«No me esperaba la llamada y en cuanto la recibí, tuve claro que quería regresar»

Sacarse una espinita que tenían tanto el jugador como el club tras su gran año en el Alba Berlín es su principal motivación. «No me esperaba la llamada del Baskonia, pero lo tuve claro. Si se abría la puerta, quería volver», declaró el timonel uruguayo, igual de sonriente que en temporadas anteriores pero «más fuerte que nunca» mentalmente. «No se me pasa por la cabeza pensar si me va a pasar algo, no soy supersticioso. Vengo a rendir al mejor nivel posible. Me siento de maravilla, sin ninguna molestia. Dusko nos está poniendo buena forma».

Granger llevará el dorsal 11 usó en el Preolímpico con Uruguay, dejando atrás el número quince de su anterior etapa. El largo periodo de inactividad por las lesiones de tobillo y el tendón de Aquiles le han hecho perder explosividad, pero le ha hecho ser un base más cerebral, «bastante diferente» a Baldwin pero con el que cree que se podrá «compenetrar bien». Unas veces en solitario y otras veces con los dos en cancha, ambos serán los encargados de dirigir el juego del Baskonia.