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Baldwin intenta, desde el aire, volver a poner en juego un balón que se marcha fuera. Rafa Gutiérrez
Baskonia

Una obstrucción inesperada

El Baskonia, habituado a jugar con elevadas anotaciones a favor, solo ha llegado a ochenta puntos en cuatro de sus quince partidos del curso

Martes, 2 de noviembre 2021, 02:12

El Baskonia transita por un páramo y apenas vislumbra escapatoria. Más que una falta de orientación puntual, el suyo es un problema de largo recorrido ... y varias vertientes. Apenas encuentra respuestas a todas las preguntas que le han planteado sus rivales a lo largo de la temporada. Ha sido un fallo general del sistema azulgrana que afecta a un amplio puñado de jugadores. Pero uno de sus síntomas preocupa de manera especial en el contexto de un equipo de las características del vitoriano: aunque estaba configurado para atacar, competir en marcadores altos e imponerse en el intercambio de golpes, el conjunto de Dusko Ivanovic sufre mucho para lograr continuidad cara al aro rival. El Baskonia vive un apagón preocupante que ha quedado desnudado en su última semana de competición.

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Anotó 69 en Kazán -en un duelo que pudo maquillar en una segunda parte que los rusos se tomaron con extrema tranquilidad-, se quedó en 54 frente al Zenit -una de las peores anotaciones de su historia en la Euroliga- y apenas alcanzó los 65 ante el Real Madrid. Tres ejemplos sintomáticos de una realidad constante de su temporada. Su promedio en ambas competiciones no sube de los setenta: mientras que en la Euroliga promedia 68 en siete encuentros, en la ACB su anotación apenas se eleva hasta los 74,4 en un duelo más. Es el tercero peor en ambas competiciones. Sus techos contrastan con un suelo inesperadamente bajo. De los 95 y 91 frente al Fuenlabrada y el Obradoiro a los 50 ante el Olympiacos o la baja puntuación registrada en el cierre de su gira rusa. En ACB, solo en dos ocasiones ha alcanzado los 81,7, su promedio de la temporada pasada; en Europa, apenas una vez se ha asomado a los 80,91 que promedió el último año. Una doble barrera apenas infranqueable.

Problemas en estático

La cuestión, como todas las que afectan al Baskonia, tiene una doble vertiente: individual y colectiva. Los azulgranas han encontrado hasta ahora pocos anotadores compulsivos. Esos que cogen la pelota en el momento caliente con solo la canasta en mente. No ha faltado a su cita un Rokas Giedraitis de nuevo pletórico, pero ha echado en falta cierta compañía. Fontecchio, con cierta irregularidad aunque penalizado por su mal arranque, registra buenos números en la Euroliga, aunque algo más discretos en la competición doméstica. También ha sumado Jayson Granger. Por el contrario, además de mayor aportación de unos interiores todavía a medio gas, el equipo no encuentra a un Baldwin llamado a ser primera espada pero todavía lejos de la completa fiabilidad. Ahí el club ha echado en falta a un Peters solvente como pocos en el lanzamiento triple.

Pero el del Baskonia también es un problema estructural. Los azulgranas se han visto muchas veces en un escenario poco favorecedor, el que les sitúa cinco contra cinco y un ataque en estático. Un traje incómodo para un equipo construido con el objetivo de rebotear, correr la pista con agilidad y buscar lanzamientos rápidos. Sin eso, el juego no fluye, el Baskonia se estanca y las opciones de tiro no aparecen. Le falta brillo en las jugadas de pizarra, pero también brío para rebotear con tino en ambas canastas. Con esas carencias, el Baskonia vive una sequía que amenaza con cronificarse.

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