La firma de moda vasca que crea mascarillas transparentes

En los últimos días, seguramente hayan podido ver por la calle a algunas personas llevando tapabocas semitransparentes que dejan entrever los gestos de la cara. Un accesorio que, sin duda, llama la atención entre las mascarillas habituales a las que ya nos hemos acostumbrado, esas que ocultan parte de nuestro rostro y desdibujan nuestras sonrisas.

Estas mascarillas, que cada vez tienen más presencia en las calles, han sido creadas por el grupo empresarial vasco 'Inversiones Satwind', a través de 'Texcon Confecciones Textiles'. Además, se están utilizando en colegios que atienden a niños que necesitan un refuerzo de audición y lenguaje de Castilla la Mancha y Comunidad Valenciana. Las asociaciones de personas sordas llevan tiempo denunciando que la Covid-19 no se lo está poniendo fácil a personas con problemas auditivos y, por eso, reclaman productos transparentes.

La incursión en el mundo textil sanitario de la firma, que cuenta con talleres propios en Talavera de la Reina, en Toledo, surgió condicionada por la terrible pandemia. También elaboran mascarillas quirúrgicas e higiénicas tradicionales, y la evolución hasta una mascarilla de estas características ha sido un proceso largo. «Ha habido mucho trabajo detrás, se han probado más de catorce tejidos distintos, cada uno con su tratamiento hidrófugo, hasta que hemos dado con ello y hemos creado una mascarilla higiénica reutilizable que cumple la normativa UNE0065:2020», explica el consejero delegado del grupo, Jesús Murúa. El producto, bautizado como 'Expression', permite respirar con mayor facilidad y tiene un ajuste «casi perfecto», presume Murúa.

El empresario vizcaíno no olvida el pasado 14 de marzo y la declaración del estado de alarma. De un día para otro, la sección de moda del grupo y su firma infantil, 'Pan con Chocolate', se dieron de bruces con la triste realidad. Los clientes suspendieron los pedidos y la producción quedó totalmente bloqueada. Nadie quería ropa que no se iba a vender. Entonces, buscaron la «supervivencia a través de otros mercados para mantener la actividad y los puestos de trabajo», recuerda el ejecutivo.

Aprovecharon la necesidad social que trajo consigo el virus y dieron una segunda utilidad a su maquinaria. Procesos similares se repitieron 'in extremis' en otros lugares al haber carencia de mascarillas y depender de China. A través de la Federación Española de Empresas de la Confección, homologaron sus productos ante la Agencia Española del Medicamento y Producto Sanitario y comenzaron a suministrar durante esos primeros meses mascarillas quirúrgicas y batas a los centros sanitarios españoles.

En mayo, evolucionaron hacia un «producto sostenible y duradero». Crearon las mascarillas higiénicas con un «ajuste casi perfecto», comenta Murúa. «La sociedad, pero también por parte de las empresas, quería dotar a sus empleados de unos elementos más sostenibles», añade. La empresa vasca ha suministrado mascarillas a la Federación Vasca de Baloncesto, clubes de fútbol de Primera División y a la Federación Española de Balonmano, entre otras. Ahora, la producción de las semitransparentes llega a países como Francia y Noruega.