Pedro Almodóvar, presidente del jurado, ayer en Cannes.

El festival protege a los cines franceses frente a Netflix

Oskar Belategui

Martes, 16 de mayo 2017, 02:04

Desplechin, dará mañana el pistoletazo de salida a una sección oficial donde Estados Unidos y Francia presentan cuatro películas cada uno. A falta de títulos ... en competición, España deberá conformarse con la presencia de Almodóvar como presidente del jurado. Tampoco aspira a la Palma de Oro ninguna cinta latinoamericana, un hecho insólito en los últimos años del certamen.

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La seducción, de Sofia Coppola, remake de El seductor de Clint Eastwood; Le redoutable, de Michel Hazanavicius, con Louis Garrel dando vida a Jean-Luc Godard; Happy End, de Michael Haneke; y Rodin, de Jacques Doillon, son algunos de los títulos de los que más se hablará. La polémica ha precedido la inauguración debido a dos películas producidas por Netflix y seleccionadas a competición. Wonderstruck, de Todd Haynes, y Okja, de Bong Joo-ho, han sido pagadas por el gigante estadounidense del streaming, que cuenta con más de cien millones de abonados en todo el mundo. La poderosísima industria de los cines franceses montó en cólera ante la posibilidad de que gane la Palma de Oro una película que no se estrene en salas. El festival se vio obligado a modificar la normativa: desde el año que viene, todas las aspirantes al premio deberán comprometerse previamente a su estreno en cines franceses.

En juego está la identidad del cine. Netflix consigue un golpe de efecto y Cannes salvaguarda los intereses de la industria cinematográfica más potente del Viejo Continente. El festival se adapta a los nuevos tiempos y, por primera vez, dos series forman parte de la sección oficial: la segunda temporada de Top of the Lake, de Jane Campion, y la tercera parte de Twin Peaks, de David Lynch. La excusa, ambos realizadores ganaron en su día la Palma de Oro.

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