«Hay que tener paciencia y confianza» con Williams
Cuatro exdelanteros rojiblancos radiografían al bilbaíno y hablan de aprendizaje, evolución, rachas e importancia de la fortaleza mental
Una vez se le preguntó a Iñaki Williams en Lezama sobre sus gustos y preferencias a la hora de desplegar su fútbol en tierra minada. Sostuvo la mirada, esbozó una leve sonrisa y retrocedió en el tiempo. «He sido un '9' desde pequeño. Me gusta jugar de delantero», dijo atropelladamente, no sin antes poner en el primer plano la figura de Aritz Aduriz y colocarla en el pedestal de los elegidos, donde merece acomodarse un goleador de raza, un 'killer', la etiqueta con la que al bilbaíno le encantaría pasear por el mundo. Es un cañón en la banda derecha, una bala que atraviesa los costados rivales hasta reventarlos con su velocidad y explosividad. Allí, donde el fútbol se arrincona y las vigilancias se reducen, uno de los hombres más rápidos de la Liga –o tal vez el más rápido con sus 35,71 kilómetros por hora medidos oficialmente– hace daño y reduce a sus marcadores. Ahora bien, cuando le toca centrar su posición y convertirse en punta se desafila y se aleja del gol, que le esquiva pese a su búsqueda incesante. Le apasiona estar allí arriba, ser la referencia ofensiva de su equipo, pero la falta de espacios y una mayor concentración de defensas le limitan y exigen mecanismos de reacción diferentes que todavía no tiene catalogados en su repertorio.
A nadie se le escapa que Aduriz enfila la recta final de su carrera y que todas las miradas se clavan en el '9' que Williams lleva cosido en la espalda. En teoría, es el elegido para llenar un hueco inabarcable y hacerlo además con presencia y goles. Pero le cuesta acertar cuando parte como delantero centro y su trabajo, siempre generoso y envuelto en un descomunal despliegue físico, no acaba de cristalizar en dianas que tanto necesita el Athletic. Solo lleva una en lo que va de temporada, la que cazó en el Villamarín, y es el hombre elegido por Eduardo Berizzo para liderar la transición y dar relevo al donostiarra. «Tengo el gol entre ceja y ceja y me exijo acabar este año con más goles que la pasada temporada. Ojalá sea el curso de mi explosión», dijo en verano, dispuesto a asumir más responsabilidades en la faceta realizadora. De momento, la bomba sigue sin activarse y San Mamés aguarda su estallido entre dudas.
«Él dirá que no le pesa (el gol), perosí le pesa. Cuando acierte se liberará»
«Necesita buscar el equilibrio entre la potencia y el poso que se pide en el área»
«Juega mejor con el balón al espacio que al pie. Sus acciones son en velocidad»
«Ya sabemos que no es un jugador de 25 goles, pero tiene más registros que el remate»
El bilbaíno lo intenta de todas las maneras posibles y aún así el gol se le resiste. De hecho, lleva casi dos años sin marcar en la Liga en La Catedral. Una pequeña eternidad que no deja de ser un síntoma y que precisa de análisis autorizados y basados en la experiencia y el profundo conocimiento de una demarcación tan específica como la del '9'. EL CORREO ha querido pulsar la opinión de exdelanteros como Daniel Ruiz Bazán 'Dani', Carlos Ruiz, Manolo Sarabia e Iñigo Díaz de Cerio, quienes entienden perfectamente por lo que está pasando Williams y ahondan en las características de un jugador «valiosísimo para el Athletic». Los cuatro coinciden en señalar que lo más importante es lo que ocurre en su cabeza. «Lo peor que le puede pasar a un delantero que no está en una racha positiva es obsesionarse». Él sabe que necesita una realmente buena para despejar las dudas y demostrar que en sus botas hay pólvora y no solo viento.
Liberarse del peso
Dani jugó 402 partidos con el Athletic y marcó 199 goles, que le convierten en el tercer máximo artillero de la historia del club. «El delantero funciona como funciona el equipo. Depende del juego, de las ocasiones que le generan, de su situación en el campo. Lo último es tenerlas (oportunidades) y aprovecharlas». Matiza que hay gente con «cualidades innatas» para resolver mientras que otros «no tienen esa facilidad. Williams atesora virtudes buenísimas, pero tal vez no esa, la del último segundo». De todos modos, invita a no alarmarse y a arropar al chaval. «Es joven, lleva poco tiempo y lo hará mejor. ¡Hay que tener paciencia y confianza! Él dirá que no le pesa (la falta de gol), pero sí le pesa. Cuando acierte se liberará de ese peso y será mejor jugador».
Los datos
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35 goles anotados por Williams en 170 partidos con el Athletic, lo que arroja una media de 0,2 tantos por encuentro.
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13 goles marcó en la temporada 2015-2016, la de su debut, entre Liga (8), Copa (3) y Europa League (2). Es su récord.
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2025 es el año en el que acaba contrato. Tiene una cláusula de 80 millones, que irá subiendo hasta los 108.
Williams totaliza 35 tantos en 170 encuentros oficiales (apenas 0,20 por choque) y todo el mundo espera más de un futbolista que reúne todas las condiciones para brillar. Manolo Sarabia también lo cree y radiografía al bilbaíno. «No debe obsesionarse. La obsesión lleva a la precipitación, las malas decisiones y seguir inmerso en una situación de ansiedad». No lo quiere para el chaval ni para un Athletic que, a su juicio, tiene un diamante en bruto. Otra cosa es cómo lo use y en qué contexto. «Iñaki tiene unas características buenísimas, que son un cañón para jugar en la élite, pero también son más fáciles de aprovechar según qué tipo de partidos. Ante rivales alegres, abiertos y ofensivos él puede correr y beneficiarse de los espacios. Es más aprovechable así que en espacios reducidos, con los contrarios metidos atrás; allí hay que tener otras habilidades. Juega mejor con el balón al espacio que al pie. Sus acciones son en velocidad y no en parado», acota el gallartino.
El análisis
Constatados los problemas de efectividad, Sarabia subraya que Williams fija los defensas y «genera espacios intermedios» de los que se benefician otros futbolistas como Iker Muniain. «No es lo mismo actuar por fuera, con menos gente alrededor, que por dentro, donde estás rodeado por todos los sitios. Allí deberá acostumbrarse al problema de la falta de espacio y eso le dará la experiencia».
«No es un goleador»
Carlos Ruiz es el último 'Pichichi' rojiblanco y observa bajo ese prisma al bilbaíno. Habla con el corazón en la mano y traza el retrato robot de un joven al que ve con dificultades a la hora de definir. «Tal y como le veo jugar a Williams no me parece que sea un 'killer'. Por supuesto que aporta cosas al equipo, cosas importantes, pero no es un goleador. Funciona por velocidad y potencia y en el área hay una décima de segundo en la que debes levantar la cabeza, cambiar el gesto, despistar al portero... y parece que eso no lo tiene», sospecha el exrojiblanco. Y sigue: «Necesita buscar el equilibrio entre la potencia y el poso que se pide en el área. No todos los goles se meten pegando un zurriagazo. A veces yendo más despacio en el toque de balón se gana en definición, en acierto», aconseja, y asegura: «Es joven y puede mejorar. Son cosas que tiene que entrenar y practicar».
Iñigo Díaz de Cerio formula una visión más global del bilbaíno y advierte del poder de la mente. «Podemos contar mil historias, pero si no marcas en algún momento te obsesionas. No es lo mismo salir con la sensación de que todo lo que toques irá para dentro que sabiendo que si fallas la primera la portería se te hará pequeña». El donostiarra afirma que Williams «tiene más registros que el remate» y algo fundamental: la velocidad. «Ya sabemos que no es un jugador de 25 o 30 goles por temporada, pero no nos obsesionemos con ello. Él es más completo que un goleador puro».
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