas desde el comienzo de la primera recesión, en 2008.

Cambio de condiciones laborales

Artículo 41 del Estatutode los Trabajadores

La reforma laboral de 2012 abrió la vía para que los empresarios pudieran modificar unilateralmente las condiciones laborales. Esta ha sido la vía más utilizada de ajuste en Euskadi, señala desde Confebask Jon Bilbao, una herramienta favorecida por el hecho de que la mayoría de las empresas superan en condiciones salariales y de jornada las fijadas en los convenios sectoriales de referencia. Pero como no se registran estas decisiones, no se puede cuantificar su alcance.

Los cambios del Gobierno del PP de 2012 pusieron también en marcha una fórmula para inaplicar convenios colectivos vigentes, con un sistema de arbitraje para el caso de que no alcancen un acuerdo con sus empleados. Esta es otra medida de flexibilidad que, aunque no ha sido muy utilizada, sí ha permitido a un otal de 171 empresas vascas en cuatro años, con unos pocos miles de trabajadores, adoptar medidas, en su mayor parte salariales, para adaptarse a la situación de crisis que atraviesan.

Casi la totalidad de los casos de los denominados descuelgues se aplicaron con el acuerdo de los trabajadores. El año pasado, por ejemplo, solo hubo un proceso de inaplicación sin pacto previo, de un total de 27.

Horas y estructura salarial

Flexibilidad negociada

También la flexibilidad ha dado pasos de forma negociada con los trabajadores. Es el caso, por ejemplo, de los denominados bolsines de horas de libre disponibilidad por el empresario, que avanzan poco a poco en algunos convenios ante la insistencia empresarial sobre su necesidad. Uno de los últimos casos más significativos fue el pactado en el convenio del metal de Álava -suscrito en minoría por CC OO y UGT-, que elevó de 70 a 100 horas anuales este mecanismo.

También ha habido algunos movimientos en la estructura salarial, de importancia meramente testimonial en opinión de la dirigente de Comisiones Obreras Mari Cruz Vicente, en la que se vincula una parte de las subidas salariales a resultados o productividad.