«Se debe fomentar ya el uso de la ría; la Gabarra demostró que tiene capacidad»

- ¿Fue duro organizar la salida de la Gabarra?

- Desde 2015 había habido tres intentos fallidos, así que teníamos el plan trabajado. Era complejo porque afecta a muchos agentes y administraciones, por lo que fue vital la colaboración interinstitucional: con el Ayuntamiento, Bomberos, Salvamento Marítimo, SOS Deiak, Capitanía, Guardia Civil, Ertzaintza, Demarcación de Costas, Cruz Roja... El trabajo de muchos años se tradujo en un éxito importante, porque no hubo ninguna incidencia reseñable. Ahora, para 2025 ya tenemos el plan diseñado si hay que volver a sacarla.

- El Gobierno central tiene un papel importante en la gestión de la ría. ¿Por qué no acaba de aprovecharse el cauce, de llenarse de actividad como en otras ciudades, si llevamos años de estudios y expectativas?

- La Mesa de la Ría (que implica a todas las administraciones con competencias en ella) empezó ya con Ricardo Barkala como concejal, en el año 2016. Entonces se pusieron las primeras semillas. Luego el Ayuntamiento de Bilbao pidió diversos estudios y ahora tiene una foto bastante realista de ese entorno, de manera que está en el momento de ver, desde un punto de vista estratégico, lo que necesita la ciudad. Creo que se deben dar pasos ya para fomentar el uso de la ría. La Gabarra lo que demostró es que tiene capacidad, que hay espacio, potencial, y hay usos que podrían empezar ya.

- ¿Cuáles?

- Hay una concesión de pantalanes desde la terminal de cruceros de Getxo casi hasta el Ayuntamiento, y eso permite conectar todos los municipios por barco, y no solo para turistas, sino para el resto de la ciudadanía, como medio de transporte. También usos lúdicos, con más actividades acuáticas de las que hay ahora. Y se podría impulsar el uso de embarcaciones en los muelles con fines de restauración. Hay muchas posibilidades que se están aprovechando en otras ciudades.

Lo que ocurre en la ría, ese montón de administraciones implicadas en ella, es sólo un ejemplo de las complejidades competenciales que se estilan por aquí. Entre los empeños que tiene el nuevo subdelegado del Gobierno es dar a conocer el papel que juega la Administración central en Bizkaia, donde cuenta con 1.700 funcionarios. De él depende directamente la dirección de servicios como extranjería e inmigración, sanidad exterior y el control sanitario de los alimentos que entran y salen por el Puerto de Bilbao. Hay otros dependientes de Madrid, como Salvamento Marítimo o la Tesorería de la Seguridad Social, que no están integrados en la Subdelegación y son gestionados de manera directa por el ministerio de turno.

- ¿Qué hace un subdelegado del Gobierno?

- El primer papel es la representación del Estado Español en el territorio. También la gestión de los servicios integrados, y su coordinación con los que no están integrados (es decir, los que dependen directamente de Madrid). Y además está la relación con las administraciones vascas.

- ¿Le preocupa lo que está ocurriendo en el Gobierno central? Lo de Koldo, Begoña...

- Me preocupan los trámites judiciales que están en marcha y que tendrán el resultado que tengan. Y me preocupa que la política no sea seria, que no transmita una buena imagen. Trabajamos para quienes nos han votado y para quienes no, y por encima de las diferencias políticas está la responsabilidad que deben tener todos los partidos, no solo el que gobierna. Lo que la ciudadanía espera no son trifulcas. El Gobierno de España está haciendo un intento por reducir ese ruido y que se hable de los temas que interesan a la gente. Aunque también debo decir que mi papel es institucional: es a la delegada del Gobierno en Euskadi a quien le toca marcar la posición política.

- ¿Cómo ve que el PNV haya reactivado la pulsión soberanista, lo del nuevo estatus?

- Cada uno da el impulso político a lo que le parece. Pero lo más importante es saber que la ciudadanía lo que quiere es que los servicios que se le dan sean correctos y cercanos, al margen de quién los preste. En cuanto a las aspiraciones soberanistas, creo que no es un tema prioritario para la mayoría de la población.

- Le competen los asuntos de extranjería en un momento en el que este asunto gana cada vez más importancia.

- La población envejece, hace falta mano de obra, y hay que mantener las pensiones de quienes se jubilan. Por eso las políticas migratorias son muy importantes. Tengo que decir que el 94% de la población inmigrante es regular.

- ¿Cuántos permisos de residencia tramitan en Bizkaia?

- El año pasado tuvimos unos 24.000 solicitantes de regularización en la oficina de extranjería, la mayoría para obtener tarjeta de residencia o para el arraigo.

- También se encargan de tramitar las expulsiones.

- Se trata de personas extranjeras que están en situación irregular y han cometido un delito. En 2021 eran en torno a 100, el año pasado se duplicaron a 200; y en 2024, hasta septiembre, fueron 186 órdenes de expulsión tramitadas, así que se prevé un incremento importante.

- En cuanto a la vacunación internacional, ¿notan que la gente viaja más al extranjero?

- Se nota bastante. Este año, en el primer semestre, atendimos a casi tantas personas como durante todo 2023. Hasta el 1 de agosto se vacunaron 6.200.

- ¿Se ha colapsado más el servicio? A veces no es fácil conseguir cita.

- Este año se ha reforzado en ciertas semanas con un tercer médico (lo normal son dos), lo que ha permitido dar el servicio que se ha dado. El problema es que la mayor parte de las solicitudes se concentra en verano. Por eso lo que intentamos es que la gente que programa viajes con tiempo contacte con el servicio de vacunación en enero, en febrero o en marzo. Que adelante el trámite y así se reparta la afluencia a lo largo del año.

- Llevan el control sanitario de mercancías en el Puerto de Bilbao. ¿Cierran la puerta a muchas importaciones?

- Todo el tráfico de mercancías que sale o entra de la Unión Europea está sujeto a estos controles. Por eso el Brexit supuso un aumento de trabajo considerable, que sigue creciendo. El año pasado hubo 8.400 controles sanitarios y este año, solo hasta agosto, 7.300. Pero se echa para atrás un porcentaje ínfimo, el 0,18%, porque importadores y exportadores conocen las exigencias y trabajan con proveedores de confianza.