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Ismael García-Gómez observa el estado de las ruinas del convento de San Francisco. Igor Aizpuru

Arqueólogos reclaman excavar en el convento de San Francisco

«Traerá sorpresas. El lugar tiene una potencialidad brutal», defienden los expertos de la UPV que quieren estudiar las ruinas ocultas en pleno centro de Vitoria

Sergio Carracedo

Domingo, 17 de febrero 2019, 03:02

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La intervención de los arqueólogos en el Casco Viejo de la capital alavesa genera siempre grandes expectativas. La colina vitoriana y sus zonas aledañas atesoran lo más arcaico de su historia, que se reescribe con cada nuevo hallazgo. Después de trabajar en la 'Almendra', en su muralla y los yacimientos de la catedral, el objetivo está ahora 'extramuros'.

Los expertos reclaman que se permita la consolidación de las estructuras del desaparecido convento de San Francisco, a los pies de la colina, que ocupaba una gran manzana donde ahora se sitúa parte de la calle Olaguíbel y la Subdelegación del Gobierno. Creen que se debe excavar, estudiar los restos -ahora solo accesibles a través de un patio de manzana cerrado al público- y abrirlos a las visitas. Sería la forma, sostienen, de ponerlos en valor y continuar descubriendo parte del pasado.

Una actuación de este tipo en el viejo monasterio franciscano «te da la oportunidad de estudiar el lugar y de añadir nuevas líneas a la historia de nuestra ciudad», asegura el arqueólogo vitoriano Ismael García-Gómez, del Grupo de Investigación en Patrimonio Construido de la UPV/EHU que dirige el catedrático Agustín Azkarate. «Excavar en San Francisco traerá sorpresas. El lugar tiene una potencialidad arqueológica brutal», reconoce a este periódico. «Aunque los restos que se conservan son pequeños, en comparación con toda la extensión que tuvo el convento, los que se han mantenido son los más antiguos, que corresponden a la capilla de La Magdalena», indica.

Ismael García recuerda que esta capilla «perteneció a los Hurtado de Mendoza, por lo que esperamos encontrar alguno de sus enterramientos» en su subsuelo. Otro detalle significativo es que «estamos ante el espacio más antiguo del convento, por lo que queremos saber hasta dónde nos puede llevar».

Uno de los arcos de la capilla central de la iglesia de San Francisco que se mantiene en pie, contiguo a la capilla de la Magdalena.

Intervención en tres fases

«Nuestra pretensión es llevar la iniciativa desde la Universidad», afirma. Para ello, el grupo de Patrimonio Construido de la UPV/EHU propone desarrollar una intervención en tres fases. La primera consistiría en la «consolidación de la ruina», con el objetivo de garantizar que los arqueólogos puedan desempeñar su trabajo en condiciones seguras. La segunda sería la propia excavación y el estudio arqueológico, que incluiría tanto las estructuras que todavía permanecen en pie como el subsuelo. Y por último, hacer que el espacio sea accesible al público y abrirlo a las visitas, desgrana este doctor en Historia Medieval.

Sin embargo, la intervención en San Francisco no partiría de cero, ya que «existe un detallado informe topográfico sobre el estado actual de la ruina que obra en manos de la Diputación». Además, «en 2004-2005 ya realizamos una excavación de urgencia y una primera investigación con motivo de las obras del parking de Olaguíbel, por lo que tuvimos ocasión de comprobar la envergadura de los restos».

El claustro del cenobio ocupaba parte de la explanada que hay frente al edificio de la subdelegación y parte de la actual calle Olaguibel. Enrique Guinea

Dos enterramientos y huesos humanos dispersos

La excavación arqueológica con motivo de las obras del parking de Olaguibel en 2005 descubrió dos esqueletos enterrados en el antiguo claustro. Igor Aizpuru

Durante la excavación arqueológica realizada en 2005, con motivo de las obras del parking de Olaguíbel, aparecieron huesos humanos dispersos y cerámicas. También se descubrieron los restos de dos cuerpos que ocupaban sus fosas originales, individuales y contiguas, a un metro de profundidad con respecto al nivel actual de la calle. Ambos esqueletos, que tenían los brazos con las manos cruzadas sobre el pecho, se encontraban mirando hacia el oriente. «Es muy probable que estos individuos estuvieran inhumados en el patio del claustro, muy habitual en los monasterios de la época».

Un estudio a final de año

Desde entonces, este grupo inició «una serie de contactos discretos para intentar recuperar los restos y darlos a conocer, pero tanto el emplazamiento de las ruinas como su estado reviste cierta complejidad», confiesa. Sin embargo, «mientras llega el momento de la excavación, contamos con la financiación de la Dirección de Patrimonio Cultural del Gobierno vasco, gracias a la cual estamos recabando más información con el objetivo de publicarla a finales de este año».

Tras quince años reclamando «más atención» y «poder intervenir» en el viejo cenobio franciscano, «EH Bildu se puso en contacto con nosotros para comentarnos su iniciativa, la cual obviamente acogemos con esperanza. Aquí lo que hace falta es querer, tener voluntad de mover eso», admite este doctor en Historia, autor del libro 'Vitoria-Gasteiz y su hinterland', en el que condensa sus investigaciones sobre el origen y evolución de la capital alavesa a través de los siglos.

Arriba, dependencias del monasterio, en 1902, convertidas en cuartel de caballería. A la izquierda, interior de la iglesia de San Francisco, un templo de estilo gótico avanzado de finales del siglo XIV. A la derecha, la parte trasera de la misma nave, utilizada como cochera. Fotos: Archivo Municipal y Enrique Guinea
Imagen principal - Arriba, dependencias del monasterio, en 1902, convertidas en cuartel de caballería. A la izquierda, interior de la iglesia de San Francisco, un templo de estilo gótico avanzado de finales del siglo XIV. A la derecha, la parte trasera de la misma nave, utilizada como cochera.
Imagen secundaria 1 - Arriba, dependencias del monasterio, en 1902, convertidas en cuartel de caballería. A la izquierda, interior de la iglesia de San Francisco, un templo de estilo gótico avanzado de finales del siglo XIV. A la derecha, la parte trasera de la misma nave, utilizada como cochera.
Imagen secundaria 2 - Arriba, dependencias del monasterio, en 1902, convertidas en cuartel de caballería. A la izquierda, interior de la iglesia de San Francisco, un templo de estilo gótico avanzado de finales del siglo XIV. A la derecha, la parte trasera de la misma nave, utilizada como cochera.

La moción presentada en las Juntas Generales por Kike Fernández de Pinedo, portavoz de la formación, reclama un plan que contempla la intervención arqueológica con la finalidad de «poner en valor el antiguo convento». «Es responsabilidad de las instituciones cuidar y dar a conocer nuestro patrimonio», alegó. Además, destacó que los restos del viejo monasterio medieval «están calificados como monumento y zona de presunción arqueológica», puntualizó Fernández de Pinedo. La propuesta presentada en la Cámara Baja alavesa llega al hilo del impulso de los arqueólogos de la UPV, acompasado en los últimos tiempos por una sociedad vitoriana deseosa de conocer más acerca de su pasado. Ello ha quedado patente en concurridas exposiciones, abarrotadas salas de conferencias o multitudinarias excursiones para conocer el patrimonio histórico alavés. Este interés se muestra «a nivel institucional, académico y popular. La población está más sensibilizada», reconoce García-Gómez que valora «el trabajo y el esfuerzo de los compañeros de Álava Medieval». En este punto coincide con Fernández de Pinedo. «Es un buen momento para poner en valor los restos del área», señaló el político en alusión a los vestigios que quedan de «uno de los conventos más importantes de la ciudad».

Entrada al convento, en una imagen de 1930 tomada desde la calle Mateo de Moraza. E. C.

Más que un convento: sede del Ayuntamiento, de las Juntas y primera Universidad de Álava

Escondidos tras el edificio de la Subdelegación del Gobierno, en la calle Olaguíbel, se encuentran los restos de uno de los conventos más importantes de la ciudad. Demolido entre 1929 y 1930, el de San Francisco fue mucho más que un monasterio. Su construcción se remonta al siglo XIII. Precisamente el primer edificio que se erigió fue la capilla de La Magdalena, «sobre otra construcción anterior», precisa Ismael García. A partir de ahí creció a los pies de la Judería vitoriana, situada en la actual calle Nueva Dentro.

Además de convento, fue sede del Ayuntamiento, de las Juntas Generales y sede de la primera universidad alavesa. «Tanto el Ayuntamiento como las Juntas no tenían sede fija ni edificio propio en época medieval. Se reunían en los lugares más aptos para ello. Y uno de los más frecuentados fue el pórtico del iglesia de San Francisco», desgrana García-Gómez.

De hecho, el famoso Pacto de Arriaga, rubricado el 2 de abril de 1332, «tiene un documento preparatorio que se firmó casi un año antes en la capilla mayor o sala capitular de este convento». Además, el monasterio era el lugar en el que «estaban los archivos correspondientes a ambas instituciones alavesas, ya que necesitaban tener a buen recaudo sus documentos». La orden franciscana tenía entre sus compromisos «proteger este tipo de documentos, fomentar el surgimiento de las instituciones, trabajar al servicio del Estado y fomentar la estabilidad», aclara.

Pero también tuvo importancia cultural ya que en 1569 se impartieron estudios de diferentes disciplinas en lo que se podría considerar como la primera universidad de Vitoria. Ya en el siglo XIX, fue cuartel militar con la ocupación francesa y en las guerras carlistas, momento en el que comenzó su declive. A finales de 1929 se demolieron los claustros y en 1930 fue pasto de las piquetas y la dinamita.

7.000 metros cuadrados llegó a ocupar el convento de San Francisco antes de su derribo. Estaba ubicado entre la Cuesta de San Francisco, la calle Postas y la calle Fueros o Resbaladero. Las ruinas se reducen a poco más de 300 metros. E. C.

En su contexto

  • Enterramientos Los restos que se han conservado son los más antiguos, por lo que son los que «mayor potencial arqueológico» tienen. Se trata de la capilla de La Magdalena que «perteneció a los Hurtado de Mendoza, por lo que esperamos encontrar alguno de sus enterramientos». Estaba junto al altar mayor de la iglesia, pero era independiente del templo principal.

  • Publicación de un libro Mientras llega el momento de la excavación arqueológica, el grupo de Patrimonio Construido de la UPV/EHU cuenta con la financiación del Gobierno vasco para recabar más información. A finales de año, se publicará un estudio con todos los datos recopilados del convento.

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