Otra derrota para cerrar un verano tortuoso
La plaga de lesiones ha condicionado el trabajo, impidiendo concretar ante el Arsenal una prueba de verdad
El Athletic ha apostado este verano por una pretemporada muy exigente y ha pagado el precio en forma de una sucesión de derrotas y goleadas ... en contra que duelen en el orgullo, pero de las que se supone que rendirán sus réditos cuando empiece la competición de verdad. Los de Valverde se han medido con alineaciones cogidas con alfileres a gigantes europeos. Una plaga de lesiones ha condicionado el trabajo impidiendo concretar una prueba de verdad, una mise en scène que dicen los del teatro, en la que se pudiera apreciar todo el atrezzo rojiblanco.
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El del Emirates era el último ensayo. Se saldó con una nueva goleada en contra y otra lesión, esta vez le tocó a Unai Gómez, pero, a diferencia de lo que sucedió en Liverpool, también hubo noticias esperanzadoras desde la perspectiva rojiblanca. El equipo dio la cara y mantuvo a raya a un rival superior durante muchos minutos, superando su propia debilidad por algunas ausencias decisivas. De hecho, los de Valverde mantuvieron el tipo durante media hora larga, hasta que un cabezazo inapelable de Gyokeres adelantándose a Yuri, central improvisado, tras un centro envenenado de Zubimendi desde la zona donde Lekue andaba persiguiendo la sombra de Saka, acabó con su resistencia.
No hace falta insistir en los problemas defensivos de un equipo con un solo central específico disponible. Es un argumento lo suficientemente explicito para comprender una debilidad que acaba deshaciendo todo el entramado. Dos minutos después del primer gol, un deficiente envío de Simón al centro del campo propició un contrataque que le pilló fuera de sitio para que Saka marcara a puerta vacía. El aseado ejercicio de resistencia de la primera media hora se vino abajo en apenas unos segundos.
Es obligado extraer conclusiones del último ensayo, y Valverde no ocultó sus intenciones. Se dejó en Bilbao a Vencedor, Ares y Canales y sacó al partido a De Luis, Serrano y Rego a falta de doce minutos, en un cambio que sonó como a premio por los servicios prestados este verano. Izeta se quedó en el banquillo junto a Padilla. Restan pocas dudas acerca de la composición definitiva de la plantilla.
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El partido nos devolvió la sensación que ya experimentamos el día del PSV. Incluso por encima de bajas tan sensibles como las que sufre el Athletic, Valverde sigue manejando un equipo ordenado que no ha olvidado los automatismos y sabe a lo que quiere jugar. Otra cosa es que las piernas no estén todavía a pleno rendimiento y haya que lamentar despistes propios de la época en la que estamos, pero analizado en conjunto el Athletic sigue teniendo la apariencia de un equipo fiable y competitivo, a pesar del rosario de derrotas que ha encadenado.
Pero no podemos decir que la máquina llega bien rodada al inicio de la competición. Hay demasiadas piezas que todavía chirrían y entorpecen que el engranaje gire con fluidez. El de la defensa es el problema más visible y el que urge un solución. Pero la ausencia de Sancet, el faro del juego de creación, va a obligar al Athletic a empezar la competición con las luces apagadas. Si llaman la atención los quince goles encajados, preocupa tanto o más que el equipo solo haya sido capaz de marcar seis, dos de ellos de Sancet, y un autogol del Liverpool, sin que además, hayan abundado precisamente las ocasiones.
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La ausencia de filo tiene mucho que ver con el estado de forma de los encargados de atacar las porterías rivales. A falta de información sobre el estado físico de Nico Williams, lo que se ve en el campo es que este verano el menor de los hermanos ha sido mucho más protagonista en las tertulias y en las redes sociales que sobre el césped. Tampoco se está viendo muy inspirado a Iñaki; Guruzeta sigue alternando muchos más errores que aciertos y de Maroan no hay novedades. Berenguer es, con mucho, el delantero más en forma y del único que se puede esperar una solución tanto en la banda como por dentro. También Jauregizar demostró que está afilado y listo para la pelea de verdad, lo mismo que Ruiz de Galarreta, aunque el de Bermeo esté un punto por encima en cuanto a energía.
Navarro tampoco dio señales de vida en el Emirates cuando entró para sustituir al lesionado Gómez. La alineación inicial que presentó Valverde muy bien podría ser la que empiece el partido del próximo domingo ante el Sevilla y uno de los dos fichajes comenzó en el banquillo. La otra incorporación, Areso, sí que estuvo en el once titular donde da la impresión de que le va a mantener el técnico porque se lo ha ganado.
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No va más. Dentro de siete días empiezan a contar los puntos y el Athletic llega con telarañas en el casillero de victorias y la enfermería llena. No es la mejor forma de empezar, pero tampoco es cosa de deprimirse antes de tiempo.
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