La Lotería Nacional de hoy sábado: comprobar resultados del 6 de diciembre

Cualquier objetivo es alcanzable

El regalo del primer gol no desmerece los méritos del Athletic, cuya solidez impresiona

Miércoles, 11 de diciembre 2024, 19:50

El fútbol turco es un buen refugio para estrellas en su ocaso. No es extraño encontrarse en los tres grandes equipos de Estambul con caras ... conocidas que vivieron mejores tiempos apurando sus últimos días sobre el césped. El Athletic ya se cruzó con tipos como Taffarel, Popescu o Hagi, también conocido como el Maradona de los Cárpatos, jugando en aquel Galatasaray ante el que sumó su única victoria en su primera Champions League. Cuando le toque jugar contra el Besiktas la próxima jornada, alguno podrá intercambiar la camiseta con Ciro Immobile, Onana o Paulista, pero eso ya será el mes que viene.

Publicidad

En el Fenerbahçe también apuran sus últimos días futbolistas que una vez fueron temibles, como Dzeko, En-Nesyri o Amrabat, los tres muy lejos de sus momentos de gloria en los dos grandes de Manchester, la Roma, el Inter o en el mejor Sevilla de los últimos tiempos. Por no hablar del entrenador, un Mourinho que busca los focos con declaraciones más o menos ocurrentes, que por lo que a estas alturas pueda conseguir al frente de un equipo en horas bajas.

Esa mezcla entre viejas glorias extranjeras y futbolistas locales siempre listos para el combate, suele dar cierto rendimiento cuando actúa ante su público. Los campos turcos gastan fama de infernales y suelen intimidar a los visitantes más timoratos. No es el caso de este Athletic que sumó tres puntos que prácticamente le llevan a los octavos de final ahorrándose una eliminatoria intermedia. El Athletic de hoy en día es un equipo ambicioso, pleno de confianza, con la moral por las nubes y convencido de que cualquier objetivo que se proponga está al alcance de su mano.

En el nuevo formato de la competición la suerte en los emparejamientos juega un papel muy importante. No es lo mismo visitar a un equipo turco en su feudo, donde todos se hacen fuertes, que recibirle en tu campo. El Fenerbahçe, sin ir más lejos, podía considerarse un rival bastante asequible en San Mamés, pero la visita a su estadio se presentaba sobre el papel en un rango de dificultad similar a la de la primera jornada en Roma.

Publicidad

Afortunadamente, las previsiones sobre este partido no se cumplieron, salvo en la tangana final provocada por un Amrabat frustrado por su propia impotencia y la de todos sus compañeros a lo largo de los noventa minutos.

Probablemente el regalo del primer gol tuvo una influencia importante en el desarrollo posterior del partido, pero eso no desmerece un ápice los méritos de un Athletic cuya solidez impresiona. El fallo del central a los cinco minutos que propicio el primer gol de Iñaki Williams les pesó como una losa a los turcos, pero lo que de verdad les enterró fue la atosigante presión a la que les sometió el Athletic desde el principio hasta el final.

Publicidad

Fue un trabajo coral que empezaba en Guruzeta y Sancet, apoyados por los Williams, y terminaba en los centrales, con dos laterales que mordían arriba y abajo y un centro del campo inmenso que no dejó respirar a los hombres de Mourinho, incapaces de hilar tres pases seguidos y abrumados por los constantes robos de los rojiblancos que desnudaban una y otra vez su sistema defensivo.

El error individual que provocó el primer gol solo fue el primer eslabón de una cadena de fallos en la salida y en los emparejamientos, impropia de un grupo entrenado por Mourinho, un técnico que ha basado su carrera en la disciplina táctica de sus equipos.

Publicidad

Valverde le dio un repaso curioso con la movilidad de sus hombres de arriba, la presión solidaria de todo el equipo en campo rival y el repliegue generoso de todos que dejaba en agua de borrajas las escasísimas ocasiones en las que los turcos consiguieron superar la primera barrera. El lenguaje corporal de los locales transmitía que no entendían nada de lo que estaba pasando, como si la superioridad del rival en todas las facetas del juego les resultara inexplicable.

Para colmo, el poderío físico de los rojiblancos, se vio reforzado en el tramo final por la expulsión de Müldür, por dos patadas consecutivas a Iñaki Williams, lo que facilitó más si cabe las cosas a un Athletic que fue ganando en comodidad a medida que pasaban los minutos hasta convertir lo que se anunciaba como un choque erizado de dificultades en una bonita excursión a Estambul.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad