El ahogado en Mundaka tenía 90 años y falleció cuando no había socorristas
Varias personas sacaron del agua al bañista, de 90 años y vecino de Bermeo, poco antes de las once de la mañana e intentaron reanimarle sin éxito
La calurosa y más que sofocante jornada que este miércoles se vive en Bizkaia empezó de luto por el fallecimiento de un bañista en la playa de Mundaka. Se trata de un varón, de 90 años y vecino de Bermeo, al que poco antes de las once de la mañana, a las 10.50 horas, lo encontraron varias personas en el arenal, justo antes de dar inicio el servicio de socorrismo. Estaba inconsciente en el agua, según han informado desde el departamento de Seguridad del Gobierno vasco a este periódico.
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Los socorristas que se disponían en ese momento a abrir el puesto de salvamento se encontraron al anciano ya en la arena, en parada cardiorespiratoria, y fueron los primeros en atenderle, tal y como han informado fuentes forales. Le realizaron una reanimación cardiopulmonar (RCP), pero no pudieron hacer nada para salvar su vida.
En un primer momento esta playa vizcaína, Laidatxu, fue desalojada por la Ertzaintza para que pudiera aterrizar sin problemas allí un helicóptero de Osakidetza. Una salida que sin embargo se canceló poco después al verificar el personal sanitario desplazado hasta allí el fallecimiento del hombre. No obstante, este arenal permaneció con una amplia zona acordonada hasta pasadas las 13.00 horas, cuando una comisión judicial certificó la muerte del varón y se procedió al levantamiento y al traslado del cadáver de este vecino de la zona.
Sin vigilancia
Hace mes y medio el mar se cobró también la vida de otras dos personas, en apenas unos días, en la playa de la Arena, una de las que más sufre las corrientes del litorial vizcaíno. Primero fue un joven de 23 años, de origen ucraniano, que tras un baño nocturno, y por causas que se desconocen, no logró salir del agua, y cuyo cuerpo fue rescatado horas después. Igual suerte corrió posteriormente un hombre de 63 años, bañista habitual en ese arenal de Muskiz, que fue arrastrado por la corriente y engullido por el intenso oleaje que azotaba en ese momento la costa. Además de ellos, y fuera del mar, también un varón murió el pasado mes de julio en el agua, en este caso en la presa de Alonsotegi, situada bajo un puente de la Supersur, entre Irauregi y Castrejana.
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