Rafa Marín, Sivera y Benavídez se lamentan tras el gol del Mallorca. Igor Martín

Alavés 1-1 Mallorca

Las decepciones de los últimos suspiros

Una jugada mal defendida justo después de reforzar la zaga aflige a un Alavés que acariciaba un triunfo casi definitivo sin haber coleccionado méritos para ello

Sábado, 24 de febrero 2024, 22:05

Mala primera parte del Deportivo Alavés, al que no se le recordaba tan flojo desde el repaso que le dio le Girona en Montilivi ( ... 3-0). Sin noticias en el área contraria hasta una irrupción de Javi López por la banda izquierda ya en el minuto 40. Sin disparos a portería. Ni rastro del explosivo Sola de las últimas jornadas. Ni siquiera el balón parado tenía cierta precisión. Y sufriendo en defensa, con Abqar como principal reflejo y Morlanes como gran quebradero de cabeza junto al potente Muriqi. Sivera se vistió de nuevo de salvador -mano providencial ante Radonjic (m. 20)-. Se ve que algo no funciona cuando hasta Ander Guevara pierde balones. El centrocampista vitoriano como termómetro de la salud del equipo. Al descanso lo mejor era el resultado. Algo había que cambiar en la segunda mitad.

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Que empezó con algo más de deseo y de balón en los pies albiazules. Pero no era el día de la claridad. Faltaba algo en ataque. Ocasiones, sobre todo, pese a esa falta directa de Sola que rozó el poste de Rajkovic. Luis García buscó la solución en la frescura de Carlos Vicente, el ímpetu de Benavídez y la experiencia de Kike, un abrelatas con virtudes diferentes a las de Samu, bien sujetado por Nastasic durante todo el partido. Y, como por obra de la varita mágica que protege a un equipo en estado de gracia, el uruguayo se topó con el gol en un córner -segundo del curso en su cuenta tras el conseguido en Copa ante el Betis-. Esa sensación de que a un Alavés con el viento de popa no le iba a hacer falta acercarse a una buena versión para acariciar la permanencia.

Rota en el tramo final. Doloroso en fondo y forma. Justo después de que el técnico albiazul buscara protegerse con una zaga de cinco reforzada por Duarte y Tenaglia. El argentino formó parte del desajuste defensivo que inició el tanto del empate y el capitán no fue demasiada oposición en el salto con Muriqi que devolvió el balón al área para que Nastasic convirtiera en gol una jugada mal defendida coronada por la mala fortuna de Rafa Marín en el despeje para impedir llegar a Sivera. Y cuando más duele (m. 87), sin apenas margen para una reacción que, en cualquier caso, se antojaba complicada.

El valor del empate

Como en el Reale Arena (1-1), cuando Zubimendi empató en el descuento. La misma prolongación temporal en la que el Real Madrid se llevó el triunfo de Mendizorroza con un gol de Lucas Vázquez en un córner (0-1). O, ya lejano en el tiempo, aquel penalti de Mayoral en Getafe en el inicio de temporada (0-1), en el minuto 84. Puntos que vuelan en los últimos suspiros. Cosas del fútbol, pensará Luis García, consciente de que el Alavés también sumó así, con un tanto de Duarte, en el Sánchez Pizjuán.

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Duele mucho porque el conjunto albiazul y sus aficionados estaban ya saboreando la salvación con 31 puntos, pero la realidad de los méritos seguramente se ajustara más al empate que a la victoria alavesista. En frío se le dará valor a seguir sumando en un partido que no fue bueno, a mantener la distancia con el conjunto balear y a mirar con relativa tranquilidad el duelo entre el Cádiz y el Celta, clave para la permanencia.

Racha

El equipo albiazul solo ha ganado uno de sus últimos seis compromisos en Mendizorroza

En la parte negativa de la balanza, el atasco que el conjunto babazorro está sufriendo en Mendizorroza, donde siempre ha tenido su fortín. Solo una victoria en los últimos seis partidos en casa, la conseguida ante el conjunto gaditano hace más de un mes (1-0). Tres derrotas (Las Palmas, Real Madrid y Barcelona) y dos empates (Villarreal y Mallorca) dan forma a un balance de 5 puntos de 18 posibles, el 28%, cuando antes el porcentaje en el campo propio ascendía al 62% (13 de 21).

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Después de la cuesta de enero, positiva en este caso en forma de tres victorias seguidas, son ya cuatro jornadas sin conocer la victoria, la derrota ante el Barcelona y tres empates consecutivos (Villarreal, Betis y Mallorca). Claro que también cuenta solo una derrota en siete duelos. Y el horizonte sigue siendo halagüeño a falta de doce jornadas. Las dos próximas jornadas, ante Osasuna (lunes 4 de marzo en El Sadar) y Rayo (domingo 10 en Mendizorroza) serán decisivas para encarar la exigente recta final del campeonato con el objetivo de la permanencia encauzado.

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