Borrar
La Lotería Nacional de hoy sábado: comprobar resultados del 6 de diciembre
Tropas aliadas se despliegan en una de las playas de Normandía en una foto del 6 de junio de 1944.

Así se vivió en Bilbao el Día D

Tiempo de historias ·

La prensa bilbaína informó ampliamente del desembarco de Normandía. Lo hizo con prudencia e imparcialidad, pues no era conveniente decantarse abiertamente por uno u otro bando

Domingo, 9 de junio 2019, 01:07

Comenta

El 4 de junio de 1944, M.F., de 33 años de edad, casado y vecino de Bilbao, sufrió una fractura en la base del cráneo como consecuencia de una caída provocada por una cáscara de plátano que algún desaprensivo había tirado en la vía pública. Fue trasladado rápidamente al Santo Hospital Civil del Generalísimo Franco. El pronóstico fue de extrema gravedad. Ese mismo día, las tropa del V Ejército aliado, mandadas por el general Clark, entraron en Roma. 'La Gaceta del Norte', con tono neutro e imparcial, señaló que el mando alemán había abandonado la ciudad para evitar daños. «El alto mando de las fuerzas armadas alemanas comunica: Como en el curso de las operaciones el frente se ha aproximado progresivamente a la ciudad de Roma, ha surgido el peligro de que este centro de civilización, el más antiguo del mundo, quede integrado en las operaciones directas. Para evitar esto, el Führer ha ordenado la retirada de las tropas alemanas en dirección noroeste». Todo un gesto de gallardía y caballerosidad en aras del patrimonio histórico romano y universal, con el que se evitaba el molesto trance de pronunciar el término derrota. Palabra ésta que el diario bilbaíno no citó en ningún momento. Es más, según señaló en sus crónicas, el avance aliado se vio ralentizado por la táctica empleada por las fuerzas germanas.

Ese mismo día, a unas horas de que se produjera el desembarco de Normandía, 8.000 camaradas del Frente de Juventudes desfilaron brillantemente por las calles de Bilbao. Centurias de la Villa y de los pueblos de Vizcaya se concentraron en la Avenida de José Antonio Primo de Rivera, para desde ahí trasladarse hasta el Arenal donde se celebró una misa de campaña. No faltaron las autoridades y las jerarquías del Movimiento, el mismísimo delegado del Frente de Juventudes y el Gobernador militar. No pudo asistir, por la enfermedad que aquejaba a su distinguida esposa, el Gobernador civil y Jefe Provincial del Movimiento, camarada Vivar Téllez. El acto fue brillantísimo. Al mediodía «fue inaugurada oficialmente la Delegación de Falange Española Tradicionalista y de las Jons del Distrito de la Diputación, instalada en la calle Concha, 8», se reseñó en 'La Gaceta del Norte'. Estuvieron presentes las mismas autoridades que habían estado antes en el desfile y misa de campaña del Frente de Juventudes. Todos, menos el Gobernador civil porque, se recordó una vez más, su mujer se hallaba enferma. Y por la tarde, el Atlético de Bilbao consiguió el pase a semifinales de la Copa del Generalísmo tras perder por un solitario gol ante el Granada. Ese mismo día por la noche se celebró el sorteo. Tocó jugar contra el Atlético Aviación. Todo un partidazo.

El 7 de junio, a toda plana, 'La Gaceta del Norte' dio la gran noticia: «Los aliados iniciaron ayer la invasión del Continente». Lo sucedido lo merecía. «Una enorme escuadra naval navega a lo largo de la costa de Cherburgo». «Feroz batalla al norte de Ruan entre paracaidistas aliados y fuerzas alemanas». «La resistencia alemana se hace más fuerte de hora en hora». La portada entera se dedicó a lo sucedido en Normandía. Con el mismo tono neutro, la línea del diario bilbaíno rogaba porque la guerra y sus desastres terminaran pronto, aunque no decía de qué lado. Se guardaba una imparcialidad exquisita pues nada estaba decidido. Ni se aplaudía a los aliados ni se jaleaba a los alemanes. Ambos bandos luchaban denodadamente. Era conveniente, por lo tanto, mostrar prudencia. «La gran invasión de Europa –escribió Lucio del Álamo en la última página–, no puede limitarse a una operación como la iniciada hoy, que aun siendo gigantesca, es casi tímida si se compara con el resultado que trata de alcanzar». Además, en aquellas horas se esperaba la respuesta del Ejército Rojo desde el este.

La contraofensiva de Stalin era más que posible aunque se reconocían extraños rumores que apuntaban lo contrario. Lo único que en aquellos momentos podía señalarse era que «en las tierras amables de Normandía empieza a decidirse, definitiva y totalmente, la suerte de esta guerra inacabable y espantosa». Quedaba claro que todos sabían que lo sucedido aquel 6 de junio de madrugada iba a definir el trascurso de la guerra pero también eran conscientes de que no convenía tomar una postura clara por ninguno de los dos contendientes. Tan solo se denunciaba la guerra como acto inhumano apartado de la piedad con la que todo cristiano debía de guiar sus actos. Así se sugirió al menos.

Faltan más iglesias

Por lo demás, el día de la invasión, el Excmo. y Rdmo. Sr. Obispo de la Diócesis expuso en una Carta Pastoral la necesidad de aumentar el número de parroquias en Bilbao y de construir nuevos templos. La razón era clara. Bilbao había crecido mucho y los fieles necesitaban iglesias, pues con las existentes entonces no se daba servicio nada más que al diez por ciento de la población. Urgía dotar a la Villa de más iglesias. El tiempo perdido, sobre todo durante los años de la República, claro está, había que recuperarlo cuanto antes. Junto a este llamamiento interesó, y mucho, la preparación del Atlético de cara a su enfrentamiento de semifinales. En Bilbao estaban muy esperanzados con la eliminatoria. Y así pasó la historia por Bilbao. Como algo alejado, ajeno a su devenir y al del resto de los españoles. Como si fuera un espectáculo en el que la prudencia aconsejaba silencio. Nada de aplausos. Europa pugnaba por un futuro en el que, bilbaínos, vizcaínos y españoles no estaban incluidos. Eran meros videntes. Por cierto, el Día D, cuando las tropas aliadas desembarcaron en Normandía, se informó del restablecimiento de la esposa del señor Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento, que se reintegró a las actividades propias de sus cargos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Así se vivió en Bilbao el Día D

Así se vivió en Bilbao el Día D