Baskonia 95 - 92 UCAM Murcia

Desde el sufrimiento hacia la luz

Se precisó una prórroga para desenredar un partido que ninguno de los contendientes parecía saber ganar. Un duelo peleado a golpe de coraje y baloncesto de trazo grueso llegó a los instantes finales del tiempo reglamentario condenado a resolverse desde los tiros libres, esa línea en la que nadie estorba, pero donde también se agolpa toda la carga psicológica para el protagonista cuando el marcador y el reloj aprietan. El equipo azulgrana respiraba de manera entrecortada con un 83-81 en el marcador a falta de 32 segundos cuando Moneke erró sus dos tiros libres. Caupain fallaba uno de sus dos lanzamientos desde la misma distancia pocos segundos después para colocar el 83-82. A partir de ese momento, el partido se volvió definitivamente loco. Una pérdida de balón de Howard dio paso a una canasta doble de Caupain. En un parpadeo, Baldwin volvía a la línea fatídica con un 83-84 en contra y con el reloj parado un segundo y cinco décimas del cierre. La tensión pudo con el base principal, sustituto del descartado Forrest. Solo acertó uno de sus dos intentos y ambos equipos se condenaron a la prórroga. El timonel azulgrana se quedaba sin el premio de rematar un duelo laberíntico en el que había demostrado su capacidad para tener una incidencia clara en el juego del plantel vitoriano, más allá de su capacidad organizativa.

Pero quedaba la reválida de la prórroga, una última oportunidad de redención que Baldwin supo aprovechar. No pudo encontrar mejor aliado que un Donta Hall hermético al cansancio convertido en el único 'cinco' sobre la faz de la tierra para Pablo Laso. Sobre sus hombros cayeron casi todos los minutos de la segunda parte más los del tiempo extra mientras Khalifa Diop se convertía en una sombra invisible para su entrenador. El ex del Mónaco respondió a la confianza con un partido monumental, con 27 puntos, 9 rebotes, 2 tapones y 45 de valoración. Lo suyo fue más allá de vivir en el piso superior. Su figura encarnó la capacidad de sacrificio del Baskonia. Baldwin y el pívot estadounidense cocinaron el triunfo en los cinco minutos de propina con un fuego abrasador.

La acción de 2+1 de Donta Hall tras robo de balón para poner el 91-87 a poco menos de minuto y medio para la conclusión fue un golpe de fe que convenció de manera definitiva al Baskonia de que una tarde de tantas complicaciones podía concluir con final feliz. Pero todavía quedaba un último pulso a la taquicardia. Por si hacía falta más atrezo, irrumpió el vuelo de un murciélago sobre el parqué del Buesa para añadir un matiz surrealista a la trama. Ver para creer. Tras una canasta doble de Howard-Sant Ross, a Tadas Sedekerskis le tocó el 'premio' de apostar sus pies tras esa línea fatídica desde donde se había escapado la victoria minutos antes. A diez segundos para que cayera el telón y con un 93-89, el capitán no flaqueó y acertó con sus dos tiros libres. Luego le tocaría el turno a Baldwin, con otra tanda que sí encestó.

El Buesa Arena suspiraba de alivio. Atrás quedaba una sesión interminable con el alma en vilo y las pulsaciones a toda mecha. Rúbrica satisfactoria a un duelo que arrancó con movimientos sustanciales en el quinteto inicial propuesto por Laso. Howard ocupaba un puesto de inicio y Ndiaye irrumpía como sorprendente 'cuatro' estelar. Poco más de cuatro minutos después, el joven senegalés volvía al banquillo después de que Brodziansky, su par defensivo, le cargara con dos faltas personales y le endosara 7 puntos. Para entonces, el UCAM Murcia tomaba la ventaja con un 4-10 respondido por el Baskonia con la ración habitual de iniciativa anotadora de Moneke y la aportación de Hall, que compensaba en el aro rival todo lo que permitía en el propio a un Birgander demasiado cómodo. La buena noticia era que Howard parecía recuperar su pulso ofensivo. La mala, que el plantel concedía demasiado en su parcela propia. El primer cuarto se cerró con un 20-20 que dio paso a tres triples de Hakanson que volvían a retratar a un anfitrión de respuesta tardía atrás.

El plantel de Sito Alonso se parapetaba en una zona 2-3 mientras el Baskonia traba de fluir a través de Baldwin en el puesto de base. Entre la blandura interior, hasta Todorovic se animaba a agrandarse para dar un 33-39 a los visitantes mediado el segundo capítulo. El intercambio de golpes se sucedía hasta llegar al descanso con un 40-44 en contra. El Murcia aceleró en el inicio de la tercera entrega a raíz de un parcial de 5-12 que dio a los visitantes su máxima ventaja (45-56, minuto 24). La entrada de Rogkavopoulos reactivó a un Baskonia que respondió de inmediato con un parcial de 8-0 con el que impidió que se le escapara el encuentro (53-56, minuto 27). Llegó entonces la versión más robusta del Baskonia, capaz de ser dominante en el cuarto final, pero sin llegar a romper un choque que tuvo que resolverse con un guion que parecía firmado de puño y letra de Hitchcock.