Ascenso del Alavés a Primera
El plan motivacional de Luis García para ascender: mensajes de WhatsApp a cada jugadorEl técnico del Alavés dedicó varias horas antes de la merienda a arengar individualmente a su plantilla desde el móvil
A Luis García le cambió el paso la oportunidad de ascenso desperdiciada en Las Palmas. Sobre la marcha, tuvo que corregir cuestiones tácticas visibles como ... la recuperación de Abde, Benavídez y Sylla y trazar un nuevo plan para motivar a sus jugadores. Recuperar el estado de ánimo tras la decepción de la última jornada era esencial y fue el principal impulsor de las iniciativas para acercar al equipo a la grada.
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De cara al partido definitivo ante el Levante, había quemado ya varias naves con las que tocar la fibra sensible a la plantilla. Vídeos, fotos, familiares... Ahora tocaba tirar de corazón. Después de la comida y el paseo, tenía trazado un plan. Agarró el teléfono móvil y, jugador por jugador, empezó a enviar un mensaje de WhatsApp personalizado a cada uno. Algunos lo vieron al instante, otros a la vuelta de un rato. Pero toda la plantilla bajó motivada y agradecida al comedor para la merienda.
Ya en el vestuario, tras las arengas pertinentes, optó por cederle el testigo a Laguardia. El capitán, secundario sobre el césped, se quedó prendado de la unión del grupo desde el primer día que regresó a Ibaia y ha sido fundamental para unir a los diferentes grupos de la caseta. Ayer, eufórico tras el ascenso, encaró el partido con la implicación propia de un vitoriano que fue testigo de la General.
«Señores, voy a ser rápido. Como dije en Las Palmas, quiero daros las gracias a todos por cómo habéis honrado este escudo, esta ciudad y esta afición», arrancó el central maño bajo un escrupuloso silencio. La ceremonia estaba presidida por una ikurriña con el escudo del Glorioso y todos los jugadores y cuerpo técnico alrededor del entrenador y el capitán. «Pase lo que pase, llevaré a este equipo en la cabeza y el corazón», les reconoció a sus compañeros. El discurso posterior no tiene desperdicio.
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«Ascender es un objetivo por el que llevábamos trabajando mucho tiempo, con lluvia, con nieve, con frío, con sus muertos y viajes de mierda. Dando la cara siempre, todo el mundo. Jugar con valentía, sin miedo». Villalibre asentía y agachaba aún más la cabeza. «Creer en vosotros, creer también en el de al lado y todo saldrá bien. Por último, un amigo mío dijo que este club es experto en liarla. En situaciones extremas siempre consigue sacarlas adelante. Sé que este club y este equipo la va a volver a liar con el campo lleno. Vamos a por ello», concluyó antes de un grito estremecedor por parte de todos sus compañeros.
Así se gestó un ascenso a la segunda. De primeras, trazó otro plan motivacional. Contra el Granada, concentró a la plantilla en el hotel Ciudad de Vitoria como es habitual. Cuando la plantilla bajó a merendar, se encontraron con todos los familiares mostrándoles su apoyo incondicional. A la jornada siguiente, en Albacete, encargó un vídeo especial. En él aparecieron todos los equipos de la cantera albiazul. Los mensajes del fútbol base emocionaron a algunos jugadores en la oscuridad del vestuario del Carlos Belmonte. Y ya en Las Palmas, empapeló el vestuario de fotografías de todos los jugadores, alegres y tristes, para recordar la importancia de cada uno en una temporada eterna, para la historia, que ha durado once meses y medio hasta terminar de la mejor forma.
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