Pablo Laso da instrucciones con la pizarra durante su primera pretemporada como técnico azulgrana. Carlos Díaz

Liga ACB 2024-2025

Así se gestó el 'megafichaje' de Laso: adiós por email, «paciencia» y máximo secretismo

Golpe de efecto ·

Las discrepancias del entrenador y la directiva del Bayern desencadenaron un ilusionante regreso a Vitoria llevado con extremado sigilo

Jueves, 26 de septiembre 2024, 01:40

La expresión 'golpe de efecto' lleva vinculada al Baskonia desde el pasado 28 de junio. En un 'impasse' de hora y veinte minutos, la ... afición azulgrana pasó del más profundo desafecto ante la falta de noticias a una ilusión desaforada por el futuro del equipo. A un lado quedaba un mes y medio de incertidumbre tras un decepcionante final de temporada y una inesperada despedida de Dusko Ivanovic. Llegaba un nuevo entrenador de indudable prestigio, de juego atractivo, con carácter y de la casa. ¿Qué más se puede pedir? Su nombre ya lo saben. Pablo Laso Biurrun.

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El hombre encargado de separar un pasado desalentador de un futuro de fantasía era una quimera para la afición. Nadie asociaba el vacío del banquillo azulgrana a la figura del vitoriano. Se vinculaba a Lakovic, Fauthoux, Banchi, Spanoulis, Itoudis, Xavi Pascual, Prigioni, Splitter... Exagerando, incluso fichar a Gregg Popovich parecía más creíble. Hasta que en una mañana cualquiera del verano más largo de la historia del Baskonia todo cogió sentido. «El entrenador Pablo Laso deja el campeón alemán por motivos familiares», anunció el Bayern Múnich a las 9:20 horas. Era la víspera del día de San Pedro, pero al baskonismo se le abrieron las puertas del cielo.

Apenas dio tiempo para precavidas especulaciones. A las 10:54, la entidad de Zurbano publicaba un emotivo vídeo desde el patio de San Viator. Y a las 11:03, la confirmación del bombazo. «Pablo Laso vuelve a casa». En el momento deportivo más bajo del Baskonia en la ACB, fuera del play off por primera vez en su historia tras pelear por el título 41 años seguidos, el club lograba sacudirse el trauma de un plumazo de la misma manera que lleva décadas instruyendo. Hacer posible lo imposible sin levantar apenas ruido. Beneficiándose de una oportunidad que le dio el mercado al conocer las discrepancias que mantenía el alavés con la directiva del Bayern y viceversa.

El verano de 2023 sirve para comprobar la imprevisibilidad de la noticia. Laso estaba sin equipo. Había pasado un año sabático después de su famoso cese del Real Madrid tras sufrir un leve infarto de miocardio y se subía por las paredes. Quería volver a entrenar. Por su parte, el Baskonia realizó su mejor fase regular de la ACB desde 2009 pero la confianza en Peñarroya se quebró al caer en la primera ronda del play off ante el Joventut. «Si alguna vez piensan en mí como entrenador, ya se pondrán en contacto conmigo» decía Laso en este periódico en 2016 a la reiterativa pregunta de cuándo dirigiría al equipo en el que es leyenda como jugador.

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Relación debilitada en Múnich

El técnico quería refuerzos y los dirigentes bávaros pedían el desarrollo de los jugadores en nómina

La llamada no llegó en ese momento. Quizás porque era impensable que el caché de un doble ganador de la Euroliga estuviera al alcance del Baskonia. Quizás porque para los despachos del Buesa Arena no era equiparable dirigir una plantilla de muchos quilates como la del Real Madrid a una más limitada como la azulgrana. O simplemente sabedores de que Laso prefería probar suerte fuera de España. Pese al interés de Maccabi o Efes, el vitoriano desembarcó en el Bayern con la idea de construir un proyecto potente en el medio-largo plazo.

Firmó un contrato de dos temporadas -con opción a una tercera- que nada hacía presagiar una ruptura en solo un año. Había ambición, un nuevo pabellón cerca de inaugurarse, un presupuesto al alza y los resultados acompañaban. Devolvió al Bayern a lo más alto de Alemania con un doblete (Liga y Copa) que no se veía desde 2018. Pero había una insatisfacción por ambas partes. Según las fuentes consultadas, a mitad de curso, el vitoriano pedía refuerzos para la plantilla, mientras que la directiva le demandaba el desarrollo y mejora de los jugadores en nómina. Un tira y afloja lógico y habitual en todos los equipos, pero que en Múnich debilitó la relación hasta poner fin a la misma.

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Riesgo a perder jugadores

Mientras, en el Baskonia fue cesado Peñarroya y recuperado para la causa Dusko Ivanovic. El montenegrino era la primera opción para el cargo pese al fiasco doméstico, pero no se alcanzó un acuerdo debido a las diferencias en las líneas de futuro de la plantilla azulgrana. Se sondearon las posibilidades de Jaka Lakovic o Frédéric Fauthoux sin total convicción cuando el nombre de Pablo Laso ya estaba encima de la mesa. Con la pasada campaña aún en curso, la agencia de representación del técnico hizo saber a varios clubes que el vitoriano estaba abierto a un cambio. Tan solo la entidad que preside Josean Querejeta optó por correr el riesgo a una larga desvinculación o a que se le escaparan jugadores por no saber la figura del entrenador y apostar por su regreso una vez comprobado las dificultades del mercado.

Final de la Liga alemana

Querejeta llamó enseguida a Laso, se llegó rápido a un acuerdo y el club germano no puso pegas a su salida

Como destacaron todas las partes en el momento de la presentación, tocó armarse de «paciencia». El Baskonia acabó la competición el 12 de mayo, y dijo adiós a Dusko Ivanovic el 27. Pablo Laso ganó la Liga el 14 de junio. Hasta entonces, el técnico se centró en la competición germana, pero ya tenía decidido no seguir en Múnich. «Al terminar la temporada, una de las primeras llamadas que recibí fue la de Josean (Querejeta)», reveló Laso en una entrevista emitida por el club. No había telepatía entre ellos, excompañeros y amigos. Al 'júnior' le llamaba sobre la cancha el ahora presidente. «Félix (Fernández) ya había estado hablando con mi entorno», confesó. El acuerdo fue rápido y discreto. Quedaba la rescisión.

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La decisión, por correo

Laso regresó en coche a Madrid después de la celebración pertinente del título liguero germano y, desde allí, notificó al club bávaro por correo electrónico su decisión de dejar el club. Alegaba las ganas de su familia por volver a España. El Bayern, que también sufrió la marcha de su director deportivo Daniele Baiesi, no puso impedimento. «Nos sorprendió, pero lo respetamos», declaró el director general Marko Pesic en la web del Bayern. Entre todos sellaron una rescisión amistosa bajo la coletilla de «motivos familiares» con los que enterraron las diferencias de pareceres que se llevaron por delante la relación.

La operación, en la que Josean Querejeta, presidente y máximo accionista del club, se involucró al máximo fue llevada en secreto hasta para los propios empleados del club. Hasta el punto de que el fichaje estaba cerrado desde un par de días antes y la notificación al resto de departamentos no llegó hasta el mismo viernes 28 de junio a primerísima hora de la mañana, cuando el Bayern ya iba a anunciar su salida. «Cuento con los dedos de la mano la gente que lo sabíamos», dijo Félix Fernández en la presentación del vitoriano. «Mi agente me pasó una lista. Estaba él y otros. Pero cuando fiché no se sabía quién sería el entrenador», confirmó Luwawu-Cabarrot el pasado domingo en una entrevista en este periódico.

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Silencio hasta la rescisión

«Cuento con los dedos de la mano la gente que lo sabíamos», afirmó Félix Fernández sobre la firma

'Pablito' volvió a Vitoria 29 años después de irse como jugador. Se comprometió hasta 2027, un contrato como no se veía desde 2008 para un entrenador del Baskonia, y tomó peso en el mercado azulgrana. «Mi granito de arena para sumar va a estar ahí», dijo en la carta de presentación. No ha llegado LeBron James, pero sí jugadores con caché o experiencia Euroliga. Los capitanes de los equipos del pasado curso en la Euroliga reflejaron en una encuesta que el entrenador al que más ganas tenían de enfrentarse era Laso, con un 44 % de los votos. Obradovic tenía el 27,78%. Nunca un técnico había tenido un porcentaje tan alto en este test. De ahí la «esquizofrenia» baskonista, como lo definió el club, en la víspera del día de San Pedro. Y San Pablo.

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