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Croquetas de gambas.

Croquetas, cómo habéis cambiado

Desde las clásicas de jamón hasta las rompedoras con pera, estas deliciosas miniaturas son las reinas de la mesa. Desde la época de nuestras abuelas han evolucionado hacia nuevos sabores, formas o rebozados, como sustituir el pan rallado por el maíz triturado

beatriz CELIS

Viernes, 19 de diciembre 2014, 16:09

"Las de mi abuela son las mejores". ¿Quién no lo ha dicho alguna vez? Las croquetas son uno de los mayores recuerdos culinarios de nuestras amamas y uno de los platos favoritos de los más pequeños. Gustan a todos, por lo que en las comidas multitudinarias suponen una apuesta segura.

Así, qué mejor que la cena de Navidad para recoger el testigo de nuestras mayores. Te regalamos cinco recetas con las que conquistar el paladar de familia y amigos durante estas fiestas.

Un clásico para toda la familia. Croquetas de jamón

Son las reinas de la casa. Las favoritas de los pequeños y las de toda la vida de los mayores. Las croquetas de jamón son una apuesta segura y dan ese puntito de tradición que tanto pide la Navidad.

Con las medidas que se indican, saldrán alrededor de 50-60 unidades, dependiendo del tamaño. Para empezar, rehogamos el jamón, finamente picado, a fuego muy suave en la mantequilla. Habrá que tener cuidado de retirarlo antes de que se dore.

Una vez lo hemos sacado, se vuelca la harina sobre la mantequilla y durante dos o tres minutos y a fuego medio se mueve constantemente. Lo apartamos del fuego y añadimos la leche a punto de hervir. Se mezcla todo bien y se pone nuevamente sobre fuego. Debemos conseguir un hervor suave pero continuo y remover la masa varios minutos. Se incorpora el jamón y seguimos removiendo. Cuanto más tiempo, más cremosa resultará nuestra bechamel. Se añade entonces sal, pimienta y nuez moscada al gusto. Ten en cuenta, eso sí, que el jamón ya habrá aportado su toque salado.

Ya lista la masa, se extiende sobre una bandeja y se deja enfriar por completo. No olvides mantenerla tapada. Da la forma que desees a tus croquetas y pásalas por harina, después por huevo batido y por pan rallado. Se deben freír en abundante aceite a fuego medio-alto.

En plena temporada. Croquetas de hongos

Es temporada de setas, y qué mejor que aprovecharlas en unas ricas croquetas. En cuanto al tipo de hongo no hay ninguna norma, a excepción de la del gusto del consumidor.

Lo primero es rehogar a fuego muy suave en aceite de oliva las setas troceadas en pequeños dados con una pizca de sal. Esperamos hasta que se ablanden totalmente y solo entonces las retiramos. Incorporamos la mantequilla sobre el aceite y volcamos la harina. Durante dos o tres minutos y a fuego medio movemos la mezcla sin parar. Igual que en la anterior receta, lo retiramos del fuego y añadimos la leche a punto de hervir. Mezclamos todo bien y lo ponemos nuevamente al calor. Es aquí cuando añadimos los hongos, incluido todo el jugo que hayan podido soltar, lo que dará más sabor. El hervor debe ser suave y constante, y habrá que remover la masa varios minutos. La sal y la pimienta se añade al gusto teniendo en cuenta que hemos salado los hongos previamente.

El relleno resultante se extiende sobre una bandeja que taparemos. Cuando esté completamente frío, les daremos la forma que más nos guste y las pasaremos por harina, huevo batido y pan rallado. Por último, las freímos en aceite a fuego medio-alto.

Para los más cocinillas. Croquetas crujientes de chipiron

No hay ingrediente que se les resista a estas ricas rebozadas y no son menos los chipirones. El oscuro relleno de estas croquetas rompe esquemas, perfectas para esos cocinillas que gusten de experimentar entre fogones.

Antes de la bechamel, habrá que ponerse manos a la obra con los chipirones en su tinta. Tiraremos de unos 300 gramos de chipirón fresco, a los que habrá que añadirles su correspondiente verdura, punto de sazón, etc. Seguiremos con la bechamel, que elaboraremos siguiendo los mismos pasos que en las recetas anteriores. Cuando la tengamos preparada, incorporaremos los chipirones finamente troceados y la salsa bien triturada. Da igual si los añades fríos, por una elaboración previa, o calientes, si están recién hechos. Se cocina el conjunto en un suave hervor y sin parar de remover. Al acabar, se le da el punto de sal y pimienta.

Como ya sabemos, hay que dejar enfriar la masa. Esta vez, sin embargo, vamos a hacer un empanado muy especial: sustituiremos el pan rallado por maíz frito triturado (maicitos, pepes, kikos). El orden de los pasos sigue siendo idéntico al habitual: pasar por harina, luego por huevo y finalmente por el maíz. El resultado es increíblemente crujiente, sabroso y divertido.

Para los más atrevidos. Croquetas de Idiazabal y pera

Esta es una de esas mezclas que no asociaríamos de primeras, pero cuyo resultado es una delicida. ¿Incluir fruta en unas croquetas? ¿Y mezclarlas con queso? Pues sí, peras e idiazabal con lo que dejar boquiabiertos a la familia.

Primero, se pelan las peras y se trocean en pequeños dados. Pon a hervir un poco de agua y cuando comience a burbujear incorpora la fruta y el azúcar. Es ahora cuando puedes añadir un clavo, si es una especia de tu agrado. Le aportará un intenso aroma a la mezcla y un toque de frescor muy característico.

Para elaborar la bechamel seguiremos las instrucciones anteriores, pero en esta ocasión calentaremos la leche y la nata conjuntamente. Tiene que estar perfectamente lista cuando añadamos la pera y el queso, ya que este último no debe hervir. Se añade el punto de sal y pimienta y se pone a enfriar la masa. Una vez más, damos forma, empanamos y ya estaremos listos para llenar el estómago.

Dudas, consejos y sugerencias

Frituras

El tipo de aceite debe elegirse en función del gusto y el bolsillo de cada uno. Muchos cocineros consideran excesivo el sabor que aporta el aceite de oliva y absolutamente innecesario tamaño gasto. Otros, en cambio, no se plantean en ningún caso el uso del aceite de girasol. En cualquier caso, la cantidad debe ser la suficiente para cubrir las croquetas por completo. Deben quedar totalmente sumergidas. La temperatura debe ser media-alta si son croquetas frescas, y alta si son congeladas.

Congelación

La única precaución es que primero congeles las croquetas extendidas en una bandeja y después las empaquetes. Puedes freírlas congeladas pero puedes descongelarlas unas horas antes, si lo prefieres. La caducidad aproximada es de un año.

Sugerencias

Dales forma a tu gusto, redondas, alargadas, cuadradas. Las pequeñas son más apetecibles y se obtiene una mayor cantidad, pero también dan más trabajo. Hoy en día existen diversos aparatos en el mercado para facilitarnos la labor; alguno tan sencillo como una manga pastelera con una gruesa boquilla.

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