El Baskonia cierra la rescisión del contrato de Laso y abre la etapa de Galbiati

El ritual habitual de anuncios llegó en plena sobremesa para dar oficialidad a un relevo ya esperado. El único freno que dilataba el proceso se centraba en el acuerdo de rescisión del contrato de Pablo Laso con el Baskonia, con una temporada más de duración más otra opcional. De hecho, ha sido el nudo más complejo de deshacer, dado que el acuerdo bianual con Galbiati ya estaba perfilado desde finales de junio. Durante las últimas semanas, el nuevo técnico azulgrana ha estado al tanto de los movimientos de club para reforzar la plantilla. Eso sí, sin poder pisar la capital alavesa, un viaje para el que ahora tiene vía libre.

Las negociaciones de la ruptura con Laso se han extendido durante un mes. El preparador alavés conoció por boca del propio Josean Querejeta que iba a dejar de comandar la nave azulgrana el pasado 8 de julio. Días antes, el preparador vitoriano había asistido a una reunión de la Euroliga como representante del Baskonia, cuando la entidad azulgrana hacía tiempo que había movido hilos para buscar nuevo entrenador. Semejante 'coincidencia' en absoluto animó a templar los ánimos una vez puestas las cartas boca arriba.

La comunicación verbal dio paso a un proceso negociador arduo y delicado que ha acelerado hacia su resolución en los últimas jornadas. Al final, la ruptura del contrato de Laso va a suponer para la entidad azulgrana un fuerte desembolso económico, que se podría haber incrementado si las desavenencias hubieran desembocado en una confrontación judicial. Según ha podido confirmar este periódico, el acuerdo final permitirá a Laso ingresar la temporada garantizada pendiente mientras queda aparcada la opcional. De las tres campañas que firmó el pasado verano el técnico vitoriano con el Baskonia, ha cumplido una, cobrará la segunda y la tercera queda anulada sin compensación por parte del club.

El pacto entre el Baskonia y Laso fue rubricado en la mañana de ayer para dar paso a las oficializaciones. Aireada la separación, Laso dijo adiós en su cuenta de X. «Gracias. Vitoria es mi casa, así me he sentido. A la afición, por estar ahí siempre. A mi familia y amigos por acompañarme», escribió el técnico, sin hacer referencia alguna al club azulgrana.

Así quedaba enterrada de manera definitiva la etapa de Pablo Laso en el banquillo baskonista, la misma que comenzó hace un año con una explosión de euforia e ilusión. Aquella efervescencia no tuvo su continuidad en los registros de la temporada pasada, resuelta con una ausencia en la Copa del Rey, problemas serios para alcanzar los play off de la Liga ACB y un escaso músculo competitivo en la Euroliga, donde se quedó lejos del play in. Más allá de resultados, el rencuentro entre el Baskonia y una de sus grandes figuras históricas ha terminado de manera frustrante para ambas partes. Ni el club vitoriano ha encontrado en Laso el técnico que pensaba encontrar ni el vitoriano siente haber contado con un equipo que se ajustara a sus parámetros. Al final, una parte sustancial de la plantilla de la pasada campaña se ha desmontado con las salidas de Moneke, Hall, Rogkavopoulos, Jaramaz, Baldwin, Ndiaye, Raieste y Savkov. Laso les acompaña junto a sus asistentes David Gil y Nacho Juan. Una auténtica demolición.

Ahora, el Baskonia da un nuevo giro. Archiva una opción que nació como apuesta segura para dar paso a otra, la de Paolo Galbiati, de mayor riesgo pero con un perfil similar a otras abordadas en el pasado. Con el joven técnico transalpino de 41 años, el club vitoriano vuelve a ser la tierra de las oportunidades para un entrenador emergente que aún debe probarse en la exigencia de competiciones como la Liga ACB y la Euroliga. Galbiati será el responsable de aplicar la fórmula clásica que exige el Baskonia a sus entrenadores; sacar chispas a una plantilla que acostumbra a estar construida con menores recursos económicos que otros rivales.

De momento, Galbiati cuenta con cinco nuevas incorporaciones –Diallo, Frisch, Villar, Kurucs y Spagnolo– y conserva un retén importante de jugadores del pasado curso; Forrest, Howard, Luwawu-Cabarrot, Sedekerskis, Samanic y Diop. Sobre el papel, la entidad azulgrana debe abordar todavía dos contrataciones más, la de un base y la de un pívot.