Laporte, un respiro necesario para la defensa del Athletic
La llegada del central de 31 años abre un horizonte de estabilidad en una defensa marcada por las ausencias y la escasez de efectivos
Aitor Echevarría
Lunes, 1 de septiembre 2025, 21:03
La noticia que tantos aficionados esperaban se ha hecho realidad: Aymeric Laporte vuelve al Athletic Club. El central de Agen, que vistió la camiseta rojiblanca ... durante seis temporadas antes de su marcha al Manchester City en enero del 2018, regresa a San Mamés para convertirse en otro efectivo de la defensa de Ernesto Valverde en un momento especialmente delicado. Con experiencia, jerarquía y buena salida de balón, el francés es un refuerzo de primera magnitud que, más allá de lo emocional, supone un bálsamo competitivo para un equipo con la retaguardia bajo mínimos.
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La defensa zurigorri ha sufrido un golpe durísimo con la baja prolongada de Yeray Álvarez, que se mantendrá alejado de los terrenos de juego por su positivo en un control antidopaje. La situación, sumando la reciente lesión de Unai Egiluz, que tras una rotura del ligamento cruzado de su rodilla derecha dice adiós a la temporada, deja a Valverde dos centrales del primer equipo disponibles: Dani Vivián y Aitor Paredes, obligando en más de una ocasión a mirar al filial para completar convocatorias y entrenamientos, con nombres como Jon de Luis. La falta de rotación y la acumulación de minutos ponen en riesgo el equilibrio de un conjunto que siempre ha construido gran parte de su identidad desde la solidez defensiva, y que encima esta temporada tendrá que afrontar Liga, Copa y Champions.
En ese escenario, la llegada de Laporte, que durante semanas ha sido objeto de rumores y negociaciones, aparece como una auténtica bombona de oxígeno. Su sola presencia aliviar las cargas, aumenta la competencia interna y permitiría que jóvenes como De Luis o Duñabeitia, a quienes se les pide un paso adelante desde Lezama, se desarrollen sin la presión de sostener en solitario la retaguardia. El francés, con su jerarquía en el juego aéreo y su capacidad para sacar el balón jugado, aporta además un plus táctico que enriquecerá al equipo en escenarios de máxima exigencia.
Pero incluso con la llegada de Laporte, la realidad sigue siendo algo pesimista. El Athletic afronta un curso de tres competiciones con la manta demasiado corta atrás. Las urgencias defensivas son una evidencia, y Valverde se puede ver forzado a inventar soluciones que van desde retrasar a futbolistas del centro del campo hasta arriesgar con la acumulación de minutos de sus piezas más frágiles. En Lezama el mensaje es claro y se necesitará a todo el mundo.
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Por eso, la vuelta de Laporte supone una bomba de oxígeno para una defensa rojiblanca vive en una encrucijada. Su vuelta supone un golpe de efecto, pero también una necesidad futbolística para un Athletic que no puede permitirse grietas atrás si quiere mantener sus aspiraciones en Liga, Copa y Europa. Y en San Mamés, donde el regreso de los hijos pródigos siempre genera un magnetismo especial (como en el caso de Herrera), la figura de Laporte será recibida con los brazos abiertos con la esperanza de que el equipo recupere la seguridad que tanto ha caracterizado al club las pasadas temporadas.
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