«Casi todos han venido sin mascarilla pero muchos con resfriado»

Enfermeras escolares destacan la normalidad con la que los alumnos han vivido la jornada

Lunes, 25 de abril 2022, 19:03

Las enfermeras escolares, que junto con los profesores han sufrido las sucesivas olas de la pandemia con cambios continuos de normativas, han vivido este lunes un día para recordar. A estas alturas, los niños y los jóvenes «estaban perfectamente adaptados a las mascarillas» porque en los colegios «cumplen la norma mucho mejor que fuera» y porque «no le dan tanta importancia como los adultos a este tema. Algunas de estas profesionales han visto hoy, sobre todo entre los alumnos de Bachillerato y Secundaria, que se respiraba un ambiente de «alegría por verse las caras». Otras han alzado la voz de alerta: «Sí, casi todos han venido sin mascarilla, pero muchos con resfriado».

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Fran García, del Colegio Trueba de Artxanda, atiende cada día a una media de 30 alumnos, de los que «una cuarta parte vienen por una crisis de ansiedad». «A muchos chiquitines les he visto este tiempo la mirada triste. Me decían que les dolía la tripita y me señalaban la mascarilla y me decían: '¿cómo eres? Quiero ver cómo te ríes'», explica. Este lunes han podido por fin verle la cara al completo. Esta especialista subraya que en su consulta usa el tapabocas en función de con quién esté. «Si algún alumno viene con mascarilla, me la pongo por respeto a él y a su familia. También si atiendo a algún diabético, a críos con problemas respiratorios y a trasplantados...». «Entre los mayores, de once años para arriba, he visto que no la llevaba prácticamente ninguno, he visto que más entre críos de 5 a 8 años», concluye.

Begoña Martínez, enfermera en Jesuitas de Indautxu, recuerda que «de Navidad a esta parte, cuando se empezó a cuestionar más el uso de la mascarilla, teníamos que llamar la atención continuamente a los chavales porque se la bajaban.. El 'póntela bien', 'súbetela'... era constante. Estaba cantado que ya no la iban a traer», observa. Martínez ha atendido a varios alumnos y profesores. «He visto varios resfriados, no sé si por covid», indicaba.

Martínez no se va a desprender de la mascarilla mientras esté en su puesto –«me he habituado, me da hasta calorcito y en dos años no he cogido ni un catarro gracias a ella»–. Desde su despacho mira al patio donde hay algunos chavales. «¿Ve? Ni uno solo con mascarilla, uno o dos con ella en la barbilla. Otra cosa son los profesores, ahí ya hay de todo», dice.

«Vamos a respetar a todos»

«Hay mucha influencia de la familia. Los que estaban eufóricos por quitársela es porque en su casa también lo están y los que la mantienen es porque en casa prefieren ser más cautelosos. Aquí no se va a señalar a nadie y vamos a respetar por igual a quienes la lleven y a quienes no», revela Lorena Ordozgoiti, enfermera en el Colegio Urdaneta. «Esto era algo que todos esperaban, ha habido algunos comentarios como 'por fin te veo'. Pero los niños no le han dado la importancia que le damos los mayores a este asunto. Creo que porque cuando ha habido que ponérsela, se la han puesto sin rechistar. Y cuando era posible quitársela, pues también. Se han acostumbrado a seguir las pautas en cada momento», sostiene Ordozgoiti.

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«A mí es la primera vez que me van a ver, no conocen mi cara, creo que hay alumnos que no se conocen ni entre ellos», señala Haizea García, enfermera en la ikastola Lauro desde finales del año pasado. Así y todo, García va a ir con la cara tapada prácticamente todo el día, todo sea por «evitar una transmisión, aunque sea de gripe». Esta especialista tiene claro, sin embargo, que «ver la sonrisa de la gente es maravilloso, es gratificante, veo esta sensación entre mis compañeros». Pero entiende que «habrá alumnos con miedo al contagio por coronavirus, cada uno decidirá qué hacer».

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