"La clave está en saber anticiparse a la demanda"

Cuando realizamos esta entrevista ha nevado y eso obliga a todos los trabajadores de Cuadra Bus a diseñar un plan B para afrontar los posibles retrasos o el cierre de las carreteras. La oficina de la empresa en Amurrio es un centro de control desde donde se vigila el tiempo y el estado de las vías y se programan las próximas horas con precisión milimétrica para que la flota, de más de noventa autobuses, llegue puntual a su destino pese a las inclemencias meteorológicas.

José Luis Cuadra trabaja, como todos los días del último medio siglo, codo con codo con su esposa, Rosa Mari, su hija, Idoia y un equipo de ciento treinta personas que «son lo mejor que tenemos». EL CORREO le ha hecho entrega del premio Alavés del mes de enero en reconocimiento a su trayectoria profesional al frente de una empresa que sigue manteniendo sus raíces en Amurrio pero se dispone a afrontar nuevos retos.

En esta época de crisis, usted le pone cara a los emprendedores.

Hemos ido moviéndonos en base a las oportunidades porque el sector del transporte de viajeros es muy cambiante. Por eso, hay que estar ahí, observando y anticipándote para ser el primero en llegar a esa demanda. Esa es la clave, anticiparse a la demanda. Hemos tenido suerte de acertar en las apuestas.

Han logrado el premio Empresa del Año que otorga el sector y Aenor ha reconocido su compromiso con la calidad.

Fue increíble porque es el propio sector el que nos ha concedido el premio, que nos entregó el director del Ministerio de Fomento. Hemos empezado el año con varios premios. Estamos encantados.

¿Cómo empezó todo?

Yo venía de un caserío de Belandia y buscaba dónde empezar a trabajar. Vi una posibilidad poniendo un taxi en Amurrio y con aquel Seat 1.500 empecé a realizar viajes de largo recorrido, algo que casi nadie hacía entonces. Traía a familias que vivían en Madrid a veranear en Amurrio o les llevaba a funerales en Andalucía o Galicia. También cogía soldados en Araca y les llevaba a sus casas, y si podía cogía gente en las estaciones para hacer el viaje de vuelta.

¿Y el primer autobús?

Propuse a un colegio de Orduña trasladar a los niños. Compatibilizaba el taxi y el autobús y Rosa Mari me ayudaba haciendo trayectos cortos cuando nacieron las niñas.

Desarrollo

Y a partir de ahí, empezó a crecer.

Uno de los hitos del crecimiento de la empresa fue la concentración de los colegios rurales. En 1968 se cerraron las escuelas de los pueblitos y se concentraron en Artziniega. Luego Baranbio, Arrastaria y parte de Ayala se agruparon en Amurrio y tuvimos que comprar más autobuses.

Pero siguió diversificando la actividad.

Con la construcción de la Bilbao-Behobia y la autopista de Altube, que empezó en 1975, llevábamos quince autobuses diarios de trabajadores desde Bilbao y Vitoria a las obras. También hacíamos muchos viajes de turismo a Europa durante un tiempo, pero ahora han bajado y, sin embargo, hay muchas bodas y viajes a sidrerías. Ahora hemos hecho una apuesta por el transporte adaptado, que hace diez años no existía.

¿Qué retos se plantea?

Seguir creciendo con los concursos. Dimos el primer impulso hace veinte años, cuando el Ministerio sacó varias líneas y nos unimos a otras empresas para concurrir. Ahora, van a salir nuevas convocatorias.

Como la de transporte urbano en Álava. ¿Se van a presentar?

Estamos preparándonos desde hace años para eso. Ya intentamos poner una línea en marcha en su día porque la falta de comunicaciones ha generado una fractura entre el Valle de Ayala y Vitoria, pero no puede ser que un autobús de 40 plazas vaya a un pueblo con dos viajeros. Esto se resuelve con un transporte de Llodio y Amurrio hacia Vitoria y atendiendo los pueblos con vehículos más pequeños.

Acaban de poner en marcha la línea urbana en Bergara.

Es fruto de otro concurso, aunque el crecimiento más importante está en las ciudades. Ahora tenemos un 45% de la flota trabajando en Vitoria, un 40% en Bilbao y e 15% en Ayala, pero por volumen creemos que Vizcaya es la que más posibilidades de crecimiento tiene.