Convenios de eficacia limitada: ventajas e inconvenientes

CC OO de Euskadi ha advertido con nitidez sobre sus planes para el futuro de la negociación colectiva en Euskadi: seguirá esquivando el bloqueo de los convenios colectivos sectoriales por parte de ELA y LAB por medio de la suscripción de acuerdos de eficacia limitada -aquellos que en principio solo son aplicables a las organizaciones firmantes, pero que terminan por tener vigencia generalizada-. El segundo sindicato vasco acaba de tomar una decisión al respecto -al igual que UGT de Euskadi- sobre el convenio del metal de Álava, lo que permitirá a la postre renovar las condiciones laborales 15.000 trabajadores, tras tres años sin actualizar salarios.

Este acuerdo laboral es la última batalla de las centrales nacionalistas con las de implantación estatal, que cruzan acusaciones mutuas y argumentos. Las primeras defienden de manera inamovible principios como el de anular por medio de los convenios recortes de derechos de la reforma laboral -ultraactividad, arbitraje, etc-, mientras que las segundas, más posibilistas, están dispuestas a arrostrar la responsabilidad de que se puedan consagrar con nuevos convenios algunas pérdidas de esos derechos laborales a cambio de mantener la protección jurídica y mejoras salariales y de otro tipo que conlleva la renovación de convenios colectivos.

Otro foco de discrepancia se encuentra en la recuperación del poder adquisitivo de los convenios en los años que estos han estado sin renovar, una reivindicación irrenunciable para ELA y LAB, pero en cambio negociable para CC OO y UGT.

Ambos bloques defienden la opción que creen más beneficiosa para los trabajadores y/o para sus estrategias como organizaciones. En el caso de CC OO y UGT, centran sus argumentos de forma especial en los empleados de las pequeñas empresas que ni votan en las elecciones sindicales ni van a tener posibilidad de negociar un convenio de 'tú a tú' con su compañía. En el caso de ELA, la solución está en los pactos de empresa, sin renunciar a los sectoriales si recogen aspectos como los citados de derechos laborales perdidos y subidas salariales que recuperen lo perdido los años 'muertos'.

Cuando las empresas se 'plantan'

¿Pero qué pasa cuando las empresas se 'plantan' y los sindicatos no son capaces de arrancarles por medio de movilizaciones un pacto con sus demandas? Pues sucede lo que puede verse en la negociación colectiva de Euskadi: incertidumbre sobre la situación de centenares de miles de trabajadores por el bloqueo y que numerosos convenios colectivos pueden pasarse diez o más años sin ser renovados, lo que significa su desaparición (ya hay más de veinte en esa situación). Y tras esos plazos tan dilatados, o se dan por perdidos o se renuevan sin recuperar las subidas salariales perdidas en la mayor parte de esos años.

Un ejemplo puede dar una visión próxima de esta compleja realidad. Uno de los casos es el de los convenios provinciales de comercio del metal de los tres territorios vascos, con cerca de 10.000 trabajadores afectados. Finalizaron su vigencia en 2008 y seis años y medio después ni están vigentes, ni tienen un convenio estatal que pueda servirles de referencia, ni se vislumbran posibilidades próximas de recuperarlos. Es decir, cero subida salarial durante siete años, con riesgo cierto de pérdida de derechos para los nuevos trabajadores que se incorporen a esas empresas.

¿Y qué ha pasado en estos años donde ha estado vigente un convenio de eficacia limitada? Pues si tomamos el caso del sector del metal de Álava, el resultado es que el pacto de eficacia limitada suscrito por CC OO y UGT para el periodo 2007-2010, recoge para 2008-2010 una subida salarial de en torno al 7% (IPC más 1,15 puntos por año), mientras que el incremento es cero para los cuatro años siguientes, dado que no se contemplan en el actual preacuerdo y que no hubo mejoras en su día. Esto quiere decir que se ha producido una pérdida de poder adquisitivo de unos tres puntos, mientras que en los acuerdos laborales de comercio metal citados, esa pérdida ha sido de unos 9 puntos -la inflación acumulada entre 2008 y 2014-. Para cerrar la cuenta solo quedaría por saber si cuando se renueven estos pactos laborales -caso de que se haga algún día- van a rescatar todo o algo de esta subida perdida. La opinión recogida en diferentes medios apunta a que es harto improbable.

El convenio del Metal

Otro caso similar es el del convenio del Metal de Bizkaia, con cerca de 50.000 trabajadores afectados, que fue de eficacia limitada -suscrito otra vez por CC OO y UGT- para los años 2008-2011. El incremento para esos años fue de unos 11,5 puntos, y los tres años siguientes fueron de congelación. Es decir, la comparación con el IPC -suma de 6,5 puntos en cuatro años más 4,1 puntos de los tres siguientes de congelación- supone ganancia de más de un punto de poder adquisitivo hasta el año 2014, pese a la congelación de los tres últimos ejercicios. Y eso al margen de lo que pudieran recuperar los trabajadores en una futura negociación, una circunstancia a la que la patronal ya se ha negado rotundamente.

Los convenios de eficacia limitada recogen otros capítulos además del salarial, aunque también suelen elevar la flexibilidad de la jornada laboral. A cambio, los trabajadores, destacan CC OO y UGT, tienen seguridad jurídica, mejor retribución y conservan sus antiguos derechos. Para las centrales nacionalistas, en especial ELA que como primera central tiene la sartén por el mango en una gran parte de los convenios, la asunción de la reforma laboral que suponen este tipo de pactos no es asumible. Ciertamente, ha suscrito convenios donde además de mejoras salariales ha logrado preservar derechos cercenados por la nueva regulación, pero esa situación no alcanza más que a una parte muy limitada de los asalariados vascos.

Por otra parte, su estrategia de conceder prioridad a los convenios de empresa deja desatendidos a decenas de miles de asalariados de microempresas; un colectivo que sí cubren los convenios sectoriales, sean de eficacia general o limitada.