Con el fin de año podría decirse que baloncestísticamente se inicia el curso 2021-22. Se ha despejado con bastante certeza quién es quién dentro ... de cada plantilla. Y se está a tiempo de ir dilucidando si el entrenador de turno reúne las garantías que el club demanda. No queda más que ponerse a trabajar discretamente.
Publicidad
En el caso del Baskonia, el asunto no es tan sencillo. La pandemia, con su larga duración, ha enfriado al público que a lo largo de los años ha sido el verdadero baluarte del club vitoriano. La singularidad de sus aficionados no tiene nada que ver con la juventud festiva y sí con espectadores de mediana edad conocedores del valor real de lo que el equipo ofrece y acostumbrados a paladear juego de primer nivel. Para que ese distanciamiento por el virus se corrija, la entidad ha de abrir las ventanas, comunicar más e ilusionar con un futuro ambicioso o al menos diferente. Las interioridades de los proyectos siempre han estado guardadas bajo llave. A la ciudad tampoco le ha importado. Y los resultados se han contado por éxitos. Sospecho que ahora, insisto como consecuencia del covid, el club debe inyectar dosis de ilusión sobrevenidas.
Sin hacer ninguna crítica de lo que la sala de máquinas del Baskonia haya conseguido, todo lo contrario, pues ha habido años con grandes aciertos, ha llegado el momento de revitalizar la secretaría técnica para que las posibilidades del mercado se amplíen. Las personas no son eternas y los métodos de trabajo evolucionan y requieren un tipo de gestión distinto.
Ha llegado el momento de revitalizar la secretaría técnica para que las posibilidades del mercado se amplíen
La falta de oferta de jugadores contrastados y el costo de cualquier de ellos fiable quedan fuera de la propia economía, no sólo de la baskonista, sino de los dineros disponibles en nuestro país, donde únicamente el Barça y el Madrid, por la particularidad de sus proyectos, son competitivos. Es una evidencia que la ACB y la Euroliga han perdido calidad.
Publicidad
Llegados a este momento no puede ser una idea desechable montar el equipo desde una reducción del número de baloncestistas con responsabilidades máximas y el resto, proyectos. Siete buenos permiten mantener un nivel competitivo en el 70% de los partidos del curso.
Este planteamiento, que es solo un ejemplo, requiere un cuidado extraordinario de los otros siete miembros del plantel. La selección, el adiestramiento, los métodos de entrenamiento, en definitiva el tutelaje general, demandan personal muy cualificado que, sospecho, el Baskonia de hoy no tiene. Este planteamiento, con pérdida de control por parte del entrenador-jefe que en muchas ocasiones perturba el natural crecimiento de las promesas, trae disputas que debe ganar el proyecto del club, nunca el preparador con su inmediatez.
Publicidad
Puede que esta idea sea irrealizable o quizás muy peligrosa, no sé, no tengo conocimiento de la situación actual del club, lo que sí parece necesario es emprender alguna actuación. Algunas veces es bastante con que suene el timbre para que la gente se despierte.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión