Los quince días de oro de Polonara

A diferencia del Pélida, nuestro Achile no solo no pereció para lograr aquella victoria, sino que es cada día más fuerte, más sabio y más importante en el esquema de Dusko Ivanovic. Es, por el momento, el llamado de suplir el hipotético vacío creado por la marcha de Tornike Shengelia a Rusia.

El alero alado, saltarín reconocido y reconvertido a triplista, lleva 15 días de dulce. Poder jugar más de 30 minutos de media le sienta de fábula. -Es lo que hace desde la visita del mermado Khimi al Buesa Arena, el pasado día 16.Nuestra 'meravigliosa creatura' del baloncesto proletario ha mutado en una de las actuales estrellas del continente. ¿Durará? Por qué no iba a hacerlo.

Una vez más el juego reparte verdades más allá de las universalmente aceptadas y corona a supuestos secundarios en protagonista absolutos. Marius Grigonis es el más que merecido MVP de octubre en la Euroliga. Sirva de ejemplo.

En los seis partidos que el Baskonia ha disputado en estas dos semanas, el italiano promedia 16 puntos y 8,3 rebotes. Contra Jerebko, que se dice pronto, firmó un doble doble de 20 puntos. Eso no ocurre todos los días en Europa. Atrapó 10 rebotes, seis de ellos en ataque. Al Manresa, en ACB, le hizo 17 tantos y realizó 13 capturas. En los dos choques contra el Barcelona, 16+8 y 14+6. En el segundo reaparecía Mirotic, que siempre exige un plus.

De hecho, en ese duelo, el supuesto titular azulgrana acabó con valoración negativa. Alec Peters continúa con dolor tras la lesión que le obligó a parar y Polonara ha respondido con matricula de honor al reto.

Acumula 34 minutos en pista de media. Fundamentalmente al 'cuatro' y cuando se necesita en dónde sea. Y cuanto más juega, mejor lo hace. Hasta estos últimos días de gloria, con estadísticas más discretas, el día que más brilló fue contra el Murcia (12 puntos y 7 rebotes), que estuvo 29 minutos sobre las tablas.

Aunque lo más positivo resulta la oportunidad que está demostrando para además de anotar mucho hacerlo en los momentos más complicados. Ese triple que nadie espera en el segundo cuarto, cuando el ataque se atora, comienza a ser un clásico.

Repasando los partidos, son incontrables las veces que una racha de tres o cuatro ataques fallidos se corta por algo que Polonara crea por si solo. Un lanzamiento liberado porque le flotan pensando que solo salta. Ese mate tras rebote ofensivo entrando desde el triple y volando sobre el resto de jugadores... La entrada de la grulla...

Posiblemente, la gran virtud de Achille Polonara es hacer sin decir. Aquello de que otros lleven la fama. Él carda, y cómo. Llegarán momentos de menos acierto, las dos últimas semanas perfora la red el 42% de las veces que lo intenta desde el triple, y volveremos a la matraca de si es un juador de rol y sesudos discrusos que solo visten una evidencia incontestable.

En cancha hay cinco por cada equipo y un balón y el que está más centrado y mejor físicamente en ese momento gana. El resto, literatura, como las historias alrededor de una fonteta sobre Troya y las aventuras de Ulises el argentino, el divino Aquilés o Agamenón el conquistador llegado des Bijelo Polje.