Imagen del último incendio que se produjo a finales de septiembre. E. C.

«Estamos desesperados por los continuos incendios en contenedores en la calle»

Vecinos y comerciantes de General Salazar, en el barrio de Rekalde, denuncian hasta cinco fuegos provocados a lo largo de este año

Viernes, 3 de octubre 2025, 01:17

Los vecinos de la calle General Salazar de Bilbao confiesan estar «desesperados» ante los numerosos incendios provocados que han calcinado en varias ocasiones en el ... último año los contenedores repartidos por la vía, ocasionando a comerciantes y residentes gastos extra derivados de la reparación de fachadas y escaparates. Un paseo por la zona basta para apreciar los estragos que las llamas han dejado a su paso. Persianas carbonizadas, aparatos de aire acondicionado derretidos, cristales de portales y establecimientos resquebrajados, son algunos de los desperfectos que causan estos fuegos que vienen soportando los habitantes y trabajadores del barrio.

Publicidad

Los afectados reclaman más seguridad para evitar que la zona se convierta en el blanco habitual de los ataques a contenedores. Aseguran que los daños son cada vez más frecuentes y que en este 2025 han sido hasta cinco las ocasiones en las que el humo y el olor a quemado han inundado la calle. El último episodio de estas características se produjo hace una semana. De madrugada, un incendio alertó a los vecinos. Los bomberos acudieron a sofocar las llamas y una vez apagadas, los residentes valoraron los nuevos daños.

Una de las comerciantes que además reside en la zona relata cómo había reparado los cristales de su local el lunes 22 de septiembre, a causa de un incendio anterior, y en la noche del viernes 26 al sábado se desató un nuevo fuego. «Estamos desesperados porque nadie nos hace caso y desde el verano hasta ahora, los contenedores han ardido tres veces», señala. Concreta que desde julio, han ido a incendio por mes. Y estos se suman a otros dos incidentes provocados desde que arrancó el año.

En la calle hay varias tiendas de ultramarinos, una academia de inglés y un concesionario de motos, entre otros establecimientos. En el último incendio, los cristales blindados impidieron que el fuego fuera a más en el interior del local, pero los daños que dejaron las llamas se aprecian en el rótulo y una de las puertas, que ha quedado resquebrajada, al igual que la del portal contiguo.

Publicidad

Un trabajador del concesionario explica que los depósitos nuevos duran poco en la calle en buenas condiciones. «Al poco tiempo de poner unos, empezó a oler a gasolina el contenedor de papel porque alguien había intentado prenderle fuego. Tuvo que volver a venir la Policía», lamenta.

Reunión vecinal

En el incendio que se generó a principios de agosto, las llamas alcanzaron a un vehículo que estaba en el interior del local. «No se llegó a calcinar pero afectó a una parte de la moto que estaba más próxima a la calle, derritiendo una pieza». En estos casos, el seguro cubre los daños ocasionados por fuegos intencionados, pero hay que esperar un tiempo para que el establecimiento pueda recuperar todos los elementos deteriorados.

Publicidad

Junto a los comercios, los bloques de viviendas próximas a los depósitos también sufren en mayor grado cada fuego intencionado. Varias comunidades de vecinos han tenido que reparar las fachadas para borrar el rastro de las llamas. Este jueves, los vecinos del número 12 de la calle Doctores Carmelo Gil —un bloque que hace esquina con General Salazar— han celebrado una reunión para tratar la oleada de incidentes que vive la zona.

Consideran que la quema de contenedores «pone en juego nuestra vida y nuestras propiedades», denuncian. La reparación de cristales y persianas ha sido una continua de los residentes en los pisos de menos altura en los últimos años. Los vecinos del barrio critican que «el Ayuntamiento no está haciendo nada» para atajar el problema.

Publicidad

El distrito de Rekalde es uno de los más afectados por estos incidentes. A principios de septiembre, un incendio en unos contenedores afectó a un local y la fachada de un edificio en la calle Fray Juan. En julio se había producido otro en esa misma vía.

Los actos incívicos le cuestan un millón a las arcas públicas al año

Los actos incívicos les cuestan a los bilbaínos en torno a un millón de euros al año. La renovación de contenedores quemados supone un gasto de más de 1.000 euros por unidad. A esto hay que añadir la reparación del asfalto que queda dañado por el fuego. Junto a estos elementos, el Consistorio también aborda la sustitución de mobiliario urbano como señales o papeleras, a las que los vándalos deciden acortar su vida útil, o la limpieza de pintadas en fachadas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad