Los jugadores del Athletic se lamentan tras el gol del Elche. Manu Cecilio
Real Madrid-Athletic, domingo 18.30 horas

El objetivo de una despedida digna de la temporada para el Athletic

El cuadro bilbaíno buscará el milagro en el Bernabéu, pero también competir con orgullo en un partido que el Madrid quiere convertir en una fiesta

Sábado, 3 de junio 2023, 01:33

La séptima plaza todavía está en juego y, por tanto, es obligado decir que este domingo el Athletic tiene que ganar al Real Madrid en ... el Bernabéu y esperar a que Osasuna no haga lo propio ante el Girona en El Sadar. Dicho queda, pues. La lógica y el sentido común, sin embargo, invitan a ponerles a los rojiblancos otro objetivo más factible para su despedida del curso. Sencillamente, acabar la Liga con la mayor dignidad posible, dejar el pabellón lo más alto que se pueda ante un rival que querrá convertir el partido en un gran homenaje, en forma de desagravio general, a Vinicius, que vuelve al equipo. Y no sólo eso. El de este domingo podría ser también el último partido de Benzema, Modric y Nacho con la camiseta blanca y eso son ya palabras mayores. Estamos hablando de grandes leyendas.

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En este escenario, el equipo de Valverde parece condenado este domingo al triste papel de convidado de piedra en la fiesta madridista, en una especie de muñeco de 'pimpampún'. Sólo por rebelarse contra ese escarnio, los jugadores del Athletic deberían tomarse este clásico con la mayor seriedad y ambición, aún siendo conscientes todos de que sólo un milagro colosal podría darles el billete para la Conference. Además, una victoria en el coliseo merengue 18 años después no es que vaya a servir para que los rojiblancos se rediman de sus pecados, ni para que su temporada deje de ser decepcionante, pero al menos sería una alegría en una campaña tan escasa de ellas, sobre todo ante los grandes.

Las expectativas, eso sí, no pueden ser peores para el Athletic, que viene de recibir una sonora pitada por parte de su público y termina la temporada sumido en una crisis de resultados galopante, una de las peores que se recuerdan en el tramo final de un campeonato. Y esto es mucho decir teniendo en cuenta que, en el último lustro, unas de las especialidades de los rojiblancos, o de sus peores defectos o manías sería mejor decir, ha sido la de acabar la Liga sin alcanzar sus objetivos y dando bastante pena.

Siendo las cosas así, pretender que la tropa de Valverde vaya a lograr ante el Real Madrid, que a parte de su orgullo se juega el segundo puesto y la posibilidad de dar una alegría a su hinchada, lo que no ha logrado ni contra Osasuna ni contra el Elche, por citar a los dos últimos verdugos, se antoja una quimera. Para creer en ella es necesario un ejercicio gimnástico de voluntarismo que no alcanzan ni los jugadores de Valverde cuando el gol se les niega una y otra vez y, pese a ello, lo siguen intentando. Porque a nadie se le escapa que las dos debilidades que más están erosionado al Athletic, la nulidad frente a la puerta rival y de un tiempo a esta parte su debilidad defensiva, son muy peligrosas siempre, contra cualquier rival, pero frente a equipos como el Madrid son directamente letales.

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En realidad, y aunque pueda parecer contradictorio teniendo en cuenta que, objetivamente, todavía existen posibilidades de entrar en Europa, la mayor ventaja de los rojiblancos es que, en el fondo, van a jugar sin ninguna presión. Nadie les pide una heroicidad. Nadie les pide que suban ahora el Annapurna cuando no han podido con el Ganekogorta. Más liberados, en cierto sentido un poco como el Elche desde que se supo condenado, quizá los pupilos de Valverde puedan elevar el nivel de su juego y competir bien contra los de Ancelotti. Ya lo han hecho otras veces, aunque los resultados no les hayan acompañado.

¿El acompañante de Vesga?

Respecto a las alineaciones, no hay previstas mayores sorpresas. El Madrid parece que jugará con casi todos sus clásicos. Más que nada porque sin ellos la fiesta de despedida de la temporada sería menor. Los ojos de todos, por supuesto, estarán puestos en Vinicius, al que hay que imaginar queriendo comerse el mundo y salir a hombros, es decir, con una actitud entusiasta cuyas consecuencias habrá que ver en qué se traducen dentro del campo. En el Athletic, por su parte, tampoco hay mucha tela que cortar. El equipo acumula suficientes bajas como para que, una vez recuperado Nico, en el once sólo haya, en realidad, una duda: el acompañante de Vesga. Muniain, Herrera y Zarraga se disputarán el puesto. Viendo el rendimiento del capitán y el estado del exjugador del PSG, tal vez Zarraga salga de inicio en el que podría ser, quien sabe, su último partido con el Athletic, ya que no ha renovado.

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