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Del 54% de Vitoria al 65% de Ayala: así se ha desplomado la natalidad en medio siglo en Álava

Del 54% de Vitoria al 65% de Ayala: así se ha desplomado la natalidad en medio siglo en Álava

El territorio está pagando el acusado descenso demográfico de hace tres décadas: las pocas mujeres que nacieron son las madres actuales

Sábado, 10 de mayo 2025, 01:08

«El acortamiento que sufre desde 1975 la base de la pirámide de población del País Vasco va a tener efectos importantes en el futuro». Ese augurio lo recogía, a finales de los ochenta, un artículo publicado en este periódico a cuenta del «socavón demográfico» en el que estaba inmersa Álava. Ese mañana hace tiempo que ha llegado y, a día de hoy, los registros de nacimientos se han hundido en el territorio: en medio siglo, los alumbramientos se han reducido un 56%, de 4.833 a mediados de los setenta a apenas 2.095 el pasado año. Cuando se publicó ese reportaje, que hacía referencia a que se estaban registrando «menos nacimientos que en plena Guerra Civil», las maternidades alavesas daban la bienvenida al año a unos 2.500 bebés, casi medio millar más que ahora. Y aunque la continua caída ha sido generalizada, es en Vitoria y el Valle de Ayala donde más se acusa el hundimiento.

Pero comparar la natalidad en las postrimerías del 'baby boom' con la actual no es justo. Por eso, demógrafos y sociólogos marcan diferentes hitos en la evolución de los alumbramientos, momentos clave que nos han llevado hasta la actualidad. El primero, en una sociedad en la que la mujer se empezaba a incorporar al mercado laboral y llegaban las libertades tras una larga dictadura, fue la reconversión industrial. «La siderurgia desapareció, había un paro del 25%, se disparó el precio de la vivienda, la gente se iba a otras comunidades y la natalidad bajó, como pasa en épocas de incertidumbre y crisis», explica Garbiñe Henry, doctora en Sociología Urbana y directora de Innovación y Emprendimiento de la Universidad de Deusto.

Evolución de la natalidad por comarcas en los últimos 50 años

El número de hijos por mujer pasó de 2,8 en 1975 a 0,9 a mediados de los noventa (en la actualidad es 1,15). Y muchas familias se quedaron entonces con un único vástago, por lo que tres décadas después hay menos mujeres en edad fértil. Y es ahí donde hace hincapié Unai Martín, miembro del Grupo de Investigación en Determinantes Sociales de la Salud y Cambio Demográfico OPIK de la UPV/EHU. El doctor en Sociología diferencia entre «baja natalidad y bajada de la natalidad». La primera es «estructural» y está vinculada «al mercado laboral, la vivienda y la precariedad». La segunda viene de que «nacieron muy pocas mujeres en los noventa».

En esa baja natalidad de hace treinta años también influyó el paulatino retraso de la edad a la maternidad. En 1975, por ejemplo, las vascas tenían su primer hijo con 25,7 años, frente a los 29,9 de 1995. En 2024, a los 32,4. Ese aplazamiento está detrás, en buena medida, de que se produjera un aumento en la fecundidad del 50% entre 1995 y 2015, cuando se situó en 1,36 descendientes por mujer. Y también permite prever que, esas mujeres nacidas en la década de los noventa, en muchos casos empezarán a tener hijos ahora, bien entradas en la treintena.

Evolución de la natalidad por municipios de los últimos 25 años

Los datos que maneja el Instituto Vasco de Estadística (Eustat) hacen además una aproximación a este fenómeno desde la perspectiva comarcal. Prácticamente todas las cuadrillas alavesas presentan datos demoledores. La que sale mucho mejor parada es Gorbeialdea, donde la natalidad ha descendido en medio siglo un 13%. A partir de ahí, los porcentajes van en ascenso en un listado que encabezan el Valle de Ayala, con un desplome del 65%, y la Llanada, con el 54%. Le siguen la Montaña y Rioja Alavesa, ambas con un descenso del 43%, y Añana, con el 36%.

Hay otros factores que determinan la fuerte tendencia a la baja estadísticas de alumbramientos. «Al subir los precios de la vivienda, la metrópoli era mucho más cara que otras comarcas, y la gente joven se iba a otros municipios en los que hicieron su vida, tuvieron hijos allí...», ahonda Henry.

Respecto a la situación actual, la socióloga sostiene que «esto se veía venir, lo llevamos diciendo desde hace más de treinta años». Defiende que «si quieres tener una sociedad joven que tenga hijos cuanto antes, se tiene que emancipar, y no hay oferta habitacional», como en los ochenta. Eso sí, plantea algunas diferencias. En aquellos años, las empresas «no necesitaban personal», por eso se fue mucha gente joven. Y ahora lo que hace falta es fuerza laboral, a lo que contribuye la inmigración.

Precisamente, en la evolución del último medio siglo otro hito ha sido la llegada de personas nacidas en otros países. Es cierto que en la segunda mitad de los años noventa ya se había iniciado una recuperación de la natalidad, pero en la primera década del nuevo milenio, empujada por las mujeres extranjeras, los alumbramientos crecieron en notables porcentajes en el País Vasco.

La crisis frenó esa tendencia, así como la entrada de ciudadanos con otra natalidad, aunque en estos momentos se sitúa en máximos y será «clave» en el aumento de los nacimientos. Todo ello en un momento de importante aumento de la población en Álava, que este año ha registrado el mayor incremento desde hace casi dos décadas tras ganar en un año 2.847 habitantes. De hecho, las madres de otros países son las que amortiguan la caída. En 2004 el 6,6% de los bebés tenían madres de otra nacionalidad, frente al 29,5% del pasado año.

De la seguridad de un próximo crecimiento a la incertidumbre

El Eustat, en su última proyección de población, de hace apenas tres años, situaba en 2024 el ejercicio en el que la curva de la natalidad iba a empezar una ligera tendencia ascendente. Pero por el momento esa predicción no se está cumpliendo. Las estimaciones, en las que es complejo acertar, cifraban en 14.200 los bebés nacidos en Euskadi el pasado año, pero fueron apenas 12.904. Las expectativas se están enfriando y, si bien los expertos insisten en que los alumbramientos se incrementarán, no tienen claro cuándo. «Si tuviera que apostar, para finales de esta década empezará a aumentar, aunque esto lo decía más seguro antes», sostiene Unai Martín, del Grupo de Investigación en Determinantes Sociales de la Salud y Cambio Demográfico OPIK de la Universidad del País Vasco. El crecimiento de la inmigración y de las mujeres en edad fértil, por el repunte de la natalidad a finales de los noventa, deberían llevar a un escenario con más niños, pero se están empezando a detectar problemas. «La fecundidad está bajando de manera considerable», apunta el sociólogo. En 2017, estaba en 1,3 hijos por mujer, «un 50% más que en los años noventa», cuando alcanzó su mínimo, 0,9. Esa tasa, pese a que descendiera la natalidad, iba al alza, pero ya no. En 2023, último dato disponible, se situó en 1,15. El Eustat preveía que sería del 1,23. «Las proyecciones no están siendo capaces de captar ese fenómeno porque no sabemos qué está pasando, si es que menos mujeres están teniendo hijos o que las que son madres están teniendo menos niños», matiza antes de aclarar que, «si no sabemos la causa, las políticas de familia no van a funcionar».

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