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Así nos ha ido transformando un año de covid

Así nos ha ido transformando un año de covid

Fases de la pandemia ·

Tardaremos otros doce meses en superar la montaña rusa de emociones a la que hemos estado sometidos

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Domingo, 14 de marzo 2021, 00:04

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Hace un año, en la medianoche del 14 al 15 de marzo, se inició el confinamiento domiciliario a causa del covid, la medida más dura de estos doce meses en los que hemos visto cómo nuestra vida –ese puzle de prioridades, seguridades, necesidades, afectos, temores...– se volvía del revés hasta límites difíciles de imaginar. Después del inicio de aquel inesperado encierro, que marcaba el comienzo de una endiablada carrera de fondo, muchos seguimos sintiendo como si todo fuese el guión de una ficción distópica: mascarillas, toques de queda, estado de alarma, cuarentena, decenas de miles de muertos...

Esta realidad nos ha arrastrado por una montaña rusa emocional que, según los psicólogos, nos ha pasado factura. De hecho, estiman que necesitaremos al menos un año de verdadera normalidad para llegar a estabilizarnos. Aunque nos advierten de algo: «Ya nunca volveremos a ser los mismos». Tres expertas analizan las fases emocionales de esta pandemia.

  1. Febrero

    Shock, negación y ansiedad ante 'eso'

Ya empezábamos a sospechar que 'eso' no era una gripe normal. El 31 de enero aparece el primer caso 'oficial' en La Gomera. La situación no pinta bien. «En este momento estábamos en 'shock'. La reacción generalizada –de políticos, de ciudadanos– fue esa: no nos creíamos la gravedad ni la dimensión del asunto. Para asumir algo así hace falta tiempo», resume Dafne Cataluña, directora del Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP). Además, llegamos a esta situación con «el vaso medio lleno» de ansiedad, lo cual generó ya en estos primeros compases cuadros complicados, tal y como comprobó Aída Rubio, psicóloga sanitaria y coordinadora de especialistas de TherapyChat. El quid de la cuestión fue ese: «La pandemia trajo grandes cambios en un espacio de tiempo muy corto», apunta María Sánchez, eHealth de Cigna España. ¿Quién los podía digerir sin tambalearse?

  1. Marzo-junio

    Conflictos interpersonales en casa

El 14 de marzo, el Gobierno toma una medida sin precedentes: precinta el país y confina a la población en casa. Tuvimos que 'aprender' a convivir todos juntos en unos metros cuadrados, a esperar grandes colas en el súper, a ver estanterías de papel higiénico vacías, a hacer pan en casa y a 'reinventar' nuestra vida con nuevas tareas para no volvernos locos en medio de ese aislamiento. Las añoranzas recientes eran muy dolorosas. «Se incrementaron las consultas relacionadas con problemas de pareja y aumentaron los conflictos familiares. Era lógico: desapareció de un día para otro el oxígeno que cogíamos de fuera», repasa Aída Rubio. En este sentido, Dafne Cataluña añade que «tuvimos que ponermos a 'solucionar' esos conflictos interpersonales que surgían en casa y que ya estaban de antes, aunque no reparásemos en ellos. Por ejemplo, aumentaron las rupturas sentimentales: vimos en nuestra pareja cosas que no nos gustaban de forma muy evidente». También hubo casos de lo contrario: aprendimos a apreciar lo que teníamos.

  1. Julio-septiembre

    Miedo disfrazado de euforia

Llega el verano. Tras la desescalada (el 21 de junio se da por terminada), con la pandemia bajo mínimos, hubo cierta sensación de euforia, de recuperar la calle y los contactos sociales... ¡de vacaciones! Pero era pura fachada, queríamos creer lo de la 'nueva normalidad', pero pronto vimos que de normal no tenía nada. «La ansiedad volvió a colocarse en cabeza y se convirtió en el mayor motivo de consulta. Además, se le sumaron cuestiones de autoestima y de crecimiento personal», añade Rubio. ¿Por qué? Porque nos agobiaban las limitaciones. No podíamos crecer. Nos decían que ya éramos un poco más libres, pero en realidad no era así.

  1. Septiembre-Navidad

    Depresión y aislamiento

Terminamos el verano mal. Muy mal, con una segunda ola. Estábamos pagando los excesos estivales. Vuelta a los momentos más oscuros, sólo que ahora, en lugar de estupor, nos dominaba el cansancio. «Fueron aumentando los casos de depresión, consecuencia natural de la reducción de estímulos positivos en nuestra vida por un tiempo tan prolongado y por la ansiedad cronificada», repasa la coordinadora de Therapychat. Sobre todo, en Navidad, esas fechas tan de estar con los nuestros y que, forzosamente, fueron distintas. «Si ya hay gente que se pone nostálgica y se deprime en Navidades... este año fue especialmente duro para ellos», añade Dafne Cataluña. Sobre todo para los mayores que las tuvieron que pasar en soledad al ser grupo de riesgo. «El estrés permanente, unido al cansancio psicológico y físico propio de la pandemia, fue menoscabando día tras día la calidad de vida», sostiene María Sánchez. Si la pandemia es una carrera de fondo, en Navidades ya estábamos todos agotados y sin ver la meta... hasta que a finales de año se inició la única esperanza de que esto termine: la vacunación.

  1. Primer trimestre de 2021

    Ira y escepticismo

La población se anima por la vacunación, pero enseguida comprueba que el proceso va a ser más lento de lo que parecía... y estamos en plena tercera ola (ay, la Navidad). Surgen muchas dudas: hay varias vacunas, se habla de efectos secundarios, cada comunidad realiza el proceso a un ritmo distinto... y parece que es complicado llegar al verano con el 70% de los españoles inmunizados, tal y como pretendía el Gobierno. Entonces, ya agotados, empezamos a enfadarnos, a pedir cuentas y a «reaccionar con escepticismo y desconfianza», indica Cataluña. La impaciencia ya nos puede y hay personas que bajan la guardia: gran error, la gente sigue muriendo.

  1. Próximos meses

    El reto de volver a (cierta) normalidad

Nadie tiene una bola de cristal para saber cuándo terminará definitivamente esta pesadilla. Pero es de esperar que, por lento que vaya el proceso de inmunización, este año tendremos que volver a lo de antes, a esa vida que muchos casi hemos olvidado... aunque nos advierten de que puede haber una cuarta ola. ¿Habrá ya abrazos, besos, conciertos, fiestas, sonrisas sin mascarilla? ¿Ya estaremos todos en el trabajo a pleno rendimiento? ¿Podremos estornudar por la calle sin despertar instintos asesinos? «Nada va a ser igual cuando esto acabe –indica Cataluña–. Es imposible regresar al mismo punto de nuestra vida donde la dejamos en marzo de 2020. El tiempo ha pasado y nosotros no somos los mismos tampoco». Entonces, ¿quedaremos 'tocados' o fortalecidos? Un poco de todo.Según Cataluña, estudios relacionados con el impacto de los atentados del 11-S comprobaron que la mayor parte de la población salió de aquel drama con más empuje. «Entre el 35 y el 55% mostraron una gran resiliencia, la proporción de casos de depresión fue menor, entre el 10 y el 30%», explica. Pero, para salir de esta lo mejor posible, aconseja que nos preparemos desde ya para el despegue, para otra adaptación. Llevamos a la espalda una mochila con todo lo malo de la pandemia (duelo, dolor, ansiedad), pero también con cosas positivas (hemos aprendido cosas y reevaluado prioridades). Así que vamos a agarrarnos a esta parte buena: «Confiemos en nuestro sistema de regulación interna, que se va a activar –advierte Cataluña–. Nos hará falta motivación y usar nuestros recursos, aunque, tras un año de vaivenes emocionales, necesitaremos al menos otro de cierta normalidad para equilibrarnos». Pero, sin duda, volveremos a estar bien. Debemos confiar en ello, insiste: «Cuando te haces una herida, sabes que las plaquetas van a taponarla. Pues con esto debemos pensar igual. Vamos a cicatrizar».

Pasos para afrontar el último (esperemos) arreón

  • Psicólogos de TherapyChat ofrecen consejos para sobrellevar esta última etapa (esperemos) y no desgastarse inútilmente.

  • Cuidate: Descansa y come bien. Haz ejercicio: te estás preparando para la 'salida'. Te será más fácil si estás en forma.

  • Relaciónate: Empieza a reestablecer contactos, aunque sea telemáticamente. Hemos estado muy aislados. Así que conviene ahora ir poco a poco 'socializándonos' dentro de la prudencia.

  • Baja tus expectativas: Para no frustrarte ni tener sensación de indefensión. Lo importante es salir adelante. Quizá no sea el momento de emprender grandes planes.

  • Vive aquí y ahora: No te enganches al pasado ni al futuro. Te resta energías.

  • Trabaja tu amor propio: Aléjate de la gente tóxica y tampoco te boicotees tú mismo: trabaja la aceptación.

La metamorfosis: más temerarios y vengativos

Durante buena parte de la pandemia, «los ciudadanos han corrido más riesgos, a pesar de que les ponían en peligro de contagiarse, y han tomado peores decisiones, incluyendo su propensión a ser menos altruistas y querer castigar más a los demás, debido a que su capacidad cognitiva se ha visto disminuida». Así lo revela un estudio liderado por el grupo de investigación la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

El trabajo, publicado en 'Scientific Reports' de 'Nature', se ha llevado a cabo con una muestra de casi 5.000 voluntarios de España, Italia y Reino Unido que respondieron a dos cuestionarios. «Vimos que la gente tenía mermadas sus capacidades para tomar decisiones y reaccionaba de maneras no predecibles. Se arriesgaban porque no podían más –explica Francisco Lupiáñez, profesor de la UOC–. Y querían, por ejemplo, que se castigara a aquellos que no llevaban mascarilla o que se saltaban las restricciones, a pesar de que ellos mismos eran más proclives a hacerlo. Además, según han constatado los autores, «parecía que se acababa el mundo y la gente quería un beneficio inmediato, sin pensar en el mañana».

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