Las claves de un duelo de alto voltaje
El Athletic necesita saber responder a las variantes tácticas del Atlético, reducir el impacto de Griezmann y aprovechar la profundidad de los Williams y las dudas habituales de los centrales colchoneros
La semifinal Atlético-Athletic tiene todos los ingredientes para ser un duelo apasionante. Dos equipos de muy alto nivel, muy poderosos cuando juegan como locales, ... se preparan para una pelea táctica y anímica de alto voltaje. Cuatro claves pueden marcar la eliminatoria.
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El sistema flexible del Atlético
Durante muchas temporadas desde la llegada de Simeone en 2011, el 4-4-2 era el Atlético y el Atlético era el 4-4-2. Pocos equipos en el mundo alcanzaron una simbiosis tal con un esquema de juego y lo desarrollaron con tanta brillantez que resultaba inimaginable pensar en los colchoneros jugando con otra disposición. Sin embargo, en el curso 20-21 el técnico planteó una variante e introdujo una línea de tres centrales, dos carrileros, y un tercer jugador en el centro del campo. Para entender este cambio resultan ilustrativas unas declaraciones de Simeone en Canal Plus en 2015. Destacaba que jugar con 4-4-2 con una pareja de delanteros «no es fácil» y que él podía hacerlo por contar con futbolistas como Falcao o Diego Costa. Cuando le preguntaban si lo que era difícil era tener dos atacantes tan buenos, respondía que lo complicado era tener dos que trabajasen tanto. La exigencia defensiva del argentino es de sobra conocida, y quizás, por este motivo, cuando no contaba con atacantes tan sacrificados, decidió cambiar de sistema y buscar mayor protección. En cualquier caso, su 3-5-2 es un sistema muy flexible, que se transforma en un 4-4-2 con un simple movimiento. Simeone se está mostrando esta campaña como un entrenador muy intervencionista, como se pudo ver en ante el Madrid, donde cambió de esquema tres veces durante la primera mitad.
El Atlético defiende peor porque tiene menos calidad defensiva
Los Williams a la espalda de los carrileros
Relacionado con el esquema de tres centrales al que aludíamos está una de las claves del partido: la influencia de los Williams en el juego ofensivo del Athletic. Normalmente, ante una defensa de cuatro hombres, Nico e Iñaki retan a los laterales, pero frente a una línea de tres la situación cambia. Si el Atlético consigue defender con orden y evitar las transiciones, los Williams se enfrentarán a los carrileros, y estos contarán además con la presencia de uno de los centrales exteriores, siempre atento para acudir a la cobertura. En cambio, si el Athletic consigue robar y contragolpear, los colchoneros sufrirán más, porque los dos extremos rojiblancos pueden encontrar la espalda de los carrileros y obligar a salir de zona a los centrales, normalmente jugadores más rígidos y menos veloces. La presencia de Nico en el once es duda y en función de ello el Cholo puede optar por una variante más defensiva, situando a Reinildo en el carril izquierdo donde normalmente actúan Lino o Riquelme, dos futbolistas de claro perfil ofensivo. El mozambiqueño, una roca, ya amargó la tarde al menor de los Williams la temporada pasada en el duelo liguero en San Mamés.
La evolución del Cholo
Los rasgos distintivos del Atlético durante los primeros años del Cholo se han esfumado como lágrimas en la lluvia. Los colchoneros ya no son un equipo especialmente fiable en defensa. Juegan el balón desde atrás con asiduidad y no suponen una amenaza tan temible en el balón parado. Simeone ha ido adaptando sus ideas a los jugadores de los que dispone. Su Atlético defiende peor porque tiene menos calidad defensiva. Lejos quedan los tiempos en los que Godín y Miranda se erigían como dos colosos en la zaga. Los centrales actuales tienen una mayor tendencia al error, aunque lo compensan con otras virtudes, como es el caso de Witsel y Hermoso, dos futbolistas con muy buen pie. Este cambio de perfil de los centrales ha reducido la potencia de los colchoneros a balón parado. El Atlético es el segundo equipo de la liga que menos tantos ha marcado en situaciones de este tipo. Ahora bien, en otros aspectos como la salida de balón, en cambio, los rojiblancos han mejorado muchísimo. La presión del Athletic, rasgo fundamental del equipo de Valverde, debe ser esta noche tan intensa como precisa para no permitir al Atlético jugar cómodo desde atrás.
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La influencia de Griezmann
Las estadísticas dicen que un futbolista tiene el balón en sus pies una media de entre tres y cuatro minutos por encuentro. El resto del tiempo lo pasa defendiendo o atacando sin la pelota. Los grandes jugadores que apenas se mueven cuando su equipo defiende desaparecen, por tanto, casi la mitad del partido. Por eso no es aventurado afirmar que Griezmann es uno de los mejores futbolistas del mundo. Su influencia es enorme todo el encuentro. El 'Principito' es brillante con el balón en los pies, solidario como pocos cuando su equipo debe defender, y, además, en un rasgo que no se valora en su justa medida, un jugador que no cesa de ofrecer soluciones al que tiene el balón. Su repertorio de movimientos y desmarque es infinito, una bendición para sus compañeros, que siempre que levantan la cabeza saben que el francés les ofrecerá una solución. Griezmann es fundamental en el juego del Atlético. Si consigue reducirle a una versión menor, como hizo en el último partido en San Mamés, el Athletic tendrá muchas más posibilidades de conseguir un resultado favorable en el Wanda Metropolitano.
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