El sector privado vasco de formación para el empleo censura con dureza su abandono
Alerta de que se han perdido ya 900 puestos de trabajo y estima que otros 3.000, de 450 empresas, están en peligro
José Luis Galende
Viernes, 25 de marzo 2016, 02:39
El sector privado vasco de formación para el empleo se ahoga. Se trata de un segmento dinámico, con una gran experiencia, que integra a unas ... 450 empresas con más de 3.000 trabajadores y que se está desmantelando, alerta María Tato, presidenta de CECAP-Euskadi, la federación de empresas de formación de la comunidad autónoma vasca. Unos 900 trabajadores han perdido ya su empleo en el curso de los últimos años y en tan solo doce meses una docena de centros, la mitad de ellos «de referencia a nivel nacional», han cerrado sus puertas en el País Vasco ante la incertidumbre y la inseguridad regulatoria con que vienen desarrollando su actividad.
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Se trata de centros y de academias dependientes del Departamento de Empleo del Gobierno autonómico, que tienen como función primordial la formación de trabajadores (tanto desempleados como ocupados), la impartición de ciclos formativos y la concesión de certificados de profesionalidad, que llevan aparejadas titulaciones oficiales. La nueva normativa reguladora de esta materia, que obliga a realizar la adjudicación de los cursos en «libre concurrencia», está dejando a la intemperie a un sector con mucha experiencia, lamenta Tato, que a su juicio lleva todas las de perder en la gestión de una materia vinculada al dinero público tal como y está regulada en la actualidad. Los centros integrados en CECAP-Euskadi imparten casi 600.000 horas de formación al año, un 60% en formación continua.
Cumplir todos los requisitos y las garantías que se exigen en la adjudicación de esos cursos representa el 30% de todos los gastos del cursillo, explica la responsable vasca de Cecap, cuando la subvención concedida unicamente reconoce un 10% para ese fin. Con lo que la traducción es -denuncia- que no se contempla el beneficio para esta actividad del sector privado, cuyas empresas funcionan «con ánimo de lucro pero están condenadas a trabajar sin beneficio». Y como no hay mercado privado en esta actividad, el resultado es que «décadas de experiencia y cientos de profesionales competentes» están en liquidación, añade.
Los efectos colaterales de la corrupción en Madrid y en Andalucía
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Las irregularidades, las corruptelas y el fraude que durante muchos años se han producido en el sector de la formación para el empleo, especialmente en las comunidades autónomas de Madrid y de Andalucía, están en el origen de la complicada situación en que se ha dejado a los centros privados que imparten esta materia en el País Vasco. «La normativa nacional que ha querido poner coto a tantos desmanes se ha vuelto más garantista en nuestro perjuicio», señalan desde CECAP, la federación de empresas de formación, y la situación se complica, añaden, con la aplicación de las diferentes regulaciones autonómicas.
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Pese a todo, hay aún un elemento anterior que favorece su actual crisis, aseguran las citadas fuentes; se trata de la aplicación a su actividad de la Ley de Subvenciones, cuando en su opinión todo sería mucho más fácil con la Ley de Contratos Públicos.
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Doble control
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En las operaciones subvencionadas, explican, la Administración no contempla el beneficio de la empresa que imparte la formación, que figura como receptora de la subvención, cuando esta en realidad va destinada al alumno que está matriculado en los cursos. Y como receptor de subvenciones, el centro privado tiene que justificar cada capítulo del gasto que realiza, con las condiciones que la Administración considere oportunas.
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Y además se trata de un mercado, aclaran, en el que las subvenciones públicas han copado toda la demanda de formación para el empleo, por lo que la empresa privada no puede sobrevivir fuera de ese marco. Si a todo ello se le añaden las exigencias en infraestructuras para poder impartir adecuadamente los cursos, el callejón sin salida de este sector en el que se mueven 450 empresas está servido.
Agravante
Hay además algunas circunstancias que agravan la inferioridad de condiciones en que tienen que competir en este mercado, explica la presidenta de CECAP-Euskadi. Por un lado, Tato critica la injerencia de los agentes sociales -patronales y algunos sindicatos- que tienen como «segunda actividad la formación en perjuicio de nuestro sector e interlocución», una circunstancia que «no ocurre en otros sectores».
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Por otra parte, los niveles de inseguridad jurídica y normativa dificultan la toma de decisiones. Sin ir más lejos, recuerda, el año pasado no hubo convocatoria de Hobetuz, la institución tripartita vasca que gestiona los millonarios fondos dedicados a la formación para el empleo. Y con esa incertidumbre resulta muy complicado sostener centros homologados y acreditados para impartir los cursos. Sucede también que estos centros privados compiten con los de enseñanza pública, que imparten esta modalidad de formación, con la ventaja, denuncia la federación, de que reciben subvenciones para el mantenimiento del propio centro.
María Tato critica que se empuje a un sector «dinámico y con experiencia hacia el desmantelamiento» cuando los fondos para formación, tanto a nivel europeo como nacional y vasco, son muy elevados. Y ahí están los números: la convocatoria estatal está dotada con una partida de 139 millones de euros para el período 2014-2016; y la de Hobetuz para este año 2016 es de 16,9 millones.
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