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Las descargas de verdel a los puertos son muy reducidas, lo que ha desanimado a los arrantzales artesanales. M. Artime

La costera del verdel se hunde y la flota vizcaína de anzuelo se desespera

Las capturas llegan con cuentagotas y media docena de unidades de Bermeo abandonan una de las peores campañas que recuerdan

Miércoles, 17 de abril 2024, 01:02

La costera del verdel se hunde y ha precipitado el abandono de esta pesquería por parte de más de media docena de embarcaciones de bajura ... de Bermeo que emplean líneas de anzuelo para pescar esta especie. Las pobres capturas desesperan a la flota artesanal, tanto de la villa marinera formada por más de una veintena de unidades, como a la del resto del Cantábrico. Los resultados son tan nefastos que los arrantzales aseguran que se enfrentan a una de las peores campañas de caballa que recuerdan.

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Las cajas de verdel llegan a los puertos con cuentagotas. «Las cantidades son irrisorias, entre todos, y en el mejor de los casos rozamos 6.000 kilos en una buena jornada», señalaron desde la cofradía bermeana. «No hemos pescado ni el 20% de la cuota asignada», detallaron. En total, este tipo de embarcaciones disponen de 10.158 toneladas.

«Si la costera de la primavera pasada fue una de las peores de la década, la de este año, no tiene calificativos -recalcaron-. El balance es de cero», indicaron. Las previsiones además no son nada optimistas, más bien todo lo contrario. «Somos muy pesimistas porque el verdel no está entrando, no se ve nada y resulta absolutamente excepcional que en una semana no aparezca en el Cantábrico», detallaron varios patrones.

10.158 toneladas

de esta especie cuenta este año la flota artesanal que faena en el Cantábrico bajo pabellón español.

Comportamiento

«Además, los cerqueros nos han comentado que tampoco están detectando que la caballa esté bajando desde Francia», explicaron desde Bermeo. «Aún es temprano para el bonito, pero pronto empezaremos a cambiar los aparejos», adelantaron.

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Entre las distintas teorías que los arrantzales barajan para explicar esta situación figura la de un cambio en el comportamiento de la especie. «En lugar de ascender a la superficie para alimentarse, están en el fondo y cuando bajan hacia nuestras costas no lo hacen en bloques como antes, sino en una especie de bolas», explican.

También apuntan a una notable presencia del cimarrón o atún rojo, «auténticos depredadores de verdel» y por último a la competencia francesa. «Es posible que desde el norte le estén dando mucha caña porque empieza a ser una especie muy interesante para otros mercados», matizaron. «Lo que tenemos claro es que creíamos que era algo puntual, pero la situación es preocupante», recalcaron.

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