La madre de todas las batallas
Después de recibir la extremaunción más de una vez, el RETAbet juega hoy una de las 'finales' más importantes de su historia: ganar al Joventut es la salvación
Después de ocho meses de sufrimiento, contratiempos, lesiones, contagios y confinamientos, con una mochila cargada de derrotas que amenazaba con aplastar al RETAbet a mitad ... del camino, los hombres de negro juegan hoy uno de los partidos más importantes en la historia del club. Si ganan al Joventut seguirán en la ACB. Así de simple, que no deja de ser extremadamente complejo en la cancha. Lo que importa es que el Bilbao Basket es dueño de su futuro y que solo 40 minutos le separan de la orilla, a la que ha llegado exhausto y con los brazos machacados de tanto remar. Pero está con vida, ganas y convencimiento de que la salvación se hará realidad en Miribilla. De estar muertos a resucitar sobre la bocina, con una dosis de fortuna que tantas veces les ha sido esquiva. Hoy, en su casa, el milagro debe terminar de hacerse.
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«Cuando no has conseguido nada, la euforia no es buena ni es positiva. A lo único a lo que te lleva es a la frustración durante el partido. Estás eufórico cuando logras algo, no antes. No hemos hecho nada, simplemente estamos con opciones», advirtió ayer Álex Mumbrú, quien en su comparecencia previa a la 'final' de hoy se afanó en transmitir que toca rematar el trabajo «con un buen baloncesto». Después de la derrota contra el Real Madrid, el destino del Bilbao Basket pasó a las manos del Estudiantes y el Burgos. La victoria de este último en la cancha colegial devolvió el pulso a los hombres de negro y les puso en la situación de depender de sí mismos. Una vida extra que debe aprovechar el RETAbet, hace poco desahuciado y ahora dueño de su destino.
El equipo hubiera firmado con sangre estar donde está ahora, pero el partido contra la Penya se las trae y hay que saber resolverlo. Una de las grandes incógnitas es el concurso de John Jenkins, quien recibió un durísimo golpe en el choque con el Real Madrid que le abrió una ceja y le dejó aturdido. Es duda. «No sabemos si podrá jugar. El viernes le hicieron pruebas. Sigue mareándose. A ver si llega», fue telegráfico Mumbrú. El americano es fundamental para el equipo, un 'killer' que cuando entra en trance es imparable. Contar con él ante el Joventut subiría las opciones de los hombres de negro, que necesitan de todos sus efectivos para completar el milagro.
«Confío en mis jugadores»
Mumbrú insistió en la importancia de no dar nada por hecho, aunque el rival no se juegue absolutamente nada. Recordó que el Estudiantes «se alegró cuando nosotros perdimos contra el Madrid porque volvía a depender de sí mismo para salvarse. Luego cayó (ante el Burgos). Si nos alegramos mucho por la derrota del 'Estu' y no por hacer bien nuestras cosas, nos podría pasar lo mismo. Tenemos que saber que jugar este tipo de partidos siempre es complicado». ¿Le gustaría vestirse de corto y echar una mano a sus hombres? «Daría muchas cosas por intentar ayudar. Confío plenamente en mis jugadores. No podría suplir a ninguno porque no estoy capacitado, y ellos sí. Se han ganado la posibilidad de jugar en casa el último partido para la salvación».
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El equipo se entrenó este sábado en Miribilla y tuvo una sesión de vídeo. Repasó los puntos fuertes de la Penya -muchos- y los débiles -pocos-. 2.400 segundos por delante para sellar la permanencia en la ACB. Palabras mayores. «Hace unos días habíamos naufragado y estábamos lejos de la orilla. Hemos sido capaces de revertir la situación y jugárnosla en el último partido en casa. Lo haremos con la máxima cautela, precaución y respeto». Una cita con la historia.
«Es bonito que la gente quiera recibir a los jugadores, que noten su calor»
Nada más confirmarse la victoria del Burgos contra el Estudiantes, que supuso devolver al RETAbet el control de su destino, los aficionados del Bilbao Basket comenzaron a moverse en las redes sociales para promover hoy una quedada consistente en acompañar al equipo a su llegada al pabellón. Álex Mumbrú agradeció ayer la iniciativa, aunque reclamó que se desarrollara con arreglo a las normas sanitarias. «Contar con nuestra gente sería fundamental. Les echamos de menos. Sería bonito verles y que los jugadores notaran su calor. Siempre con prudencia y distancia», dijo el entrenador barcelonés.
Mumbrú no ha dejado de acordarse de la marea negra durante la temporada. Era consciente de que con su apoyo el casillero de victorias hubiese sido más amplio. «Hemos competido así todo el año», comentó en alusión al silencio en Miribilla. «Ojalá estuviera el pabellón lleno, como hace dos años en la fase de ascenso. Ahora es otra situación. Debemos ser capaces de que no nos afecte y hacer un buen baloncesto».
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