El Baskonia ahonda en su depresión

¿Datos que ilustren el nuevo desencanto? Los de siempre y alguno más, como el impropio 59% en tiros libres. El plantel azulgrana incurrió en 18 pérdidas de balón, una falta de cuidado de nuevo excesiva. Si bien corrigió su mala costumbre de entregar el primer cuarto, sus recursos y cintura desaparecieron después de arrancar el último con una ventaja de once puntos (55-66) para, acto seguido, encajar un parcial de 31-19. Diez minutos de pánico creciente desde el momento en que Porfi Fisac eligió como pareja interior a sus dos 'cincos': Bojan Dubljevic y Jilson Bango.

Los triples del montenegrino y la dureza bajo los aros del angoleño desnortaron al Baskonia. Un duelo que los vitorianos parecían controlar después de tres cuartos disputados se fue por la borda en la última entrega. Un parcial de 18-5 hizo añicos el colchón azulgrana (73-71, minuto 35). Para entonces, la angustia asomaba en el semblante de los azulgranas en cancha. La reacción quedó en manos de Markus Howard y Trent Forrest. Moneke, sostén anotador en minutos precedentes, quedó inédito en el último cuarto.

Mientras, el escolta azulgrana comenzaba a encontrar los tiros que apenas habían llegado a sus manos y Forrest titubeaba desde la línea de tiros libres y recibía un tapón de Bango con 77-77 a poco menos de dos minutos para el final. El estrés ya era un compañero del Baskonia ante un Zaragoza que alimentaba su dominio desde los 4,6 metros. Dubljevic colocaba el 81-79 a 48 segundos del cierre, Howard erraba un triple para cometer de inmediato una pérdida de balón. Con 28 segundos por jugar, el Baskonia se sentía ya sentenciado. No fallaron los maños sus tiros libres y el triple de Sedekerskis llegó demasiado tarde. Otro golpe para no dejar levantar cabeza a los de Pablo Laso.

Atrás quedaron treinta minutos con detalles suficientes como para que cada cual elija el nivel de gravedad del parte médico azulgrana. La realidad es que, en lo emocional, el Baskonia es un equipo tocado en el ánimo, con la confianza endeble y el gesto de frustración como tono dominante. Ya en lo baloncestístico, asomaron algunas líneas de trabajo que Laso puede explorar en próximos encuentros, con la pretensión de que Sedekerskis abrace de nuevo la polivalencia en el puesto de 'cuatro' para convertirse en relevo principal de Moneke.

El nigeriano fue clave con su puntería en el arranque, 10 puntos en el primer cuarto, pero poco más se supo en el plano ofensivo más adelante. La semana concluye con un pleno de tres derrotas y una nueva prueba para que el técnico vitoriano calibre lo que maneja. Y lo que tiene, entre otras cosas, es a Markus Howard ayer resignado a esperar el momento en el que su equipo más le necesitara, a un Luwawu-Cabarrot más entonado en la anotación ante los maños pero que, a cambio, concedió demasiado en defensa a Santi Yusta durante el tercer cuarto. Y bajo los aros, todo el peso para un Donta Hall desbordado en el último capítulo ante la presencia física de Bango mientras Khalifa Diop contemplaba el panorama desde el banquillo. Muchos aspectos que equilibrar en un Baskonia muy tocado.