«Las pocas posibilidades que tenía mi niña, se las quitaron»

'Eli', como le llaman cariñosamente, era madre primeriza. Ya tuvo problemas durante el embarazo. Le detectaron un hematoma cerca de la cérvix y tuvo que hacer reposo. El 27 de diciembre sufrió un sangrado con pérdida de líquido amniótico y los médicos optaron por provocarle el parto. «Si no, ni la niña ni yo llegábamos al día siguiente».

La cría nació con muy bajo peso a los seis meses de gestación, pero su evolución fue muy positiva hasta el día 2 de enero. 'Eli' aún se tortura pensando en que debía haber insistido más a las enfermeras porque notaba a Ane «muy quieta, no reaccionaba a los estímulos». «Las pocas posibilidades que tenía mi niña, se las quitaron», lamenta Ion, el padre.

Nunca pensaron que el problema era que por error le estaban dando un anestésico. Ambos están convencidos de que «habría salido adelante si no hubiera sido por eso». «La niña ha dejado de luchar», les dijeron. Una frase que les sigue doliendo. Tuvieron que decidir cuándo le desconectaban de la máquina. «Fue el único momento que pude coger a mi hija, para que muriera en mis brazos», se duele 'Eli'.

Ve como «un insulto» que alegaran que «los botes se parecían». También le enfada que «tardaran tanto en decirnos las cosas». «No quiero 'monetizar' la vida de mi hija, me da igual el dinero. Quiero saber qué le pasó y que nadie más tenga que pasar por esto».