Basque Fest, 235 actividades para animar la Semana Santa en Bilbao
Las protestas de los sindicatos marcaron la inauguración del evento
En el Azkuna Zentroa casi se rozaron dos maneras opuestas de entender la Semana Santa, en particular, y la vida, en general. Dentro, el alcalde, Juan Mari Aburto, inauguró el Basque Fest, un festival que tiene el doble objetivo de animar Bilbao durante estos días festivos y, al tiempo, incentivar al tejido comercial a abrir sus puertas. Fuera, los sindicatos mantenían su desafío histórico: «Estaremos vigilantes para que no abran las tiendas».
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El pulso fue un poco más allá de lo que casi todos esperaban y el medio centenar de manifestantes, que habían accedido al interior de la Alhóndiga para protegerse de la lluvia, impidió que el alcalde inaugurase el evento con naturalidad. «No me voy a extender mucho porque el ruido es ensordecedor», dijo Aburto en relación a las pitadas y los eslóganes que retumbaban en el atrio: ‘Jaietan, denok jai’, ‘Los domingos que trabaje el lehendakari’, o ‘Ni ocho, ni cuatro, aquí cero’ (en relación a los festivos que está permitido abrir en Euskadi y que en la práctica no se utilizan).
El Basque Fest se viene celebrando en Bilbao desde 2013 y pretende dar vida a una ciudad que, hasta hace muy poco, se convertía en un páramo durante Semana Santa. La idea es que «tanto quienes nos quedamos como los que vienen a visitarnos podamos disfrutar de la cultura vasca», dijo el alcalde. Durante estos días tendrán lugar 235 actividades -desde txistularis y txalaparta, hasta remo en bateles pasando por conciertos y talleres de cocina- en distintas ubicaciones -Casco Viejo, Alhóndiga, Guggenheim...-. Una batería de actividades con el nexo en común de la cultura que harán que los visitantes «se sientan vascos por unos días», dijo Aburto.
El hecho de hacer revivir la ciudad durante unas fechas en las que históricamente se quedaba grogui también busca una reactivación económica a través del tejido comercial. Que los negocios se animen a abrir. En este sentido, el primer paso está dado porque son muchos los establecimientos hosteleros que ya lo hacen; en concreto, 342 se han subido al carro del Basque Fest, lo que supone un 46% más que en la anterior edición. Es cierto que entre estos negocios hay alguna tienda de alimentación y pastelerías, pero el grueso son bares y restaurantes. Así que lo que pretende el Ayuntamiento y distintos colectivos es dar el siguiente paso y que el pequeño comercio se suba a la ola.
Presión
Y es aquí donde tienen en frente a los sindicatos. La protesta de ayer -organizada por ELA, LAB, Comisiones Obreras y UGT- buscaba mantener la tensión; recordar tanto al Ayuntamiento como a los comerciantes que no van a dejar de presionar para que las persianas se mantengan echadas. «Nos parece bien que haya actividades para atraer turismo, pero no que relacionen eso con abrir las tiendas en festivo. Las trabajadoras ya tienen bastante de lunes a sábado, para que, encima, ahora les priven del descanso estos días», razonó Marije Fernández, responsable de Comercio de ELA.
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Los pitos y los gritos cubrieron el discurso del alcalde, primero, y una actuación musical, después. Por allí andaba grupo de coreanos que parecía no haber visto nada así en su vida.
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