Hablar de nosotros mismos nos gusta tanto como el sexo
El 40% de nuestra conversación gira en torno a ideas y experiencias propias, lo que según la Universidad de Harvard explicaría el actual éxito de las redes sociales
FERMÍN APEZTEGUIA
Martes, 12 de marzo 2013, 07:16
¿Sabría usted decir cuántas frases comenzamos con muletillas del tipo Pues yo...? Muchas más de las que se imagina. El 40% de nuestra conversación la dedicamos a hablar de nosotros mismos. Definitivamente, nos gustamos y si le cabía alguna duda, tome nota y sorpréndase: hablar de uno mismo nos resulta tan placentero como «comer, recibir dinero o, incluso el sexo». No es charlatanería, sino ciencia.
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Un reciente estudio firmado por dos psicólogos del Laboratorio de Neurociencia Social de la Universidad de Harvard ha comprobado que nos gusta tanto halagarnos los oídos con nuestras ideas y comentarios que lo preferimos antes que el dinero. El trabajo se hizo con 200 voluntarios a los que se les ofreció que eligieran entre cobrar cantidades inferiores a un euro o hablar de ellos mismos. No es mucho dinero, pero sí el suficiente como para comprobar lo que se intentaba; y tampoco lo dudaron. La respuesta fue yo. «De la misma manera que los primates están dispuestos a privarse de un zumo con tal de no perder de vista a los machos dominantes y que los estudiantes universitarios prefieren prescindir de dinero con tal de ver a miembros atractivos del sexo opuesto, nuestros participantes eligieron no cobrar a cambio de hablar en primera persona», explican los investigadores Diana Tamir y Jason P. Mitchell, que dirigieron los trabajos.
Por si cabía alguna duda, los autores del trabajo decidieron comprobarlo científicamente con una máquina de escáner. Querían ver con sus propios ojos qué zonas del cerebro se activaban en los voluntarios cuando se les pedía su opinión sobre diferentes cuestiones. Lo primero que les preguntaron fue si les gustaba esquiar. El asunto despertó cierto entusiasmo. Después les plantearon si creían que a Barack Obama le gusta esquiar; y el interés cayó en picado. Las regiones del cerebro relacionadas con la satisfacción comenzaron a activarse de verdad cuando llegaron kas preguntas que convertía a los participantes en protagonistas. En mi opinión, creo, yo, yo, yo, yo.
«Aunque no profundiza demasiado, el estudio deja claro que a las personas les gusta hablar de si mismas», comenta la psicóloga y pedagoda del Instituto Burmuin de Bilbao, Norma Larrea. «Esa es también una de las razones que explican el sentido de nuestra misma profesión», argumenta la especialista.
Los secretos de Twitter y Facebook
Hablar de una misma, «te hace sentir bien», explica la directora del estudio, Diana Tamir, quien constató que este ejercicio permitía activar en las personas que participaron en el ensayo las áreas del cerebro relacionadas con la identificación. «Nos gusta pensar acerca de nosotras mismas, compartir nuestra información íntima. Y sabemos añade que no hacerlo, especialmente cuando se trata de información emocional, puede tener efectos negativos para la salud».
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Todo ello explicaría, según los autores del trabajo, el éxito de las redes sociales. A las personas nos encanta dejar claro qué pensamos de este tema o de lo otro. «Este es el motivo por el que servicios como Facebook y Twitter se han convertido en herramientas tan populares», declaró Tamir a Los Angeles Times. Esa, según detalla, es también, al parecer, la razón por la que el 80% de las actualizaciones en éstas y otras redes sociales son lisa y llanamente revelaciones tan personales, como frívolas. «En el autobús, de camino a casa». «Hoy he tenido un día agotador» «La última foto de mi perro»...
Y aún así, hablar de uno mismo sienta tan bien que puede resultar tan placentero como el sexo. No precisa el trabajo qué porcentaje de los participantes se inclinaron por esta opción, que sí fue por lo visto mayoritaria. De momento, no hay investigaciones que analicen el efecto en el oyente de tanto discurso en primera persona. Quizás más adelante se conozcan.
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