«Hay quienes no vienen por la suciedad», lamentan usuarios del centro de mayores de Durango
Las «obsoletas» instalaciones de este edificio, con dos residencias y la sede de jubilados, preocupa a los vecinos
Sucio, oscuro, maloliente, encharcado, abandonado… Pocos piropos ha recibido el acceso al Centro de Mayores Astarloa de Durango en los últimos años. «Es una vergüenza que un pueblo con casi 30.000 habitantes tenga un edificio destinado a los mayores en estas condiciones. Está obsoleto. Conozco gente que no quiere venir aquí solamente por no tener que esquivar las meadas que hay en la puerta de entrada», lamenta uno de los usuarios. Como él, son varios los vecinos que exigen una mejora de las instalaciones. «Hay dos residencias de mayores en su interior y en el ascensor no cabe una camilla de ambulancia. Es muy pequeño, solo entra una silla de ruedas y se suelen formar unas colas inmensas, en ocasiones de hasta 20 minutos», se quejan.
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Su «lamentable» estado se ha convertido en la principal preocupación de los durangueses más veteranos. Así lo refleja la encuesta realizada por Durango Amigable, en las que de 200 participantes, «casi el 99%» coincidía en la crítica. Este colectivo trabaja por crear una localidad más amable con nuestros mayores, a quienes dan voz y protagonismo al elevar sus necesidades a un primer plano. Y esta petición no iba a ser para menos. Coordinados por el psicólogo durangués Jon Fernández, Maribel Navarro, Javier Lozano, Julio Ercilla, Montse Llorente, Miguel del Valle, Mari Carmen Lorente y Javier Pérez, comenzaron a investigar y a señalar los principales desperfectos del edificio. «Parece que esté abandonado. Cuando llueve cae un chorro enorme de arriba a abajo, hay paredes descorchadas, carteles arrancados… Por no hablar del espejo del ascensor, que está roto y puede ser muy peligroso», señalan. Esta situación empeora los domingos por la mañana, donde «puedes encontrar de todo, desde restos de botellones a orines o incluso cosas peores».
«Problema prioritario»
De hecho, el acceso al interior del edificio pasa por un soportal que está «muy oscuro». «La gente no sabe todo lo que hay en su interior, y es una pena porque los servicios que se prestan están muy bien», apuntan.
Además de dos residencias que acogen a medio centenar de usuarios, en su interior se sitúa también el Centro de Mayores, donde se encuentran diferentes salas de actividades donde practicar gimnasia, jugar a juegos, leer la prensa o asistir al podólogo y a las charlas. También cuenta con una cafetería. «El interior está muy bien, pero hay una serie de cosas que tienen que mejorar. No es normal que venga un hijo a pasear a su padre, en silla de ruedas, y no puedan bajar los dos juntos porque no caben», critican.
Durango Amigable se puso en contacto con el vicario, ya que la iglesia tiene la mayor parte de la titularidad del edifio, y con el Ayuntamiento, propietario de «una pequeña parte» junto con Eroski y Kutxabank. Todos ellos se muestran dispuestos a reunirse y mejorar la situación. «Estamos a la espera de que se constituya el nuevo gobierno para trasladar al responsable de nuestra área este problema como prioritario», señalaron desde Acción Social a este periódico. El vicario también se mostró por la labor y dijo estar «en el equipo».
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