El palacio de Garai se quiere convertir en sede de cultura y patrimonio vasco

El Ayuntamiento de Durango solicitará al Gobierno vasco ayuda para abordar «de manera conjunta» la reforma del Palacio Garai, Pinondo Etxea y la antigua residencia Uribarri de San Agustín. Tres edificios municipales que necesitan de una rehabilitación para volver a darles uso. Precisamente en el primero de estos inmuebles se vislumbra convertirlo en sede de un nuevo proyecto estratégico para convertirlo en la sede de la cultura y el patrimonio vasco de Euskal Herria.

El palacio de Garai, ubicado frente a la oficina de turismo, es un edificio protegido por su interés y está afectado por la cualidad de Conservación Obligatoria, por lo que no se puede derribar. En estos momentos sirve de sede a la asociación de familias con necesidades especiales del Duranguesado Geu Be y al grupo de tiempo libre Iñurri, pendientes ambos colectivos de su traslado a Intxaurrondo. Pese a que su tejado fue reparado hace unos años, las goteras continúan y el deterioro de su interior es visible en paredes desconchadas y muros rotos. Lleva apuntalado desde que era la antigua biblioteca, hace más de una década, y solamente reformarlo supondría una obra de más de un millón de euros.

Según ha adelantado el equipo de Gobierno -EH Bildu y Herriaren Eskubidea- Elkarrekin Podemos- el Ayuntamiento ha presentado a las instituciones públicas la reforma de este palacio del siglo XIX: «Hemos comenzado a trabajar en un proyecto sólido para llenar de cultura y patrimonio vasco un edificio vacío, que ofrezca referencialidad a Durango. Para ello, será necesario el trabajo entre las administraciones públicas», detallan las ediles Ane Abanzabalegi y Neskutz Rodríguez.

Su propósito es aprovechar el tirón de la Azoka, que cada puente de diciembre atrae a Durango a productores y consumidores de la cultura vasca, para convertir la villa en sede del euskera y el patrimonio vasco. Las dos concejalas insisten en que «Durango tiene una importancia especial en la cultura vasca. La Azoka es, sin duda, un testigo significativo, pero, además, la villa cuenta con muchas claves y posibilidades para dar pasos firmes en el ámbito del euskera a todo Euskal Herria. Para ello, acudiremos a diferentes instituciones y agentes para pedir alianzas y colaboraciones».

Otro de los inmuebles que pretende reformar con la ayuda del Gobierno vasco será Pinondo Etxea. Sede de la gran mayoría de las asociaciones de Durango, echó el cierre hace algo más de un año dada la «peligrosidad» que encerraba el mal estado de la estructura del inmueble desde hace una década. Solo el arreglo de la planta baja supondría una inversión de 400.000 euros y seis meses de clausura para trabajar en él. La reforma integral costaría alrededor de un millón de euros y un año entero de trabajos.

Por su parte, el actual estado de la cubierta de la antigua residencia Uribarri de San Agustín es deplorable. La última obra que se realizó fue en 1982. Ante el peligro real de derrumbe, miembros del equipo de gobierno actual se descantaron por realizar diferentes trabajos para asegurar la supervivencia del edificio, invirtiendo 61.450 euros en tareas de apuntalamiento para asegurar la supervivencia del edificio. El coste total de la consolidación de la cubierta rondaría los 515.000 euros.

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