El Dominion confía en sus reglas para ganar al ‘Granca’

Hay que fijarse en uno mismo, en lo que dictan sus reglas, en llevar a cabo un trabajo que parta siempre desde el campo del dominador, no desde la estrecha lengua de tierra del sometido. El Dominion quiere ser hoy un equipo mandón, determinado a hacer lo que debe, pulcro y ordenado en el manejo de la pelota y fiero en el entorno de los aros. Sus protagonistas, dentro y fuera de la cancha, coinciden en que necesitan divertirse lo que se traduce en manejar la situación con solvencia, lo que quiere decir que tendrán que ser descarados en el otro lado del campo. Para todo ello hay un componente vital, tener el cuero en posesión. Y ello entronca con la necesidad de defender, de arrebatarlo al prójimo, de mejorar en la faceta reboteadora para correr. Porque cuando los hombres de negro lo hacen (correr) Miribilla se inunda de otra luz, de una atmósfera especial, la suya, la que seguro que hoy conocerán los debutantes que se extrañaron el pasado miércoles de un atrezzo más modesto del imaginado.

Arranca la temporada en el Bilbao Arena a las 13 horas con el feliz antecedente del triunfo en Andorra en la primera jornada, un racimo de partidos que deparó algunos, bastantes, resultados sorprendentes, más por lo aparatoso de los marcadores que por su signo. Entre ellos, la contundencia con la que el Herbalife Gran Canaria se deshizo del Retabet.es, nueva nomenclatura del Gipuzkoa Basket. Eran claros favoritos los de Aíto García Reneses, pero de ello a apalizar a los donostiarras por 33 puntos media un mundo. Un encuentro en el que se pudo comprobar que el visitante de este mediodía en Miribilla (el nuevo horario es una imposición de Movistar+ como poseedora de los derechos televisivos) no se va a destacar por hacer prisioneros.

Advierte Sito Alonso de las dificultades con las que se toparán sus hombres ante un Granca con el inequívoco sello del viejo profesor Reneses. Dar cera, pulir cera, traducido como intensidad extrema en defensa, al límite de lo que permitan los árbitros y los pulmones de sus jugadores. Por ello ha dispuesto de una plantilla larga en la que se busca el mantenimiento de un ritmo constante, altísimo por supuesto. Una suerte de carrera de relevos en la que todos los que visten de amarillo tiran como posesos y en cuanto se adivina un indicio de fragilidad el sustituto entra como impulsado por un detector invisible.

Difícil, claro. Hablamos de la Liga Endesa, que aguanta como puede el estatus de mejor campeonato ajeno a la NBA. En cualquier caso, una competición en la que la clase media no deja de crecer y eso equilibra cada vez más lo que sucede en las pistas. Así que el que quiera ganar hoy en Miribilla tendrá que agotar la carne que acabe en el asador. Los hombres de negro llegan bien surtidos y aumentan su confianza al tener mucho más conocimiento directo del rival que lo que le sucedió el miércoles con el Nanterre. El traspié con los parisinos está debidamente archivado tras ser sacadas las conclusiones oportunas. También el Herbalife tuvo jornada continental en Le Mans, donde ante un oponente discreto logró una victoria muy ajustada en los dígitos.

Eso sí. El mensaje es que se preparen los de Aíto porque en esta ocasión se va a poder disfrutar del ambiente de Miribilla en todo su esplendor. Una entrada estelar y el consiguiente apoyo de la marea negra es la única pieza que los de Sito Alonso necesitan para completar el puzle. Los insulares con importantes caras nuevas en sus filas (Pangos, Rabaseda, Aguilar, Omic, Galdikas) tratarán de distraer alguna pieza, pero los de casa confían en que culminarán su faena con la segunda victoria liguera horas antes de partir hacia Bonn.