El desparpajo albiazul no se pone «límites»: «Tenemos la esperanza de quedarnos»
Los jóvenes Lander Pinillos, Selu Diallo y Chema Aragüés se esmeran en pretemporada en «intentar dar razones al Chacho» para quedarse en el primer equipo
Aunque no tienen prisa por llegar, al trío de jóvenes que hace la pretemporada con el Alavés no le tiembla el pulso para reclamar la ... oportunidad de enseñar que ya están aquí. Verse en dinámica de un equipo de Primera División con 21 años es una recompensa para Lander Pinillos (Estella, 2003), Selu Diallo (Huesca, 2003) y Chema Aragües (Tauste, 2004) pero también una rendija por la que contemplar lo que hace no tanto parecía un sueño lejano. Aunque cada uno responde de distinta manera a la pregunta de si se ven preparados para formar parte del primer equipo, lo hacen con el desparpajo que Coudet les reclama sobre el césped.
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«Todos queremos quedarnos aquí», asegura el centrocampista oscense, el único que sabe lo que es debutar de forma oficial con el club albiazul (Copa del Rey 2023-2024). Su perfil es similar al del mediocentro navarro, algo más ofensivo, mientras que el aragonés es un extremo puro reclutado este verano de la cantera del Zaragoza. La vía abierta por Pica el curso pasado es el camino a seguir de los tres pese a que las circunstancias no juegan a su favor.El Alavés parece tener cubiertos sus puestos, aunque no les impide esmerarse en echar la puerta abajo. Los tres forman parte de la cuadrilla del ping pong que se ha afianzado en tierras gerundenses, con el descaro suficiente para decirle a Víctor Parada que no juegue más. «Es que el tío es muy bueno y si no no hay quien le saque de ahí», explica Diallo.
Hace ya meses que el Chacho Coudet se quedó prendado de Lander Pinillos. El estellés entrenó varias semanas a sus órdenes en el tramo final del curso pasado, y calentó durante casi toda la segunda parte en el duelo final ante Osasuna. Con participación en los tres amistosos disputados hasta la fecha y renovado hasta 2027, llega curtido en algo tan importante como luchar contra sus miedos. «Los nervios a veces me han jugado más pasadas. El primer año, cuando subía del C al filial me costaba soltarme y creo que tuve lesiones musculares en parte por eso», recuerda. Hizo terapia psicológica. Aprendió a convivir con la inquietud. Y recuperó el temple. «Pensaba que era capaz de sobrellevar esa presión pero no. Fue clave pedir ayuda.Ahora me noto tranquilo y muy bien de confianza».
Será la cuarta temporada en Vitoria para 'Pini', de segundo apellido Wilson. «Mi madre es de un pueblo al sudeste de Inglaterra». En algunas casa de Sandwich se celebran ya las victorias del Alavés casi tanto como los días de sol. «Nos ha costado mucho llegar hasta aquí y creo que pensar en un futuro aún sería un poco injusto», dice con humildad este 'box to box' «con bastante buen disparo», de pierna fuerte y cabeza amueblada. Estudiante de ADE, espera «intentar darle razones al Chacho» para quedarse antes de plantearse una cesión.
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Selu Diallo vuelve a vestir de albiazul después de su préstamo en el filial del Atlético de Madrid, con el que llegó a entrenar varias veces con el primer equipo. «Si te llaman es por algo». Titular en 1ªRFEF, dice sentirse preparado para sumar fondo de armario en el Alavés. «Y si por lo que sea no se puede, buscar soluciones. Obviamente, lo suyo sería dar un salto e ir a Segunda. Lo que decida el club. Pero yo voy a dar lo máximo dónde sea para algún día poder volver y jugar en Mendizorroza», dice el mediocentro formado en La Escuela IPC Huesca, de padres de Guinea Conakry. Con contrato hasta el 2028, «hay Selu para rato», advierte el portento físico con afán de dormir y jugar a la Play. «Soy de FIFA. Puedes preguntarle a Hugo Novoa». Un estado de ánimo que se refleja en el campo como goleador ante el Athletic. «No era fácil, con la izquierda y el campo regular. Abde te has portado. Le di las gracias a Abde. Le dije 'te has portado'. Y me dice, hay que ayudarte. Sabía que ese gol te iba a alegrar mucho».
En los últimos minutos de ese ensayo le sustituyó Aragüés. «Soy un jugador de banda bastante profundo, muy vertical, rápido, que tiene buen centro y buen disparo». Y gol. Sobre todo en verano. Ahí aprovecha para entrenar con su hermano pequeño, que juega de portero. «A veces me porto mal con él», bromea. Entre Sergio Fernández y Laguardia le convencieron para fichar, además de advertirle de que haría una pretemporada «exigente». «Soy consciente de que vengo para el 'Miniglorias', pero tampoco hay que ponerse límites». A sus compañeros ya se les ha ganado a ritmo de Ozuna.
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