Álex Mumbrú celebra la salvación del RETAbet en Miribilla. luis ángel gómez
Álex Mumbrú | Entrenador del RETAbet

«En este club nadie es imprescindible, solo los 10.000 de Miribilla»

Se felicita por la salvación del RETAbet y alaba la «paciencia» de la directiva para «confiar en el trabajo y en este grupo» a pesar «de los golpes»

Martes, 25 de mayo 2021, 01:38

Sereno y tranquilo, con el lógico agotamiento tras una temporada agónica con final feliz, Álex Mumbrú habla de una salvación milagrosa solo 24 horas después ... de ganar al Joventut. La cita es en Miribilla, donde el técnico de los hombres de negro lleva 12 años entre su etapa de jugador y entrenador. Explica que la permanencia es fruto del «trabajo diario y confianza» en lo que se hacía, sin soslayar la importancia de la suerte en los últimos cuatro días de la liga. El Bilbao Basket ha vivido de espaldas a la fortuna durante ocho meses y al final ha contado con un empujón divino. Al catalán se le ha insistido por activa y por pasiva que arrojara algo de luz sobre su futuro. ¿Se quedará? ¿Se marchará? «Tengo contrato», argumentaba. Se declaraba «feliz» por haber dejado el club en la élite.

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- ¿A qué le sabe la salvación?

- A una recompensa. Una recompensa por el trabajo bien hecho, que a veces solo se puede reflejar en victorias. No habíamos tenido muchas durante el año. Todo ha pasado en un suspiro tras una temporada muy difícil.

- A falta de siete jornadas para el final, en abril, aseguró en una entrevista con este periódico: «Creo que nos vamos a salvar, y no lo digo de boquilla». Casi nadie le compró entonces la frase.

- Mucha gente se reía. 'Lo dice por decir', comentarían. Añadí lo de 'boquilla' porque sabía que muchos pensaban que estábamos muertos. Confiaba en el trabajo y en el grupo. Tenía claro que íbamos a luchar hasta el final. Hasta que no estuviéramos matemáticamente descendidos íbamos a darlo todo para evitarlo.

«Ni el año pasado fue tan espléndido ni este debería haber sido tan catastrófico»

sus dos cursos en la acb

- ¿Por qué se han salvado?

- En primer lugar: la directiva entendió los golpes que recibía el equipo. Tuvo la paciencia de confiar en lo que estábamos haciendo. Era muy difícil. Si no, podíamos haber cambiado todo, empezando por mí. En segundo lugar: los jugadores han creído a muerte que éramos capaces de hacerlo. Y en tercer lugar: nunca hemos parado de trabajar. Es el cóctel de la salvación.

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- ¿Cómo ha conseguido que el equipo no se cayera?

- Es difícil. En el partido del Gran Canaria nos encontramos con un Leonardo Toté que acababa de llegar. Ioannis (Athinaiou) se había incorporado una semana antes. Se nos cayó Rousselle, nuestro base titular y capitán, y Balvin y Miniotas venían de la Covid. También Kulboka, pero no tenía síntomas y estaba mejor. Salimos de un confinamiento de diez días e intenté convencer al grupo de que ese tiempo nos había venido bien. Necesitábamos despejar la cabeza porque llevábamos mucha saturación de partidos. Perdíamos, pero jugábamos bien y contra grandes equipos.

- Aquel +21 ante el Valencia.

- Fue duro perderlo. Dije a los jugadores que éramos capaces de conseguirlo. Aunque estuviéramos contra las cuerdas, porque lo estábamos, podíamos hacerlo.

- Creyeron en usted.

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- No es mérito mío, sino de ellos. Cuando faltan cuatro o cinco días para acabar, es muy fácil bajar los brazos y decir: 'Bueno, en cinco días me voy a casa'. Creyeron.

- En sus tres años de entrenador ha logrado un ascenso, jugado la Copa, metido al equipo en la lucha por el título y acaba de conseguir una salvación milagrosa. ¿Ha sido una masterclass de baloncesto?

- Ha sido un aprendizaje. Hablé con un entrenador de la ACB que me dijo: 'Para lo que necesitamos a veces cuatro o cinco años tú lo estás haciendo en dos'. Ni el año pasado fue tan espléndido ni este debería haber sido tan catastrófico. Nuestra realidad es más la de este año que la del anterior.

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«Consigue que vayas por encima de lo que eres como jugador. Si eres un seis, con el público eres un ocho»

público de miribilla

- ¿Tanto?

- Es más nuestra realidad, la de luchar en las posiciones de abajo. ¿Por qué? Porque el presupuesto es una parte muy importante en la confección de un equipo.

- Hacer un equipo en la ACB con un millón es una osadía.

- Llevamos un par de años así.

- No se puede.

- Sí se puede porque estamos en la ACB. Es verdad que sufrimos. A esto se le suma que nuestra gente es fundamental. Son 10.000 personas en el pabellón que te animan. Muchas veces consiguen que vayas por encima de lo que eres como jugador. Si eres un seis, con el público eres un ocho. Pues este año hemos competido sin la afición y lo hemos notado mucho.

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- ¿Ha dejado de creer en algún momento?

- No. Hubo algún momento en el que no entendía por qué nos estaba pasando todo esto. Aguantábamos los golpes de pie, pero eran golpes continuos y ocurrían dentro de una incertidumbre máxima. Recuerdo el día que íbamos a jugar aquí contra el Andorra. No teníamos lesionados. Ellos sí. Hubo un brote de Covid y cuando volvieron estaban todos y a nosotros nos faltaban tres: Hakanson, Balvin y Serron. Nunca he flaqueado, pero he pensado en la mala suerte que teníamos.

- ¿Cuál ha sido el momento más duro de la temporada?

- Lo pasé mal en el partido contra el Estudiantes en casa.

- Aquellos tiros libres fallados.

- Teníamos el partido más o menos controlado.

- Ganado.

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- Ganado. Sabía que ese partido podía ser importante a la larga. Fue un momento complicado. Y es cierto que después del Gran Canaria aquí, cuando todos nos daban por muertos, pensé: 'Ahora estamos contra las cuerdas. Ya no hay margen de error'.

«Ninguno tiene contrato. Nos encantaría que se quedaran, pero se me antoja difícil»

balvin, brown y jenkins

«Nos tenemos que sentar»

- Vino en 2009. Tras 12 años podría escribir una novela. ¿El partido del Joventut fue su último capítulo en Bilbao?

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- Tengo contrato con el Bilbao Basket. Un año más. Nos tenemos que sentar, planificar, ver cómo funciona todo. Pero ahora no es el momento de hablar de eso, sino de disfrutar de una salvación agónica. Hay que entender también que en este club no hay nadie imprescindible.

- Ni en ningún sitio.

- Las personas van y vienen. Ahora estamos unos, luego vendrán otros. Los imprescindibles son los 10.000 que vienen todos los días. Ellos no se pueden ir.

- Si le pregunto por si hay más posibilidades de que se quede o de que se vaya, ¿qué diría?

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- Que tengo contrato aquí.

- Ocho jugadores tienen contrato y siete acaban. ¿El año que viene volveremos a ver a un nuevo Bilbao Basket?

- Somos un equipo que cuando lo hacemos bien se nos llevan a jugadores, como el año pasado. Y cuando no... tendremos que hacer cambios. Es algo necesario. Cada año nos tenemos que reinventar. Nos encantaría tener un núcleo, mantener a gente. Pero entiendo que hay jugadores que han dado un paso. Pueden venir equipos con contratos que nosotros no podemos igualar.

- Balvin, Brown, Jenkins...

- Ninguno tiene contrato. Nos encantaría que se quedaran, pero se antoja difícil.

- Cuando vuelve al 19 de septiembre, al primer partido de la liga en Gran Canaria, perdido en la prórroga, ¿qué piensa?

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- Que si hubiéramos ganado a lo mejor habría cambiado todo (risas). Nunca sabes. Después de 38 jornadas hemos merecido no descender. Ha sido un año muy difícil, sin público. Teníamos que ser duros mentalmente y lo hemos sido. Si tuviera que cambiar algo... No cambiaría nada. ¡Ahora no! Bueno, sí, tener más victorias, pero entonces no nos hubiera enseñado tanto. A veces una derrota te hace construir y una victoria hace que todo se esconda. Si esto nos sirve para ser mejores, pues aprovechémoslo.

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