La anchoa del Cantábrico se encarece hasta 9 euros del puerto a la pescadería

Esta anchoa y la que arribó a las plazas guipuzcoanas de Getaria y Hondarribia es la que ayer se agotó en muchas pescaderías de Bizkaia. Los clientes pagaron un precio que varió entre los 3,99 euros de las más baratas a los 10 de las más caras. 24 horas antes, en la lonja de subastas de la localidad vizcaína se habían adjudicado lotes por importes de entre 1,20 y 1,50 euros. La diferencia entre el precio de origen y el que paga el consumidor final alcanza en algunos casos los 8,80 euros. «Es un encarecimiento muy importante y tendría que haber transparencia a la hora de conocer lo que pasa por el camino», reclama Kepa Loizaga, delegado de la Organización de Consumidores y Usuarios en Euskadi (OCU), una entidad que está preocupada y ha advertido de la escalada en el precio de los alimentos de los últimos meses.

EL CORREO ha seguido la pista a estas anchoas para conocer cómo es el tránsito desde puerto al escaparate, así como cuál es el coste que alcanza el pescado en los diferentes establecimientos. La ruta comienza en las grandes superficies. La mayoría de ellas adquiere la anchoa directamente a las cofradías o a determinados barcos. «Esta viene de la lonja de Getaria», asegura una vendedora del Eroski de Barakaldo. El bocarte se ve hermoso y fresco. El precio en este establecimiento alcanza los 6,95 euros. Idéntico al de la cadena de supermercados BM. Mercadona y Carrefour, por su parte, venden el kilo un poco más barato: 5,95 y 4,95, respectivamente. En el caso de la cadena de origen francés, en el etiquetado del producto que había en su tienda de Sestao, se señalaba que la anchoa había sido comprada directamente a la Cofradía de Hondarribia.

Casi todas las grandes cadenas de distribución hacen gala de que el pescado llega sin intermediarios y que se respetan las pesquerías y el trabajo de los arrantzales. Aún así, hay una diferencia de más de cinco euros entre el inicio y el final de la cadena. A la OCU le parece bastante. «En el mejor de los casos es un 300%», concreta Loizaga.

Al margen de las grandes superficies, el precio en las pescaderías fluctuó ayer bastante. En el Mercado de la Ribera de Bilbao se podían ver bocartes a 3,99 euros el kilo. Y en las Pescaderías Vascas de la calle Astarloa, en Abando, el importe era redondo y más del doble: 10 euros. En un barrio como Zorroza, en el despacho de RuaMar, el coste era de 5,80 euros, aunque a las 13.00 horas ya no quedaba una sola anchoa. «Es que tenían una pinta estupenda».

Muchas pescaderías pequeñas compran el género a mayoristas concertados o a otros distribuidores en Mercabilbao. «Te puedes encontrar allí de todo, en cuanto a calidad. Hoy (por ayer) ha habido cajas a entre 2 y 4 euros el kilo. Depende también del volumen porque no es lo mismo comprar dos lotes de 6 kilos que 10 de 10 kilos», comenta el responsable de uno de estos negocios.

Respecto al margen de beneficio, los pescaderos consultados aseguran que es «más bien pequeño». Uno de ellos asegura que «tengo que madrugar, pagar la gasolina, el seguro y el desgaste del vehículo, y después hay más gastos a tener en cuenta: el hielo, la electricidad de la cámara, las nóminas, impuestos, licencias... El cliente no se hace a la idea...». Con todo, la OCU recomienda «comprar producto de temporada por su relación calidad precio y su valor nutricional».