La vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) comenzó a administrarse en 2007 a las niñas nacidas en 1995. E. C.

Salud reserva dos millones de euros para avanzar en la vacunación masiva del papiloma

El cambio en el protocolo aspira a llegar a 60.000 varones nacidos entre 2001 y 2011 que no fueron inmunizados

Miércoles, 4 de septiembre 2024, 00:27

El Departamento de Salud del Gobierno vasco ha reservado una partida de 2,02 millones de euros este año para avanzar en la campaña de ... vacunación «extraordinaria» y masiva contra el virus del papiloma humano (VPH) que se ha propuesto desarrollar hasta finales de 2026. El objetivo es inmunizar a todos los vascos que en ese horizonte previsto tengan entre 12 y 25 años frente a la enfermedad de transmisión sexual más extendida y que puede provocar, en algunos casos, diversos tipos de cáncer. El Ejecutivo autonómico ha decidido cambiar su protocolo con respecto al VPH, tal y como adelantó ayer EL CORREO. La iniciativa aspira a repescar a todos los varones nacidos entre 2001 y 2011, un segmento de población al que no ofreció en su momento el suero de manera gratuita por no estar incluido en su carta de servicios.

Publicidad

Osakidetza ha dado este golpe de timón en un momento en el que las infecciones de origen sexual están en plena ebullición entre los jóvenes, alcanzando cifras preocupantes. En los últimos cinco años, los casos de sífilis, por ejemplo, han crecido un 53% y los de gonorrea (y dolencias asociadas a la bacteria gonococo) un 117%. Con los dos millones de euros consignados, el Ejecutivo autonómico espera sufragar este curso los pinchazos de los niños y niñas de 12 años a los que este año tocaba vacunar (los nacidos en 2013) y también iniciar el reenganche del citado grupo de adolescentes de sexo masculino, con la administración de la inmunización a los nacidos entre 2009 y 2011. Hay que recordar que otro de los cambios es que se pasa de dos dosis a una, lo que, a priori, ayuda a reducir el coste económico del plan.

No obligatoria

Que la vacunación se realice ahora mediante un único pinchazo ayudará a captar más voluntarios

Entre 2001 y 2011 vinieron al mundo en Euskadi 126.023 chicos. La vacuna contra el VPH se recomendaba desde las consultas de Pediatría pero Osakidetza no la tenía incluida en su calendario obligatorio. De esta forma quedaba fuera de la financiación pública. Los progenitores podían comprarla y acudir a consulta, donde el personal de enfermería se encargaba de administrarla. En los últimos cuatro años, el coste del preparado en las farmacias ha estado fijado en unos 360 euros (180 euros la dosis). El precio suele ser una variable determinante a la hora de que los padres decidan vacunar a sus hijos. Osakidetza no ha ofrecido datos sobre cuántos de estos 126.023 varones están inmunizados. Lo que sí ha aclarado es que espera llegar a una población diana de 60.000.

Se parte de la base de que un porcentaje de los varones involucrados por el nuevo protocolo (sobre todo los mayores de edad) opten por no inyectarse la vacuna. Una de los razones que pueden esgrimir es que son las mujeres las que tienen un riesgo mayor de desarrollar un cáncer (cuello de útero). No obstante, fuentes de Osakidetza señalan que, aunque es más infrecuente, los chicos también corren el peligro de enfermar de cáncer (genital u orofaríngeo, por ejemplo). Y, lo que es más importante, el pinchazo en el varón corta la transmisión. Es decir, si el joven es inmune, no puede contagiar a su pareja. «Es una cuestión de salud pública y de concienciación social», apunta el viceconsejero de Salud, Enrique Peiró. Para este epidemiólogo, que los varones se sumen voluntariamente a la campaña masiva es «muy importante».

Publicidad

La ventaja del único pinchazo

Hay factores que juegan a favor de que la campaña de captación pretendida tenga ahora más éxito que hace unos años. Que sea gratis, por ejemplo, es un factor clave, pero es que, además, hay otro condicionante que resulta crucial. El hecho de que se haya pasado de dos dosis a una (hasta 2020 eran tres) hace que la pauta se simplifique y sea vista con mejores ojos. «No es lo mismo un pinchazo que dos. En muchas vacunas pasa, incluso, que hay personas que se dieron la primera inoculación y que se olvidaron o nunca regresaron a las siguientes citas», afirman fuentes médicas consultadas. Lo dice el viceconsejero: «Reducir a una dosis, genera una mayor adherencia».

¿Por qué ha cambiado ahora el protocolo Osakidetza? Peiró afirma que confluyen varios factores. Por un lado, como se ha dicho, ha habido un aumento preocupante de infecciones de transmisión sexual. «La idea, como siempre en estos casos, es alcanzar la mayor cobertura posible para proteger mejor a nuestra población de un riesgo que es real», explica. «El suero, además, ha evolucionado muy positivamente y tenemos años ya de experiencia. Se ha demostrado fiable y eficaz». La tendencia en Europa es repescar a los varones que no fueron inmunizados, pese a que lo ideal es pinchar a la población a la edad de 12 años, cuando todavía no ha habido relaciones sexuales.

Publicidad

La campaña

  • Envío multitudinario de SMS El envío de un mensaje al teléfono móvil será la principal herramienta que va a utilizar Osakidetza para avisar a los 126.023 adolescentes y jóvenes que son susceptibles de darse la vacuna del papiloma a la que no tuvieron acceso en su día. La idea es que aquellos menores de 17 años reciban el pinchazo en los colegios (nacidos en 2011, 2010 y 2009). El resto, al terminar la Educación obligatoria a los 16, podrán pedir el suero en los ambulatorios y centros de salud.

  • 28 meses. Es el plazo que maneja Osakidetza para desarrollar la campaña masiva.

  • 45 años. Es el límite que se ha fijado para dar también la inmunización a aquellos enfermos que tienen inmunosupresión. Además, Osakidetza quiere ofrecer la vacuna en aquellos entornos donde se dan prácticas de alto riesgo (prostitución).

Citas y pedidos en las farmacias anulados

La noticia adelantada por este diario y la circular que mandó Osakidetza a su personal de enfermería el jueves pasado ha hecho que varios padres hayan podido anular las citas que tenían ya cogidas para inmunizar a sus hijos y, en algunos casos, también los pedidos de reserva del suero en las farmacias. «He recibido una llamada del ambulatorio unas pocas horas antes de ir a ponerle la vacuna a mi hijo. Por fortuna, he podido devolver el preparado que ya había comprado a 179 euros», comentaba ayer la bilbaína Natalia Gómez.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad