Álvaro Muñiz asiste estos días a las sesiones organizadas por la AFE en Oliva (Valencia). A. M.

Héroe sin equipo

copa del rey ·

Tres años después del gol de su vida en San Mamés, que hizo caer al Athletic ante el Formentera en la Copa, Álvaro Muñiz está sin club. Avisa que el Ibiza, donde estuvo en 2018, no será un rival fácil

Robert Basic.

Bilbao

Miércoles, 20 de enero 2021

Cada 29 de noviembre desde hace tres años, Álvaro Muñiz cumple con su ritual. Recupera el vídeo, abre el baúl de los recuerdos y se deja llevar. Tiene grabado a fuego cualquier detalle de aquella noche en San Mamés. «Es el momento más feliz de mi vida». En 2017, con poco más de 14.000 espectadores en las gradas, el Formentera dio la gran sorpresa al eliminar al Athletic en los dieciseisavos de final de la Copa. Lo hizo además con un gol en el descuento del mediocentro gijonés, en la última jugada del choque, quien mes y medio después fichó por el Ibiza, rival de este jueves de los rojiblancos en una nueva edición copera. «Fui el héroe por un día», comenta Álvaro, ahora sin equipo. Está entrenándose con la AFE en Oliva (Valencia) a la espera de encontrar un nuevo destino, un club que confíe en un futbolista de 32 años con más de 200 partidos en Segunda B y experiencia en Finlandia. «Jugué la Europa League», apunta, aunque todo le ata a aquella «inolvidable noche de Bilbao».

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Es un vínculo irrompible. Dice Álvaro que tiene previsto casarse el año que viene y dedicar una habitación de su nueva casa a los recuerdos exclusivos de San Mamés. «Recortes de periódicos, fotos, camiseta con la que jugué...». Todo será expuesto de tal manera que conforme un pequeño museo dedicado a un instante. El que ocurrió en el minuto 95, a la salida de un córner, cuando cabeceó a la red un balón que aún conserva y que está firmado por todos sus compañeros. «Es un momento inolvidable, el más feliz de mi vida», comenta desde Oliva, donde participa en las sesiones de la AFE. No pudo jugar en el choque de ida por una «rotura muscular de dos centímetros», pero estuvo en San Mamés. El estadio del Athletic le arrebató. «Entré y fue impresionante. Grababa vídeos y se los enviaba a mis amigos. Veníamos sin ningún tipo de presión, convencidos de que nos iba a caer la del pulpo, pero el tiempo pasaba y ellos fallaban». En el descuento, él acertó. De cabeza, aún llena de emoción.

«La noche anterior al partido, nuestro portero Marcos puso en el chat del grupo que tenía un presentimiento. 'Solo nos lo tenemos que creer'», rememora el mensaje el asturiano, quien a lo largo de su carrera ha jugado en 14 equipos diferentes de Segunda B y Tercera. Ahora busca uno que le quiera, al héroe, que se puso la capa en el minuto 95. Solo faltaba el córner. El 0-0 clasificaba al Athletic gracias al 1-1 de la ida. Apareció él. Antes de que lo hiciera, escuchó una voz. «Era Marcos. Subía a rematar. Se me acercó gritando como un loco y me dijo: 'Lo he soñado. Vamos a marcar'». Cumplió con su profecía. «No lo olvidaré mientras viva», dice el hombre que tres años y dos meses después de aquello está sin equipo.

Móvil bloqueado

Tuvo que cambiar de móvil. «Tenía un iPhone 4 de 16 GB que se me bloqueó por los mensajes. Petado. Aquello era una locura». Llamadas y más llamadas, felicitaciones, entrevistas en las radios nacionales y en la Prensa escrita. 'Álvaro el héroe', leyó más de un titular. Después del partido, ya un poco más tranquilo, salió a dar un paseo por la hierba de San Mamés. «El estadio era solo para mí». Habló con su familia, que le dijo que su padre se había cargado una lámpara celebrando el gol. Ahora busca a alguien que le dé una oportunidad. «Así es el fútbol, vas del diez al cero sin pasar por el cinco». En enero de 2018 fichó por el Ibiza, luego se fue al Inter de Madrid y de ahí dio el salto a Finlandia, al Inter Turku, con el que hizo dos años buenos. Dice que pagan bien, «3.000 euros más casa».

Nadie mejor que él para avisar al Athletic de que no se debe confiar ante el Ibiza, su exequipo. «No lo van a tener fácil. He visto a grandes jugadores fallas pases y controles ante rivales de Segunda B, en campos de hierba artificial». Él fue el verdugo de un «grande», nada menos que en San Mamés. Con el título de auxiliar de enfermería y el nivel 2 de entrenador en el bolsillo, confía en volver a jugar en breve. El fútbol le apasiona. Le ha regalado el «mejor momento» de su vida. Le hizo ser el héroe por un día. «Y eso no se olvida». Con todo un San Mamés de testigo.

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