Parcial de 13-42
Las claves de la sobrenatural remontada del Baskonia: trece minutos sin cambios y el regreso del acierto exteriorPablo Laso mantiene los trece últimos minutos un quinteto con Forrest, Baldwin, Rogkavopoulos, Moneke y Hall para lograr un 13-42 de parcial
El Baskonia volvió a poner a prueba los límites de la cordura de su afición. Anoche archivó otra victoria de esas inesperadas en su hemeroteca. ... Tan indescifrable que en plena crisis de resultados, cuando nada parecía funcionar, Pablo Laso optó por no cambiar nada. Perdían los azulgranas 57-41 en el minuto 26 hasta lograr una remontada sobrenatural, la segunda de mayor envergadura de lo que va de curso, con el mismo quinteto con el que el equipo parecía languidecer. El compuesto por Forrest, Baldwin, Rogkavopoulos, Moneke y Hall, que se echaron el equipo a las espaldas para aprovecharse de una laxitud mortal del Zalgiris.
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Se enfadó Trinchieri con sus jugadores y con razón por una desconexión imperdonable al nivel de exigencia de la Euroliga. Pero el técnico colocó sobre la cancha en pleno tercer cuarto a uno de los emblemas del conjunto lituano como Lukas Lekavicius, con un papel testimonial en la rotación tras varias lesiones. Su entrada provocó la ovación de un Zalgirio Arena repleto de aficionados entendidos al baloncesto y sonrientes ante lo que parecía una nueva victoria local. Un clima de partido resuelto con el que quizás ya había baskonistas que habían cambiado de cadena, pero con el que los bálticos vendieron la piel del carnero mucho antes de cazarlo.
Una recuperación de Kamar Baldwin ante el base lituano inició un parcial sobrenatural. Cayó el Zalgiris en la red azulgrana, el mismo equipo que venía de haberse rendido en el Pireo y que ahora contó con la baja de Cabarrot, pero que ayer volvió a aunar una capacidad de resistencia muy significativa junto a la consabida calidad individual. Primero se catapultó con un 0-11 de parcial para cerrar el tercer cuarto gracias a subir la defensa. Laso no hizo cambios en los trece minutos finales, pero sí introdujo una defensa en zona con presión sobre el balón y constantes dos contra unos para cortar por la tangente la errante concatenación de ayudas mal leídas. Especialmente en el caso de Moneke, Hall y Howard.
Así salió del laberinto en el que el Zalgiris le metió al jugar sin pívot y del que supo salir a base de ataques atropellados que acabaron en canasta. Apareció la calidad en el uno contra uno de Baldwin, la templanza de Forrest, la intendencia de un Rogkavopoulos que volvió a ser clave, el nervio esta vez controlado de Moneke y la capacidad de finalización de Hall. El quinteto gozó además de todo el acierto exterior que no tuvo en los tres primeros cuartos.
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Apareció la inspiración
Entró el Baskonia en el último cuarto con un 26 de 137 en triples en los partidos de Euroliga de este mes de noviembre, como registró Donatas Urbonas. Solo un 18,9% agravado por los cuatro partidos consecutivos en los que Markus Howard se ha quedado de vacío. Acumula un 0 de 22 ante Efes, Mónaco, Olympiacos y anoche. Pero los azulgranas sobrevivieron al mal momento de su astro con un 5 de 8 definitivo desde la larga distancia. Encontrando el premio que antes se le negó en otros lanzamientos liberados que no acabaron en canasta.
El Baskonia tiró por lo sencillo en el primer cuarto. Con ataques más ordenados, contragolpes tras un rebote, una búsqueda significativa del juego interior y evitando el trantrán habitual del Zalgiris. Pero todas las ideas se acabaron diluyendo hasta encontrar diez brazos dispuestos a reanimar al vestuario.
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